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ESTUDIO EXCLUSIVO DE GRACIELA RöMER Y ASOCIADOS
Encuesta de ganadores y perdedores

La gente cree que el país va a estar mejor en el 2002, pero sabe que el desempleo no va a bajar rápido y que sus vidas no mejorarán. Carrió, Alvarez y Roy son los más votables en Capital. Duhalde, Alfonsín y Farinello en la provincia.

Cavallo sigue con buena imagen,
de salvador de la situación.

Por Raúl Kollmann

Eduardo Duhalde le ganaría por amplio margen a Raúl Alfonsín en la carrera electoral por la senaduría en la provincia de Buenos Aires. En la Capital Federal se da un hecho curioso: encabezan la intención de voto tres candidatos que, por ahora, desmienten rotundamente que se van a presentar. La que saca una enorme ventaja es Elisa Carrió, muy lejos, pero en el segundo lugar, se ubica Carlos “Chacho” Alvarez y en el tercer puesto está Irma Roy, quien competirá por la conducción del PJ porteño, no por la banca de senadora. Los números demuestran que el papel protagónico lo tienen por ahora los no sabe/no contesta, o sea los indecisos. La crisis económica especialmente ha hecho que una gran parte de los ciudadanos ni se pregunte por quién va a votar en octubre. Tal vez lo más notable es la sólida trepada de la imagen de Domingo Cavallo, quien aparece junto a Carrió y Carlos Ruckauf como los dirigentes políticos mejor vistos.
Las conclusiones surgen del estudio realizado especialmente para Página/12 por la consultora Graciela Römer y Asociados. En total se encuestaron a 950 personas en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Las entrevistas se hicieron en los domicilios de los encuestados y en el total de la muestra se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel socioeconómico. El trabajó se terminó de procesar este viernes, aunque obviamente no incluye el cimbronazo del paquete económico anunciado por Cavallo ese día.
En la provincia de Buenos Aires, Duhalde sigue manteniendo su intención de voto, pero es marcado el descenso de Raúl Alfonsín. Según Römer, el ex presidente perdió casi la mitad de los votos en los últimos ocho meses. Si se proyectan los indecisos, por cualquier método, y la elección fuera hoy, tendríamos una paliza inconmensurable de casi 30 puntos de ventaja.
La candidatura del cura Luis Farinello consigue un porcentaje importante (11 por ciento), aunque en una elección tan polarizada como la que se viene (entran sólo dos candidatos del partido que gana y uno por el que sale segundo), la lógica es que Farinello pierda una porción de sus apoyos en aras del llamado voto-útil. Todo indica que Patti va a sufrir el mismo proceso, pero partiendo de un piso mucho menor, ya que hoy sólo alcanza al 6 por ciento de la intención de voto. Muy lejos, en el quinto lugar, queda el cavallista Guillermo Francos, lo que habla claro de que los hombres del ministro de Economía tienen que sumarse a alguna de las dos listas mayoritarias. Cavallo quiere ir con la Alianza, pero Alfonsín, por ahora, no lo acepta.
En la Capital Federal, la encuesta de Römer ratifica la impresionante perfomance de Lilita Carrió, la candidata que no es candidata. Sin embargo, lo más llamativo de la elección porteña es que parece no haber candidatos fuertes: entre los que sí se piensan presentar en octubre, el que se ubica mejor es Gustavo Beliz con apenas el 7 por ciento. Es decir, casi nada. El panorama está abierto, la lógica es que gane la Alianza, aunque si Carrió se presenta, es obvio que será la favorita. Por otra parte, la división del oficialismo le puede dejar espacio al PJ, que viene de una elección catastrófica pero que sumando la intención de voto de Irma Roy, Beliz, Mauricio Macri y Daniel Scioli podría alcanzar un 24 por ciento de los votos. Es cierto que científicamente no se puede hacer esa suma, por cuanto el que votaría por Macri, por ejemplo, si al final no es candidato tal vez no vote por el candidato del justicialismo.
“Hay un detalle en el que hay fijarse –dice Römer–, en octubre también se votan diputados. Lo que se ve hasta ahora es que esa elección no está instalada y nosotros hicimos un ensayo. Le preguntamos a la gentea quién le gustaría ver como candidatos. En la Alianza hubo un resultado asombroso: a la gente le gusta Federico Storani como candidato. Se fue del Gobierno, pero la gente no vio mal su ida. En el PJ también la respuesta fue sorprendente: Chiche Duhalde apareció como la mejor ubicada”.
En el listado de los dirigentes con mejor imagen, es notoria la trepada de Cavallo, quien se ubica en primer lugar. Es cierto que la encuesta se hizo antes de los anuncios del viernes, que seguramente bajaron en algo su nivel de opiniones positivas, pero también debe considerarse que el actual es casi el mejor escenario para un hombre como Cavallo, que es percibido como una especie de salvador. Más sólidas son las opiniones positivas de Carrió y Ruckauf, que se vienen ubicando en esos porcentajes desde hace tiempo. Su imagen, por ahora, no depende tanto de las idas y venidas político-económicas. Como se ve, De la Rúa sigue estando muy mal en la consideración de la gente y lo propio ocurre con el ex presidente Carlos Menem y el líder del Frepaso, Carlos Alvarez.

