Por Juan José Panno
Dicen que una bruja del fútbol local �que, según los casos, puede adquirir forma de gallina, chanchito o diablo� es la que hechiza campeonato tras campeonato a San Lorenzo de Almagro, le impide ganar los partidos fáciles y lo aleja de las posibilidades de salir campeón.
Dicen que la bruja anduvo ayer por el Nuevo Gasómetro y condicionó el rendimiento del equipo azulgrana, que jugó uno de los peores partidos del año y de yapa debió lamentar el desgarro de Romeo.
Dicen que la bruja pinchó con alfileres la foto de Leo Rodríguez, quien tardaba horas en darse vuelta, le entregaba todas las pelotas a los contrarios y desperdició dos situaciones clarísimas por no saber parar la pelota.
Dicen también que la bruja le hizo el mal de ojo a Campagnuolo, quien se mandó un montón de macanazos que pudieron haberle dado la victoria a Los Andes y le dio poderes especiales a Buljubasich para que sacara varias pelotas dificilísimas hasta convertirlo en la gran figura de la cancha.
Se ve que la bruja tenía que hacer alguna changuita en otro lado (quizá lo fue a mufar a Independiente) y dejó el estadio un minuto antes del gol de Coloccini, que rompió con el hechizo, le dio tres puntos a San Lorenzo, la sexta victoria consecutiva y la ilusión renovada de salir campeón.
El gol que la bruja no vio se podría contar telegráficamente así: foul a Estévez. Tiro libre desde la derecha. Serrizuela. Centro. Rechazo de Pajuelo. Remate de Romagnoli. Rebote en la multitud que espera en el área. Pelota de Erviti. Cabeza levantada. Centro picado. Defensores de Los Andes que salen para provocar el offside. Jugadores de San Lorenzo que entran. No hay posición adelantada. Coloccini. Pecho. Derechazo cruzado. Al segundo palo. Gol. Uno a cero. Buenas noches.
�Despacito, despacito les rompimos el embrujo�, podían haber cantado entonces los hinchas de San Lorenzo, pero no cantaron nada porque les agarró un miedo atroz ante cada centrito que tiraron los de Los Andes al final y tenían la boca ocupada en gritar cuidado, en lamentar la inseguridad que transmitía el arquero y en putear a Ruscio porque demoraba la pitada final.
Cuando Ruscio dijo basta, entonces sí, los cuervos, que cubrieron toda la cabecera como pocas veces, gritaron, cantaron y celebraron. Festejaban la victoria y también, indirectamente, la no derrota. Se explica telegráficamente:
25� Mal pase de Ameli a Campagnuolo. Demora del arquero. Aparición de Maggiolo en el área. Pelota del delantero de Los Andes. Penal del arquero. ¿Ruscio? Bien, gracias.
65� Corner. Mala salida de Campagnuolo. A cazar fantasmas. Cabezazo de Maggiolo. Arco vacío. Travesaño. Milagro.
En el medio de estos dos casos extremos hubo otra jugada que malogró Maggiolo y un par de atajadas muy buenas de Campagnuolo a Pieters y Víctor López. San Lorenzo pudo perder, es cierto, pero también pudo ganar el partido sin necesidad de sufrir tanto. Una parte de la responsabilidad ya se le fue adjudicada a Leo Rodríguez, pero el foco se debe poner especialmente en Buljubasich. El ex arquero de Central atajó todo: le ganó un mano a mano a Romeo; le sacó un remate dificilísimo al mismo Romeo, contra un palo; le sacó un cabezazo estupendo a Quinteros; descolgó todo los centros que cayeron en el área; se quedó con la pelota cada vez que anduvo revolcándose y resolvió con facilidad en cada balón que llegaba envenenado. Con Buljubasich en ese nivel, parecía imposible que los locales llegaran al gol hasta que a la bruja se le dio por irse antes y dejó al arquero humanamente falible, solo ante la entrada de Coloccini.
San Lorenzo no jugó bien por culpa de la bruja, se podrá argumentar, pero ésa es sólo una parte de la verdad. Este equipo tiene ataques de inseguridad cuando tiene que enfrentar instancias decisivas, pero además no muestra demasiados recursos técnicos. Por lo general no sabe cómo escapar a la telaraña defensiva que le proponen los equipos que, como LosAndes, van a buscar el empate a su cancha. Ayer, San Lorenzo no tuvo movilidad, lamentó la ausencia sin aviso de Leo Rodríguez y dependió demasiado de la capacidad creativa de Romagnoli, que no puede hacer milagros.
Le faltó jerarquía para ganar con comodidad, pero tuvo la suerte necesaria para ganar un partido que en otros tiempos, cosa de brujos, hubiera perdido.
Romeo y Plaza. San Lorenzo ganó y sigue conpartiendo la punta con river.
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Romeo. desgarro.
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Preocupa la lesión de Romeo
Más allá de la victoria, San Lorenzo perdió una pieza clave en su estructura de cara al final del campeonato. Bernardo Romeo sufrió un desgarro en el muslo de su pierna izquierda y se perderá por lo menos los próximos dos partidos del Clausura ante Estudiantes y Chacarita. El goleador será sometido hoy a una ecografía para conocer el grado de la lesión. La idea del cuerpo médico es que Romeo pueda estar presente en el partido ante Boca, que se disputará dentro de tres semanas, aunque para ello habrá que esperar los análisis de esta tarde.
