Por Verónica Abdala
No citó a Robert Louis
Stevenson muchas veces Marc Augé se permite esa clase de
travesuras, pero no hubiese desentonado con el tema
que trataría a continuación. En realidad hubiese resultado
divertido que el antropólogo francés se parara frente al
auditorio que esperaba su exposición en la sala Lugones de la Feria
del Libro y evocara aquel poema (Al comprador indeciso) en
que el escritor inglés expresa su profundo amor por los viajes:
Si los cuentos que narran los marinos/ Hablando de temporales y
aventuras, de sus amores / Sus odios,/ De barcos, islas, perdidos Robinsones/
y bucaneros y enterrados tesoros/ y todas esas viejas historias, contadas
una vez más/ de la misma forma que siempre se contaron/ encantan
todavía, como hicieron conmigo/ a los sensatos jóvenes de
hoy/ ¿qué más pedirles?/ Pero si ya no /fuera así/
si tan graves jóvenes hubieran perdido/ la maravilla del viejo
gusto/ por ir con Kingston o con el valiente Ballantine,/ o con Cooper,
y atravesar bosques y mares:/ bien. ¡Así sea! Pero que yo
pueda /dormir el sueño eterno con todos mis piratas,/ junto a la
tumba donde se pudran ellos y sus sueños
.El título de la conferencia de Augé profesor de antropología
y etnología de la facultad de Hautes Etudes en Science Sociale
de París era El viaje, hoy en día. Para
el autor de Los no lugares, Travesía por los jardines de Luxemburgo,
Un etnólogo en el metro y El viaje imposible, entre otros libros,
los viajes son el traslado literal y / o metafórico hacia
el encuentro de los otros y, consecuentemente, hacia la construcción
de la propia identidad. O, en otras palabras, la categoría
englobante que comprende las formas de encuentro con los otros.
Es decir que, para él, la significación del concepto excede,
aunque incluye, el fenómeno del turismo.
El proceso de construcción de identidad que opera sobre los
sujetos, cuando viajan, es para el teórico contrario a la
lógica del intercambio de la información que habilitan las
nuevas tecnologías de comunicación. Mientras que el
viaje, en cualquiera de sus formas, supone una experiencia física
de sujetos reales, cuyas identidades están en permanente transformación,
el intercambio de información se establece entre supuestos sujetos
ya constituidos, con una identidad definida e inamovible, y aislados unos
de otros.
A esto se suma la saturación de imágenes a la que
asistimos y de la que somos parte, que según explicó
mina completamente las bases de la imaginación y de la posibilidad
de creación individual. El mundo parece regirse y nosotros
movernos a partir de imágenes, televisivas, informáticas,
fotográficas. Es posible que vayas a Marruecos porque te fascinan
las imágenes que de ese lugar te han llegado, pero que a su vez
detestes a tus vecinos, inmigrantes marroquíes. Quiero decir, las
imágenes no tienen mucho que ver con la realidad, son reflejos
de otros reflejos, simulacros de otros simulacros, que nos alejan de la
posibilidad de la acción, y que minan la verdadera y única
movilidad importante, que es la de las imaginaciones y las mentes,
dijo. Y sin embargo tienen tanto poder, que son ellas las que movilizan
a los dos grandes tipos de viajeros del mundo actual: los turistas y los
inmigrantes. Todos nos movemos, conscientemente o no, a partir del mundo
que nos muestra la televisión.
Las imágenes vienen hacia nosotros, que estamos a su vez
rodeamos de prótesis que nos hacen creer que podemos comunicarnos
sin movernos. Lo que no advertimos es que ese contacto es en cierta medida
falso, porque allí no hay verdadera relación entre seres
humanos, y la identidad se construye sin excepciones en la negociación
con los otros. El viajero ideal es, en este sentido, exactamente lo contrario
del navegante informático, afirmó, mediando la conferencia,
que dio hablando en español, pese a los tropiezos que eso le significó
a la hora de ciertos conceptos complejos. El público hizo evidentes
esfuerzos por seguirlo, y él pareció agracederlo.
Augé propone, como la mejor opción de escape a esta situación,
volver a viajar, en un sentido literal, y también en un sentido
metafórico de búsqueda del prójimo, para no quedar
inmóviles mirando las imágenes que sustituyen a los otros,
y porque es la única forma de llegar al centro de nosotros mismos.
