Por
Luis Bruschtein
--¿A qué se debe esta vez su visita a la Argentina?
--Forma parte de una visita a Brasil y Argentina. En Brasil
participé con otros intelectuales en una reunión que para la Consulta
Popular, que es un movimiento de los movimientos urbanos y rurales, que
buscan crear un espacio político que va más allá de ellos mismos pero
no está definido si va a formar un nuevo partido o no. También voy a
participar en el Tribunal Internacional contra los Crímenes del
Latifundio en el Estado de Paraná, en Brasil,
para juzgar al gobernador por el asesinato de quince activistas campesinos
en los últimos años y otros actos de represión. En Argentina vine a
presentar un libro mío de cuentos en la feria del libro que se llama
"Andando por el mundo", que publica el Grupo Editorial Altamira
y también por una invitación de Hugo Calello del Ciclo Básico de la
Universidad de Buenos Aires y por supuesto a ver amigos. Y junto con eso
estamos preparando un estudio académico comparado sobre las
privatizaciones en Argentina, Brasil, y México. Se trata de analizar críticamente
lo que pasó con las privatizaciones cinco o seis años después que
fueron hechas y evaluar los resultados.
--Las grandes movilizaciones que se produjeron en Seattle en
1999 y ahora en Quebec contra la globalización financiera mostrarían que
surge un movimiento importante en los países centrales. ¿Cómo ve usted
a este nuevo movimiento, sobre todo en Estados Unidos?
--No fue una sorpresa si uno analiza la expansión económica de
los paises centrales, como Estados Unidos, en la última década. Esta
expansión fomentó las más grandes desigualdades en la historia de estos
países y aumentó geométricamente los ingresos del diez por ciento más
rico, mientras los salarios del 40 por ciento más pobre sufrieron una pérdida
y una pequeña caida en su nivel de vida. La llamada prosperidad que se da
entre 1992 y 1999 tuvo resultados polarizadores. En segundo lugar generó
enormes inseguridades por el movimiento de capitales afuera del país por
la creación de puestos de trabajo de bajos salarios y mucha
inestabilidad. Según un cálculo, con estas nuevas condiciones un
trabajador cambiará 15 veces de trabajo a lo largo de su vida, en vez de
las dos o tres que era lo normal. Entre la incertidumbre, el estancamiento
y la creación de mayores desigualdades, entraron en juego varias
tendencias. En primer lugar varios sectores sindicales afectados por la
fuga de capitales, los bajos salarios y la inseguridad.Estas
organizaciones han perdido alguna fuerza porque cada vez son menos los
trabajadores sindicalizados en el sector privado, pero al mismo tiempo hay
otro descontento más allá de los sindicatos. Los obreros no
sindicalizados tienen que buscar otra forma de protesta. Tenemos también
la degradación del medio ambiente con la desregulación de Bill Clinton.
A pesar de la retórica, todo el mundo sabe que la degradación con la
desregulación perjudicó el medio ambiente. Entonces tenemos a los
ecologistas y los sindicalistas a los que se suma una nueva generación de
jóvenes muy sensibilizados por la explotación que realizan las
transnacionales en el exterior. Esos tres grupos formaron la vanguardia.
Hay poca presencia de la población negra y de los sectores feministas.
Participan muchas mujeres pero no bajo las banderas feministas. A todo eso
se suma otro fenómeno importante: el desencanto con los partidos.
--En este caso sería con el Partido Demócrata que siempre
despertó expectativas en los sectores progresistas y radicales...
--El Partido Demócrata tenía la autoimagen de ser el partido del
pueblo. Con la derechización de Clinton, los recortes sociales, el libre
mercado, el NAFTA, tenían que buscar otra forma de expresar su
descontento y no sólo a partir del proceso electoral. La gente dice:
'debemos actuar por nuestra cuenta'. Como se trata de algo que involucra a
millones de norteamericanos, yo diría que estas movilizaciones fueron
apoyadas por un espectro más amplio de la población que el que simpatizó
con las grandes movilizaciones contra la guerra de Vietnam. Pese a que los
medios mostraron actos de violencia en estas manifestaciones, lo curioso
es que eran vistas con gran simpatía en la sociedad. Y entre los
sindicalistas era más fuerte que el apoyo de este sector a las protestas
contra la guerra de Vietnam y a la lucha por los derechos civiles de los
negros. En esta cuestión cualquier blanco entendía que la salida de
capitales y la precarización del trabajo afectaba algún pariente, hijo o
algún conocido. Hay encuestas que dicen que casi el 80 por ciento de la
población, si no está afectada directamente, tiene algún vecino o
alguien más cercano afectado por las nuevas normas de trabajo.
--¿Cómo analiza el triunfo de George Bush en este contexto?