 

ENCUESTAS

¿Qué puede lograr Cavallo?
Principales problemas del país
Voto a senador, Capital Federal
Imagen positiva de los principales políticos
Voto a senador, provincia de Buenos Aires
¿De la Rúa va en el camino correcto o incorrecto?
¿Cómo estará la situación económica dentro de un año?
Sector político en el que debería apoyarse más Fernando de la Rúa

 

Expectativas, pero sin exagerar

Por R. K.

“A pesar de que el ingreso de Domingo Cavallo al Gobierno logró mejorar las expectativas de la gente, ello no se tradujo en una mejora importante de la evaluación de la gestión del gobierno de Fernando de la Rúa. Es más, la gente cree que tal vez Domingo Cavallo pueda atraer inversiones extranjeras, que seguramente va a asegurar que se mantenga la convertibilidad, pero al mismo tiempo hay una memoria histórica, y los encuestados dicen que aún en los años en los que creció el país, cuando estuvo Cavallo, hubo más desempleo y más pobreza y eso puede repetirse.” Este es el diagnóstico de la consultora Graciela Römer, analizando la curiosa paradoja que surge de la encuesta: hay más expectativa, la imagen de De la Rúa no mejora, se piensa que es difícil que se reduzca el desempleo y la pobreza.
“Es muy probable que los anuncios de impuestos del viernes hayan modificado en algo estos porcentajes, en perjuicio de Cavallo y del Gobierno –completa Römer–, pero lo que se ve en la encuesta ya muestra que la gente no esperaba gran cosa en las áreas de más importancia para la familia: el desempleo, la pobreza, mejores salarios.” Como se ve en el dramático gráfico sobre el apoyo a la gestión del gobierno nacional, la línea es descendente casi sin continuidad. Es llamativa la contradicción con la apreciación del rumbo de De la Rúa: bajó del 72 al 65 por ciento la gente que cree que va en el camino incorrecto, pero igualmente el apoyo a la gestión del Presidente no sube, sigue mal en el 19 por ciento. Estos índices se parecen bastante a los que tenía Carlos Menem al final de su desgastado último mandato. Desde el punto de vista de la identificación partidaria, entre los radicales, la mitad evalúa bien a De la Rúa y la otra mitad lo califica mal, mientras que una amplia mayoría del Frepaso está en desacuerdo con lo que hace el Presidente.
Lo más notorio es el cambio en las expectativas. En enero, un 35 por ciento de los encuestados decían que el país iba a estar peor en el 2002, ahora la cantidad de pesimistas bajó categóricamente al 15 por ciento. Y el fenómeno contrario ocurrió con los optimistas: eran apenas el 20 por ciento los que decían que el país va a estar mejor en el 2002 y ahora son un 41 por ciento. Esto muestra que la llegada de Cavallo provocó esperanzas. Entre los problemas considerados como principales, hay una constante: el desempleo es evaluado desde hace varios años como el peor de los males que aquejan al país. Es notorio el salto en la preocupación por la seguridad: en 1998 apenas el 17 por ciento decía que era el principal problema argentino, ahora ese porcentaje trepó al 46, aunque muy lejos de la cuestión del desempleo.
El efecto.Cavallo quedó evidenciado también a la hora de una opinión sobre lo que debe hacer el Gobierno en el terreno de las alianzas. A principio de año, una parte importante de la ciudadanía decía que De la Rúa debía apoyarse en la Alianza para gobernar y sólo un 7 por ciento quería a Cavallo. Hoy, siete de cada diez encuestados cree que la Alianza no tiene futuro y creen que De la Rúa debe apoyarse en la gente de su ministro de Economía. De todas maneras, como viene ocurriendo desde hace tiempo, los ciudadanos están convencidos que se necesita un gobierno de amplio consenso, con un papel importante de Cavallo.

 

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