Es nuestra responsabilidad, la de los mayores y más que nunca
de los jóvenes, instalarnos y defender el mundo en el que existen
las relaciones simbólicas, porque el hombre es por definición
un animal simbólico, puntualizó. Operar de manera
contraria, respondiendo a imágenes que no se corresponden con ninguna
realidad, y cuya naturaleza no es simbólica sino de tipo reflejo
y unidireccional, es en este marco un atentado contra el hombre y la sociedad,
y podría llegar a significar, en un futuro no tan lejano, su destrucción.
¿O no creen que sería el fin vivir en una sociedad de individuos
aislados y solitarios cuyo contacto pasa por el intercambio de mensajes
a través de Internet? Debemos salir de nosotros y viajar hacia
los otros.
Para el francés, el culto a las imágenes, el culto a la
televisión e Internet, es de tipo narcisista: Tanto
nos cuesta establecer vínculos con quienes nos rodean que pasamos
el día frente a imágenes que no reflejan más que
lo que somos, que sólo podrían mostrarnos nuestro propio
rostro, nuestro aislamiento y nuestro individualismo. Hemos creado una
nueva experiencia de soledad, que no tiene dimensión social, por
lo que atenta nada menos que contra nuestra naturaleza humana, destruye
los sueños colectivos, y el imaginario individual. ¿O alguien
puede creer que un sueño pueda ser la eficacia económica?
EL
DUENDE, POR EL GRUPO DE TEATRO DEL NACIONAL
García Lorca dijo presente
Por S. F.
Lo mejor de la magia, el misterio
y la lírica de Federico García Lorca (1898-1936) anduvo
dando vueltas por la sala Roberto Arlt de la Feria del Libro, reiventando
el lema de la exposición: El placer de la poesía. Media
hora antes, había una cola de más de una cuadra y mucha
expectativa de la gente, que esperaba encontrarse con el mundo del poeta
granadino. El grupo de teatro del Colegio Nacional de Buenos Aires, dirigido
por Orlando Acosta, presentó El duende, basada en poemas (Poeta
en Nueva York, Amantes asesinados por una perdiz, Gacela
del amor desesperado, La casada infiel, entre otras)
y fragmentos de obras de teatro, como Amor de Don Perlimpín con
Belisa en su jardín, Bodas de Sangre y El maleficio de la mariposa.
Más de 500 personas siguieron con emoción una puesta que
resalta la belleza de la poesía lorquiana, surcada por el amor
y los contenidos vanguardistas de denuncia social. El Duende vuelve a
presentarse hoy a las 21.30, en la Feria.
Mientras las guitarras de Gonzalo Tobal y Marcelo Blanco articulaban sonidos
flamencos, los actores ingresaron por el pasillo de la sala y se ubicaron
en un escenario minimalista, con un vestuario que remitía a la
España de fines de los años 20 y principios del 30. Juan
Coulasso, Luis Berenblum, Francisco Prim, Mariano Saba, Constanza Peterlini,
Vanessa y Eugenia Aguado Benítez coparon el espacio escénico
durante algo más de una hora, con buenas actuaciones y una atractiva
dicción en el recitado. Pronto, el murmullo de un público
muy diverso e inquieto (en uno de los días de mayor afluencia de
gente a la feria) se fue atenuando ante la fuerza que transmitían
cada uno de los versos de Lorca, que pensaba que la poesía
es comunicación vehemente con el público.
A medida que transcurrieron los poemas, se puso en evidencia la construcción
de una potente dramaturgia, que atraviesa y une la vida y la obra de una
figura imprescindible de la literatura española del siglo pasado.
Dos sopranos hilvanaban los textos con canciones de Manuel de Falla y
del propio Lorca, generando una atmósfera intimista. Los actores
manejan con fluidez una amplia gama de climas. Las actuaciones generaron
en la gente la sensación de una armonía y unicidad entre
la poesía y las obras de teatro. La más contundente de las
escenas muy aplaudida fue el fragmento de Bodas de Sangre,
escrita en 1933. Pertelini y Coulasso como los sufridos amantes andaluces
impedidos de estar juntos, transmiten una tensión trágica
ineludible, de amores malditos y odios concentrados. El resto de elenco
funciona como un enigmático coro que simboliza al pueblo, zapatean
o agitan las palmas para marcar la persecución por el monte de
la joven pareja.
