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El turista espacial ya está en órbita

El millonario Dennis Tito
inició su viaje hacia la estación espacial internacional por el que pagó 20 millones de dólares.

Fortuna: Tito utilizó sus conocimientos matemáticos para desarrollar nue-vos métodos en el análisis bursátil. Así construyó su fortuna, calculada en 200 millones de dólares.

Dennis Tito poco antes del
lanzamiento que lo lleva a la estación.

Dennis Tito empezó a cumplir ayer el sueño en el que invirtió varios años de esfuerzos y 20 millones de dólares: a los 60 años, el empresario norteamericano se convirtió en el primer turista del espacio. El cohete que lo transporta junto con dos astronautas hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) despegó a las 7.37 de Baikonur, en la estepa kazajastana. Al asunto no le faltó un cariz familiar: su novia, Dawn Abraham, estalló en llanto poco antes del despegue, mientras en la filmadora temblaban las imágenes de la despedida y los hijos del millonario observaban conmovidos. Nueve minutos después de la partida, la nave Soyuz TM-32 se separó del cohete impulsor y entró en una órbita en dirección a la estación, a la que se acoplará mañana. Tito empezará entonces una estadía por la que ha luchado a brazo partido.
El problema que afectaba a tres computadoras desde hace cuatro días –y estuvo a punto de cancelar el lanzamiento– fue parcialmente resuelto y la tripulación de la ISS pudo poner en marcha el brazo robot Canadarm2, según informó el Centro Espacial Johnson de Houston (Texas, EE.UU.). El éxito de esta maniobra debe permitir ahora un desacoplamiento del Endevour hoy, para que la cápsula Soyuz tome su lugar.
La Soyuz deberá quedar enganchada a la ISS durante los próximos meses y servirá de vehículo de socorro para la tripulación de la Estación. Tito y los dos cosmonautas que lo acompañan vivirán a bordo de la Estación algunos días antes de volver a la Tierra en otro Soyuz que está, desde hace seis meses, acoplado al complejo espacial.
A la Nasa este viaje de Tito le gusta bien poco. El millonario inició su negociación años atrás con la industria espacial rusa: les ofreció 20 millones de dólares por un viaje a la estación Mir. Sólo que luego la Mir debió ser destruida, por lo que se decidió que partiera a la estación espacial. Pero la NASA se opuso: alegó motivos de seguridad ya que Tito -quien ha recibido un nivel de instrucción superficial en los últimos meses– podía poner en riesgo el valioso equipamiento de la estación.
Claro que Tito no es hombre de rendirse fácilmente y finalmente logró un acuerdo, para el que tuvo que comprometerse a pagar cualquier equipo que arruine.
La fascinación del norteamericano con el espacio empezó en la década de los 60. Tras estudiar Ingeniería Espacial, Tito –hijo de inmigrantes italianos– calculó para la NASA las órbitas de las sondas Mariner, destinadas al estudio del planeta Marte. Pero abandonó la agencia espacial estadounidense en 1972. Luego utilizó sus conocimientos matemáticos para desarrollar nuevos métodos en el análisis bursátil. Su fortuna, que se calcula en 200 millones de dólares, la hizo principalmente con Wilshire Associates, una de las mayores empresas de inversiones de Estados Unidos. Tras separarse, se mudó a una mansión de 3000 metros cuadrados en Los Angeles. Tal vez por eso sonó levemente fuera de la lugar la frase que lanzó ayer Brad, uno de sus hijos, al verlo partir: “Está en la segunda mitad de su vida y sólo piensa en lo que es importante. Decidió gastar su dinero para vivir una experiencia profunda, en lugar de comprarse una casa o un automóvil”.

 

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