--Yo creo que hay un proceso de reagrupamiento después de la orgía
de la campaña donde los dos partidos principales gastaron cerca de 500
mil millones de dólares. Hubo un enorme derroche, saturación de los
medios y creo que se da un proceso de reagrupamiento. No sé que
porcentaje llegó a la protesta de Quebec desde los Estados Unidos. Yo diría
que entre el 15 o 20 por ciento fueron a Quebec desde Estados Unidos. El
80 por ciento eran canadienses y muchos de ellos sindicalistas afiliados a
sindicatos de empresas multinacionales norteamericanas. Creo que fue una
protesta norteamericana con enfoque en Canadá y con líderes canadienses.
--¿Ese movimiento tiene alguna forma orgánica o un líder que
lo represente?
--No, no hay un personaje, una figura carismática que convoca. Y
creo que eso es positivo. Pero hay una falta de liderazgo que facilitaría
aglutinar en forma permanente. Hay una descentralización de
activistas en diferentes espacios políticos y organizaciones. Hay
coordinadores, hay personas que se comunican constantemente y que
coordinan acciones conjuntas.
--¿Son partidos políticos u organizaciones por los derechos
civiles, o sociales?
--Son organizaciones sociales, de ecologistas, una gran gama, una
sopa alfabética de grupos donde cada cual tiene un círculo que lo apoya
y se juntan a partir de acontecimientos como la Cumbre del ALCA, etc.
--¿Se mantienen en contacto más allá de esas fechas?
--En contacto sí, pero no articulados orgánicamente. Son orgánicos
dentro de su propio espacio, pero no tenemos, por ejemplo un Movimiento de
los Sin Tierra, no existe ese tipo de organización.
--¿El convocante principal son los sindicatos?
--Por lo general son los sindicatos asociados a una coordinadora
que prepara el terreno, se reúnen y se mantienen en comunicación y
cuando se produce algún hecho, promueven adhesiones y deciden acciones.
Cada una de esas organizaciones tiene activistas, yo no les llamaría
militantes, son activistas que están actuando en su local y en su tema
específico. Cuando llega el acontecimiento se ponen a actuar a nivel
nacional o internacional.
--¿Este fenómeno social pudo ser capitalizado o expresado por
la candidatura de Ralph Nader?
--Yo participé en la campaña de Nader y estuve en Seattle y podría
decir que la mitad de los participantes junto a Nader son muy consecuentes
y muy coherentes políticamente. Y otro sector que viene del liberalismo,
de desprendimientos, simpatizantes del Partido Demócrata, no lo es tanto.
Entonces en las últimas semanas de la campaña empezaron a demonizar a
Nader diciendo que ayudaba al Diablo. Bush era el fascista, la
ultraderecha y el que votaba a Nader favorecía a Bush al restarle votos a
Gore. Fue una campaña de terror que asustó a este sector progresista no
radical. En segundo lugar, Gore adoptó una política momentánea demagógica
y populista. Y además usó a líderes feministas y negros, Gloria
Steinhem, Jessie Jackson, algunos ecologistas de la derecha, para hacer
campaña sucia y confundir a la gente acusándo a Nader de robar votos de
Gore. Esta campaña tuvo efecto. Esperábamos siete millones de votos según
las encuestas que se habían hecho dos meses antes de las elecciones, que
era el cinco o seis por ciento del total. Cuando la campaña estaba
finalizando, los temerosos se dieron vuelta y votaron a Gore tapándose la
nariz. Además los medios no dejaban que se mencionara a Nader, no lo
dejaron participar en los debates. En un debate de televisión ni siquiera
le permitieron pasar y sentarse a escuchar. Llamaron a la policía y lo
hicieron echar. Ni siquiera lo dejaron asistir. Fue un bloqueo total a
Nader en los medios. Y esto a pesar de que los actos de Nader fueron los más
concurridos de la campaña: 20 mil personas en Oregon, 15 mil en Seattle.
En Wisconsin tuvo diez mil personas. Y Gore llegaba allí y hacía actos
con mil quinientas o dos mil personas, con autobuses pagos y demás. Eso
nos levantaba el espíritu y creo que todos los que asistieron a los actos
votaron después a Nader. El problema eran los que apoyaban en forma
pasiva.
--¿Qué tipo de persona o de político es Nader, porque aquí
se lo conoce sólo por su actuación en defensa de los consumidores?
--Yo diría que recibió un 25 por ciento de votos de los
trabajadores y un 10 o 15 por ciento del voto estudiantil. Lo demás es de
clase media baja hasta clase media alta, con muy poco apoyo de la población
negra, que votó en un 90 por ciento por Gore, porque todos los pastores y
sus líderes y la politiquería negra que come de las subvenciones del
gobierno federal, se prestaron a llevar los votos a Gore. También debemos
entender que el ausentismo en los barrios negros fue de más del 50 por
ciento. Nader no podía romper las barreras que tiene el Partido Demócrata
a partir de sus politiqueros.
--¿Pero existe una afinidad entre Nader y estas movilizaciones
que se han realizado en Seattle y Quebec?