Bodas... es también una bisagra entre el poeta del amor y la sensualidad
y el que manifestaría una escritura más comprometida social
y políticamente, como en Romance de la Guardia Civil Española,
Grito hacia Roma, La cogida y la muerte, en la que se proclama partidario
de los que no tienen nada. Este momento dramático coincide con
su apoyo a la República Española en 1931. El teatro
necesita que los personajes que lleven un traje de poesía y al
mismo tiempo se le vean los huesos, la sangre. Esta frase, que figura
en el programa de mano, sintetiza el espíritu de la propuesta de
Acosta. La frase final: Si muero dejad el balcón abierto,
deja la sensación de que en los versos de Lorca hay pistas, huellas
de su irresistible personalidad. Una vida corta pero intensa y una muerte
violenta y trágica, que lo catapultó al Olimpo de los poetas.
Las
grandes fotos del artista plástico Sábat
Por Silvina Friera
Si tus fotos no son buenas,
es porque no estás demasiado cerca, sentenciaba el fotógrafo
húngaro-español Robert Cappa (1913-1953), que cubrió
la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. Esta cercanía,
más emocional y espiritual que física, se desliza en cada
una de las páginas de Imágenes latentes, que reúne
un puñado de fotografías tomadas por el dibujante y artista
plástico Hermenegildo Sábat desde 1955. El libro se presentó
en la sala Leopoldo Lugones, en el marco del lanzamiento de la colección
Cuadernos Universitarios de la Universidad Virtual de Quilmes. El ex ministro
Rodolfo Terragno, encargado de la presentación del libro, dijo
que Sábat se merece un premio a la constancia artística
y mencionó algunos de los paisajes o circunstancias que más
le impresionaron: la foto de un restaurante, que se llama Asesinos, en
Santiago de Compostela, las de Beny Goodman, viejo, frente a un espejo
de un teatro provincial, tomando un vaso de agua, entre otras.
Todo depende del ojo, capaz de ver lo que otros no ven y en este
libro hay un juego de simetrías, un juego entre páginas
pares e impares con paisajes que tienen identidad, aunque uno sea en color
y el otro en blanco y negro, describió Terragno. Cuando
observás las fotos, la impresión que sentís es haber
estado en esos lugares, agregó. Terragno, compañero
de redacción del dibujante en el diario La Opinión, precisó
que Sábat descubrió en Cuernavaca (México) inhumaciones
Quo Vadis. Uno se acuerda de San Pedro huyendo de Roma, porque había
llegado Nerón y él tenía miedo a la muerte. Se le
aparece Cristo y San Pedro le dice Domine quo vadis señor
y Cristo le responde que va a Roma a que lo crucifiquen de nuevo. San
Pedro se da cuenta que es un cobarde y se vuelve a Roma recordó
Terragno. Para una funeraria decirle a sus potenciales clientes
que son cobardes y no tienen que tener miedo a la muerte me parece un
exceso de marketing. Entre el público festejaron el comentario
Pinky, y colegas de redacciones como los periodistas Rogelio García
Lupo y Eduardo Van der Kooy.
La fotografía parece un hecho mecánico, uno aprieta
un botón y todo funciona, ironizó Sábat, un
uruguayo que nació en Pocitos en 1933 y que publicó sus
primeros dibujos en el diario Acción, de Montevideo. Para el dibujante,
caricaturista político, fotógrafo y aficionado al jazz,
Imágenes.. es una aproximación personal al mundo de la fotografía,
tomadas cuando estuvo fuera del país o en circunstancias que lo
motivaron. Después de tantos libros publicados sobre dibujos, Al
troesma (1971), Yo Bix, tú Bix, El Bix (1972), Scat (1974), Dogor
(1979), entre otros, Sábat confesó que es un sueño
cumplido que ahora otros estimen lo que hizo como fotógrafo. Gardel
diría que mi corazón una mentira pide, parafraseó
Sábat, que vive desde 1966 en la Argentina y que ha recibido numerosos
premios, entre ellos el María Moors Cabot, otorgado por la Universidad
de Columbia en 1988 por sus dibujos hechos durante la dictadura militar.
Además, Sábat es el autor del dibujo que aparece en la tapa
original del disco María de Buenos Aires y de un dibujo que une
a Aníbal Troilo y Astor Piazzolla en la tapa de Suite Troileana.
Que Sábat le haya dedicado Imágenes... a Robert Cappa no
es producto de un capricho. La dimensión e intensidad de los paisajes,
los bares y restaurantes, la gente en la calle, une a ambos artistas.