Conocido el diagnóstico, el técnico de San Lorenzo, Manuel Pellegrini, se lamentó por la suerte corrida por el delantero. �Lo de Romeo fue lamentable, se abrió de piernas y sufrió un desgarro. Desgraciadamente no lo vamos a poder contar el jueves para enfrentarnos a Nacional de Montevideo�, señaló el entrenador, que además se quejó porque para ese encuentro no podrá contar con los jugadores suspendidos por el escándalo en Chile. �Para ese día tendremos tres bajas importantes en la delantera: Romeo, Sebastián Abreu y Raúl Estévez. No quedan muchas alternativas, pero ya veremos en la semana. Espero que podamos superar a Estudiantes, nuestro próximo rival�, dijo Pellegrini.
El entrenador chileno reconoció que su equipo no jugó bien, pero rescató la actitud de sus dirigidos. �Son muchos los factores por los que no anduvimos bien con la pelota. Además, Los Andes nos planteó un partido que nos costó mucho superarlo. A pesar de que creamos algunas situaciones de gol, éste no fue el equipo que venía jugando en los últimos partidos. También hay que saber sacar partidos apretados, donde no se puede cometer infracciones. Por suerte supimos aprovechar una de las ocasiones de gol que creamos�, remarcó Pellegrini.
Cuestión de actitudes
San Lorenzo se plantó en una franca actitud ofensiva, con la intención de liquidar rápidamente el pleito, pero no mostró demasiadas variantes. Cuando llegó a posiciones de gol, chocó con la solidez de Buljubasich.
Los Andes, parado para el contraataque, tuvo menos tiempo la pelota, pero igual dispuso de algunas llegadas, entre las que se debe contar un cabezazo en el travesaño y un penal no cobrado.
Una aparición sorpresiva de Coloccini sobre el final le dio a San Lorenzo una victoria que premió su esfuerzo, pero no su juego.
El festejo por el triunfo estuvo acorde con lo que costó conseguirlo.
La lesión de Romeo abre interrogantes sobre las posibilidades
de San Lorenzo.
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LO BUENO Y LO MALO DEL EQUIPO AZULGRANA
Puntos a favor, puntos en contra
Por Ariel Greco
San Lorenzo se mantuvo mano a mano en la pelea por el título con River. Sin embargo, ¿tiene argumentos válidos para ilusionarse?
A favor
Los números: Un equipo que gana seis partidos consecutivos, que lleva un racha de cinco triunfos seguidos como visitante y en que en las últimas cinco fechas descontó los cinco puntos de ventaja que lo separaban de su principal rival, tiene derecho a ilusionarse. Por eso, en los números, San Lorenzo tiene todos los requisitos aprobados.
Capacidad anímica: El equipo de Manuel Pellegrini está demostrando entereza para superar situaciones adversas y no darse por vencido hasta el final. A pesar de la impaciencia de la gente, intenta mantener su línea y hasta ahora le viene dando resultados. Ante Lanús, ante Independiente y ayer ante Los Andes anotó goles en los últimos minutos que le permiten estar arriba.
Jerarquía individual: Si bien en ese aspecto no equipara a River, tiene futbolistas de un nivel superior a la media, como Romagnoli, Coloccini y un goleador como Romeo, que marcan diferencias. A eso le suma un plantel de buenos jugadores que siempre dan una mano, tal el caso de Tuzzio, Estévez, Ameli, Michelini o Quinteros.
Dosis de suerte: Por más que con la fortuna sola no se gana, es necesaria en algunas circunstancias. Ayer jugó a su favor con un cabezazo de Maggiolo libre de marcas que pegó en el travesaño y en un penal al delantero que el árbitro Ruscio no pitó.
En contra
La presión de su gente: A San Lorenzo le cuesta más jugar de local que de visitante. Los murmullos, e incluso insultos, que bajan desde la platea cuando la mano no viene bien se trasladan a la cancha, y los jugadores lo sienten. Ayer lo sufrieron Erviti y Abreu, a los que no le perdonaron ni una. En cambio, afuera puede desarrollar mejor su fútbol. Lo demostró goleando a Talleres y a Central.
Pocas ideas ofensivas: La falta de recursos que mostró San Lorenzo para vulnerar a un esquema muy primitivo le quita mucho crédito. Las marcas personales que ordenó Russo (Plaza-Romeo, Noce-Romagnoli, SalomónRodríguez, Marchesini-Estévez) le quitaron toda posibilidad de crear juego, ya que nadie ni siquiera mostró movilidad para salir de la posiciones establecidas. Las llegadas se produjeron por desequilibrios individuales en las parejas dispuestas, no por superioridad de juego.
Dos frentes: Si bien River también está con la cabeza en el Clausura y la Copa, la falta de experiencia en ese aspecto juega en contra de San Lorenzo. Habrá que ver si los dos siguen.
El fixture: A priori, el programa de partidos de River es más sencillo. San Lorenzo debe jugar con Estudiantes, Chacarita y Argentinos, de visitante; Boca y Unión, de local. Y esos rivales asustan más que Racing, Almagro y Lanús, adentro; Belgrano y Huracán, afuera.
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