--Total. Su política tiene un sentido progresista, es decir: no va
más allá del Estado de bienestar social. Dice: "debemos recuperar
el New Deal de Rooseveltn porque el Partido Demócrata traicionó la política
económica de bienestar social". En este panorama es un crítico
fuerte de las multinacionales desde dos ángulos: porque explotan a los
trabajadores en el exterior, pero también,porque bajan sus costos
transfiriendo capitales al exterior. Hay un tinte casi proteccionista en
la crítica a las multinacionales. Una parte tiene una óptica
internacionalista, si se quiere, y la otra es un discurso que critica a
las multinacionales porque están cerrando gran cantidad de puestos de
trabajo en los Estados Unidos. Con el consumidor tiene un enorme prestigio
tras 25 años de actuación en ese medio contra las trasnacionales
automotrices y las farmacéuticas. Por eso este sector de clase media lo
apoyó muy fuertemente. Con respecto a la población negra y las mujeres,
tenía programas mucho más avanzados que Gore, pero no tenía las
organizaciones tradicionales. Habló en las asociaciones de negros y de
mujeres, lo aplaudieron mucho, pero finalmente estas organizaciones
optaron por Gore.
--¿La población de origen latino estaba muy influenciada por
los cubanos residentes en Miami y los medios que controlan?
--No. Los cubanos son una minoría extremista. No todos, porque
internamente hay divisiones. En el panorama latino, los puertorriqueños y
mexicanos, sus líderes, son progresistas liberales, con excepciones, hay
mexicanos americanos que apoyan a Bush porque son clientelistas de Texas.
Yo diría que un 60 por ciento de los hispanoparlantes votan Demócrata;
un 30 por ciento Republicano y un diez por ciento son radicales o
progresistas. Y las proporciones de no votantes son altas también. Los
ilegales, que son millones, no votan. Y hay muchos a los que no les
interesa. Las horas de trabajo en los Estados Unidos son más que en otros
países. El trabajador promedio de Estados Unidos trabaja seis semanas más
al año que el alemán, cuatro semanas más que el español y es
comparable a los coreanos del sur.
--¿Esta experiencia electoral de Nader tiene una proyección
hacia el futuro?
--Él dice que sí, que debemos continuar las luchas, etcétera. El
problema es que el Partido Verde, que utiliza como instrumento de su campaña
es muy heterogéneo. Tiene muchos ecologistas radicales que están un poco
fuera de la vida cotidiana, están contra los impuestos, no tienen un
enfoque muy social. Tiene que transformar este partido para hacerlo más
popular, más social.
--¿Además de usarlo como herramienta electoral, Nader es
dirigente del Partido Verde?
--Él fue el candidato presidencial del partido y es uno de sus
dirigentes aunque no es el presidente. Con respecto al futuro para
convertir la candidatura y los 2.8 millones que votaron por él, en la
construcción de algo orgánico con una visión común de la sociedad, yo
no lo veo muy claro.
--¿Usted sigue participando en el partido de Nader?
--Mire, en mi pueblo, Binghampton, una pequeña ciudad de 60 mil
habitantes, tenemos un grupo de 25 activistas, pero hay sectores
libertarios, cuya principal preocupación es legalizar la marihuana y demás,
no tienen vínculo con el pueblo, con los problemas sociales, la
desocupación, los bajos salarios. No me siento muy cómodo en las
reuniones porque mis intereses están más ligados a lo social y a la
ecología anticorporativa y ellos están en cosas más libertarias.
--¿Este movimiento tan amplio e inorgánico identifica
intereses comunes con los movimientos que se dan en Latinoamérica y en el
mundo?
--Bueno hay mucha simpatía con los franceses de Bové, con el MST
de Brasil, con los movimientos indígenas, hay afinidades con sectores
sindicales. Por ejemplo los sindicatos portuarios que en Estados Unidos
tiene una larga tradición de izquierda, su líder fue simpatizante del
Partido Comunista en el pasado, y ellos tienen el apoyo donde hay
sindicatos portuarios de izquierda, que no es tN común. Estos sindicatos
y los del ala progresista en los Estados Unidos están elaborando
relaciones. También el ATTAQ y otros grupos de este tipo han desarrollado
actividades conjuntas.
--Si se convierte en algo permanente sería un afctor nuevo en
la política norteamericana. ¿Eso no puede provocar cambios, mayor
represión?
--Hay bastante represión ya. La policía mata y pega y después
discute. Somos una sociedad muy represiva detrás de la fachada liberal.
En todas las ciudades hay gatillo fácil y los ataques policiales son más
brutales aquí cuando se rompen los límites de control que tiene fijados.
Este fenómeno no representa una amenaza tal como la que teníamos en los
'60 cuando se generalizó la represión y asesinaron a dirigentes negros.
Yo creo que están en la etapa de creación de equipos de vigilancia,
aprobando leyes contra el terrorismo con una interpretación muy amplia.
Hay un marco legal muy amplio que están aprobando para restringir las
protestas heterodoxas. Hay que ver qué sucederá con la agresividad de
Bush y la recesión que estamos pasando.
--La recesión empezó a anunciarse en 1999, y recién ahora
podría comenzar a mostrar secuelas a afectar a la gente...
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