Hay mucho humor implícito en la mayoría de las fotografías,
señaló Terragno. Unos charros que cruzan una calle arrasada
por la lluvia dan la impresión de que están caminando sobre
el agua. Imágenes... propone espacios, lugares, mundos habitados
por personajes que parecen tan familiares como los dibujos y caricaturas
de Sábat.
Para
ir hoy
|
17.00: Conferencia: Lenguas
y lecturas en la edad de la textualidad electrónica,
a cargo del francés Roger Chartier (Sala J.L.B.).
18.00: Conferencia a cargo
de Alejandro Dolina (Sala Unificada).
Presentación de
libro: Negocios en la red, de Roberto Cibrián Campoy
y Roberto Vivo Chaneton (Sala D.F.S.)
18.30: Rincón de
la lectura: La eterna poesía, Héctor Yánover
leerá Whitman, Vallejo, Neruda y Darío
19.30: Presentación
de libro: Tras el búho de Minerva. Mercado contra democracia
en el capitalismo de fin de siglo, de Atilio Borón (Sala
V.O.).
20.00: Presentación
de libro: El pase del testigo, de Edgardo Cosarinsky (Sala
A.S.)
21.00: Mesa redonda: El
cine en la literatura, con Marcelo Birmajer, Germán Cáceres,
Pablo De Santis y David Oubiña.
21.30: Espectáculo:
El Duende, sobre textos de Federico García Lorca,
a cargo del grupo de teatro del Colegio Nacional de Buenos Aires,
dirigido por Orlando Acosta (Sala R.A.)
Proyección de audiovisual
sobre Armenia (Sala Unificada)
Mesa redonda: Recetas
y fracasos para escribir un best seller, con la participación
de Isidoro Blaisten, Angélica Gorodischer y Alberto Laiseca. |
OPINION
Por Osvaldo Bayer
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Un maestro de la vida
Con Daniel Ritto nos encontramos en su rostro, en sus movimientos,
en su voz con el obispo Angelelli en persona (*). Como ya lo tuvimos
en Santucho y en Luca. Ahí, en el
escenario no es otro que el Pelao quien se mueve, medita,
se prepara a morir porque sabe que los poderes, desde los dueños
de la zona hasta los militares que lo vigilan, no van a permitir
que trate de llevar a los hechos el mensaje de Jesús. Más
cuando las altas autoridades eclesiásticas lo han dejado
solo. Pero su sed de justicia y su coraje civil dan una fuerza increíble
a su palabra predicadora.
Sus amigos son los campesinos pobres y algunos jóvenes curas
y monjas de moral indestructible. Quiere la tierra para los pobres
de la comarca, quiere madres y niños sanos, quiere ver sonreír
a la gente, quiere que la palabra solidaridad que proclaman los
evangelios se convierta en realidad y verdad.
Y ahí está. No lo hacen retroceder ni las amenazas
ni el asesinato de sus dos más queridos sacerdotes. Llora
amargamente por ellos pero sale de inmediato a las calles para que
se haga justicia. Se convierte en un Cristo vivo, centelleante,
diciéndole al pueblo que la fe sirve para salvarlos, no en
el más allá sino en esta vida La fe no es otra
cosa que la solidaridad, enseña desde el púlpito.
Pero no deja de escuchar la voz del pueblo. Le dirá a sus
discípulos: Hay que caminar desde el pueblo poniendo
un oído a lo que dice la gente y poniendo el otro oído
en el Evangelio.
A medida que se acerca su fin, aumenta el dramatismo en su diálogo
con el Padre Dios. Ahí Ritto, en tono de oración,
no huye, construye, le confía con fuerza cuál será
la manera de obrar, su lucha.
El público lo toma de la mano y lo sigue. Revive su muerte,
se da cuenta de toda la ignominia que reinó en la Argentina,
especialmente, en tierra riojana. Su cuerpo quedará con los
brazos en cruz sobre el camino. Su revolucionaria cabeza quedará
destrozada a mazazos.
Los asesinos están entre nosotros. Daniel Ritto nos pone
ante ellos mostrándonos cómo era ese maestro de la
vida, ese que nos mostró la belleza escondida de los rostros
de los changos de la tierra.
* La obra Angelelli, la voz de los sin voz se estrena hoy a
las 21, en la Nueva
Sala El Ombligo de la Luna, en Anchorena 364, bajo la dirección
de Pablo Silva.
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