Una estrella judía, un uniforme de prisionero, documentos de identidad, fotos familiares, un zapato, una muñeca. Todos esos elementos, representados en un cuadro, abren la muestra �Vale la pena recordar�, organizada por el Centro Simon Wiesenthal en el Centro Cultural Recoleta, para recordar el Holocausto cometido por los nazis. Casi sin publicidad oficial, la muestra ya es un éxito: termina el 6 de mayo, y están agotados los turnos para los colegios secundarios que deseen recorrerla. �La idea es que conozcan más sobre el genocidio nazi, y después, que sirva como disparador para que continúen pensado sobre temas como la intolerancia y el racismo�, señala Sergio Saposnic, uno de los coordinadores.
Página/12 compartió la recorrida por el lugar con el tercer año del Colegio de la Ciudad, un establecimiento privado del barrio de Belgrano. Contra lo que podría suponerse, los chicos le prestaron atención a los textos que acompañan las fotos en los paneles de la muestra. �La muestra me gusta mucho�, dice Marcos Czapski, �y una de las cosas que más me impresionaron fueron las frases de Hitler, las cosas increíbles que decía�, agrega.
El recorrido está armado cronológicamente; el segundo panel enumera las raíces milenarias del antisemitismo, el tercero relata de la vida de la colectividad judía antes del nazismo, y así sucesivamente, hasta llegar a la liberación de los prisioneros en los campos de concentración y la nueva diáspora que se produce. La muestra rescata nombres como los del diplomático sueco Raoul Wallemberg, quien salvó la vida de muchos judíos otorgándoles pasaportes de ese país, o el menos conocido de Mathilda Nitsch, una católica yugoslava que montó una organización clandestina para proteger a perseguidos por el régimen nazi.
�Siempre vemos una buena recepción en los chicos, más allá de las diferencias de cada curso. Les impacta mucho todo, aunque algunos de ellos nos sorprenden con lo que ya conocen sobre el Holocausto�, señala Mariana Litvin, otra de las coordinadoras. �También vemos que en algunas escuelas los chicos tienen una idea sobre estos hechos, pero en otra no saben absolutamente nada�, añade.
Declaraciones de los líderes nazis, actos multitudinarios, la Noche de los Cristales, las primeras deportaciones de judíos, van desfilando antes los ojos de los visitantes. No faltan detalles: desde afiches de periódicos nazis y frases antisemitas de Martín Lutero hasta una foto de un grupo de sacerdotes católicos haciendo el saludo hitleriano. �Lo que más me impresiona son las fotos de la gente prisionera, toda desnutrida�, dice Laura, mientras mira una imagen de tres mujeres a punto de ser fusiladas ante una fosa común.
La muestra no da respiro: cuerpos desfallecientes, apilados en las barracas de los campos de exterminio, linchamientos de judíos, tomas del ferrocarril que trasladaba prisioneros a Dachau, imágenes del gas Zyklon B, usado para solucionar lo que los nazis llamaban �la cuestión judía�. Pero también hay fragmentos de dignidad, de justicia y de esperanza: los guerrilleros del ghetto de Varsovia, el alzamiento del ghetto de Lodz, la liberación de los campos y el juicio de Nuremeberg. Y al final del recorrido, un �árbol de la vida�, al que los visitantes pueden dejarle mensajes en sus ramas.
�Muy buena la muestra. Más que nada, porque todavía quedan muchos fachos dando vueltas�, dice Laura H, mientras que su compañero Antonio Tribuzio afirma: �la verdad, sabía algo del Holocausto, pero ahora tengo mucha más idea�. Por su parte, la profesora Noemí Charlier, que acompañó a los alumnos, admite que �la idea es que retomemos un poco todo lo visto en el aula�.
Aunque los nuevos grupos de estudiantes ya no podrán visitar la muestra, el resto del público puede ir a Junín 1930 hasta el 6 del mes próximo, de martes a viernes de 14 a 21, o los sábados y domingos de 10 a 21. De todos modos, los organizadores de la muestra están negociando una prórroga de la exhibición, pero hasta ahora esa historia tiene final abierto.
Informe: Alejandro Cánepa
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