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FESTIVAL A BENEFICIO DE MADRES DE PLAZA DE MAYO
El arte, como aprendizaje

Palo Pandolfo, Cristina Banegas, Mirta Busnelli y Oscar Martínez, entre otros, participarán del evento que se realizará hoy en el Opera, conmemorando 24 años de lucha de la agrupación humanitaria.
Palo Pandolfo, ex Los Visitantes, dice que
estar con las Madres es �como estudiar historia�.
Lo recaudado en el festival irá a la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo.

Por Pablo Plotkin

Podría parecer una contradicción, pero en Palo Pandolfo se ve natural eso de ser un poeta instintivo y surrealista �terrenal, sí, pero nunca panfletario� y a la vez un trabajador con plena conciencia de clase. Su presencia en la conmemoración de los 24 años de lucha de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, hoy a las 21 en el teatro Sky Opera (Corrientes 860), es parte del proceso de incorporarse a la lucha contra la impunidad desde el lugar que ocupa: �el del oficio de guitarrero y cantor�. �El oficio es lo que nos emparenta a todos los trabajadores, a los que somos la clase trabajadora, la gente que hacemos que la sociedad ocurra. Somos los que tenemos la clave de todo�, dice Palo en el principio del fin de la grabación de su disco solista. �Es una suerte poder colaborar en la causa de ellas, que es también nuestra causa�. 
El festival es a beneficio de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo. Las entradas valen diez pesos (se consiguen llamando al 4321-9700) y, además de la participación del ex cerebro de Don Cornelio y Los Visitantes, estarán allí (leyendo textos, recitando poemas, cantando canciones) Cristina Banegas, Mirta Busnelli, Mikel Markez, Oscar Martínez, Mikel Urdangarin, Silvia Iriondo y Liliana Vitale. Al cabo de algunos años de presencias consecutivas en festivales organizados por los familiares de los desaparecidos, Palo asume su colaboración como un aprendizaje. �Se trata de un aprendizaje sobre nosotros mismos. Es como estudiar historia, haciéndola�, sostiene. 
Aún antes de su vida solista, cuando Los Visitantes crecían subterráneamente a la sombra del rock de masas de los �90, Pandolfo empezó a ejercer la solidaridad como trabajador de la guitarra y la voz. �Ya con Los Visitantes empezamos a contactarnos con las Madres, las Abuelas. Creo que más allá de las diferentes formas políticas, está muy claro para todos nosotros que la masacre, la tortura, no van con el desarrollo, la fuerza y la unidad de un país. Yo llevo la unidad a niveles ultrapolíticos: me he sorprendido gritando �¡unidad!� en medio de la carpa de los maestros. Creo mucho en la unidad, a todos los niveles. Yo mismo me reconozco como un ser múltiple, pero a la vez soy uno solo. Cada uno está dividido en miles de pedazos, y todos tenemos los mismos componentes, pero en diferentes graduaciones. Lo mismo sucede con el país: formamos un todo, nos guste o no. Y hay que aprender a crear el concepto de espacio-unidad. De lo contrario, la nación se vuelve un lugar aburrido.�
�¿Qué lugar ocupa la música, específicamente, en estos casos?
�La música es un trabajo sobre el espíritu. El Cuarteto Imperial te hace mover el tujes, pero en verdad lo que está vibrando es más que nada tu espíritu. Así que, para abrir puertas, no hay nada mejor que la música. Desde mi punto de vista, la revolución es pacífica. Prefiero hacerla con una canción antes que con un tanque. Y en realidad es lo mismo, porque el tanque también es un símbolo. Sea como sea, sabemos que �en un nivel de perversión� estamos en el siglo veintiuno peleando contra resabios de los siglos trece o catorce.
�¿Existe un desgaste en la insistencia de la lucha, frente a tantos resultados desalentadores? 
�Aunque sea una frase hecha, yo estoy convencido de que la lucha continúa. Si la revolución no es hoy, estamos preparando el camino para que llegue algún día. Y siempre con un sentido del amor, de la belleza, del romanticismo. Porque la sangre me circula, y no puedo quedarme quieto. La idea de la participación en estos actos todavía está a descubrirse. Tenemos que aprender a participar en las cuestiones políticas y socioeconómicas. Aprender a ser federales en serio, sin el estigma de la izquierda o la derecha, del peronismo o el radicalismo. Porque todas las nominaciones son patéticas. Aprovechemos el cambio nominal de siglo para empezar a hablar de revolución, de cambio. Pero no son más que palabras... Por eso me gusta la melodía, porque llega directamente al espíritu. La melodía es unidad.

 

 

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