El very sorry de George W. Bush sólo había alcanzado para que China liberara a los 24 norteamericanos que retenían en la isla de Hainan, y no el avión espía que tripulaban cuando se vieron forzados a aterrizar allí tras una colisión con un caza chino. Ahora, a casi un mes del incidente, Pekín anunció ayer que se permitiría a las autoridades norteamericanas �inspeccionar su avión�. Pero no, claro, traerlo de vuelta.
El vicepresidente norteamericano Dick Cheney aseguró que, no obstante esa limitación, la concesión de Pekín era �una señal alentadora�. Pero Cheney leía selectivamente el comunicado chino. Es que, al tratar el tema de cuándo Washington podría recuperar su ultrasofisticado EP-3, la agencia Xinhua aseguró que el gobierno de George W. Bush �acordó considerar realizar pagos a China�. Estos pagos serían para compensar por la pérdida del caza chino en el choque del 1 de abril, y la muerte de su piloto, ahora exaltado como un héroe nacional en China. �Ahora habrá una segunda ronda de negociación para decidir el monto específico del pago norteamericano�, concluía la versión de Pekín. Cheney, que integra una administración que ya fue atacada por relativa moderación hacia China, se apresuró a asegurar ayer que �Estados Unidos no efectuará ningún otro pago que el costo para transportar al avión de regreso�. Por supuesto, China ya extrajo lo que quería saber acerca del equipo ultrasofisticado del avión. �Sin duda los chinos ya dieron una buena ojeada�, admitió Cheney.
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