Los Backstreet Boys concretaron su segunda actuación en la Argentina, convocando a unas 40 mil personas que llenaron más de la mitad del estadio de River. El conjunto de pop juvenil inició el concierto basado en su último disco Black & Blue (que vendió más de 30 millones de unidades en todo el mundo), a las 21.40 con el tema �Every One�, uno de los hits de esa placa, ante el delirio de la masiva concurrencia de adolescentes.
Al margen de lo musical y anticipando la temática pirotécnica que marcó toda la noche, los cinco integrantes del grupo subieron a escena como envueltos en una imponente escenografía montada sobre una caída de meteoritos a la tierra, que fue transmitida por tres pantallas gigantes.
Desde entonces, AJ, Kevin Richardson, Howie D., Nick Carter y Brian Littrell, secundados por un cuerpo de bailarines, se encargaron de comandar un repertorio sin sorpresas, que fue saludado fervorosamente por las fanáticas que, en muchos casos, venían acampando desde hacía más de un mes en las afueras del Monumental para estar cerca del grupo. Entre las escasas variaciones que ofrecieron los Backstreet Boys puede mencionarse un set acústico (integrado, entre otros, por las piezas �Time� y �The Answer to Our Life�) y la ofrenda de un tema en castellano: �Nunca te haré llorar�. El espectáculo visual, cargado de fuegos, luces, suelta de globos negros y azules, desfile de clips y varios cambios de vestuario, fue el marco ideal para que el quinteto se dedicara solamente a bailar después de haber cantado �If you state�, ante el delirio de las fans.
|