Por Fernando Cibeira
Un mes y medio después
de las últimas renuncias, el Frepaso volvió al Ejecutivo
para reintentar su ingreso en el engranaje de poder de la Casa Rosada,
a ver si tiene más suerte ahora en la etapa cavallista. Sucedió
el lunes, con la asunción de Juan Pablo Cafiero en el Ministerio
de Desarrollo Social, un acto que contó con una numerosa y entusiasta
presencia de frepasistas que fueron desde funcionarios a legisladores,
asesores a ex ministros. En fin, estuvieron todos menos Carlos Chacho
Alvarez, que debe haberse quedado en su casa siguiendo la ceremonia por
televisión o leyendo los libros que dicen que lee para dar clases
en la Facultad. Lo que sea con tal de estar lejos de un gobierno cuyos
destinos por estos tiempos parecen serle bien ajenos mientras que su partido
continúa negociando su vuelta a los primeros planos pero esta vez
sin Alvarez visible, para tranquilidad de varios en la Rosada.
Hacía frío y llovía, así que cualquier pitonisa
que se precie no habría vaticinado los mejores augurios para la
reentré frepasista a la gestión de Fernando de la Rúa.
Un memorable fin de semana de mitad de marzo pasado los últimos
ministros y viceministros del partido de Alvarez presentaron su renuncia
indeclinable debido al ajuste que lanzó Ricardo López Murphy
y que nunca llegó a poner en práctica. Entonces llegó
Cavallo y hubo un ofrecimiento concreto para que el diputado Darío
Alessandro ocupara el ministerio del Interior, además de la posibilidad
de seguir conversando sobre el área social. Pero el Frepaso dijo
que no a todo, luego de que no prosperara la movida para colocar a Chacho
en la jefatura de Gabinete.
Desde entonces, siguieron pasando cosas, ninguna muy buena. El riesgo
país se disparó por las nubes y Cavallo debió echar
mano a otro ajuste para que los números le cierren. Sin embargo,
el Frepaso ya había decidido que su posición no era la más
conveniente apoyando a medias desde afuera sin participar de la
cocina de adentro y terminó aceptando el ofrecimiento del
último ministerio vacante, aunque aseguran que eso sólo
no los conformará. Y, por cierto, el lunes se vivió un clima
moderadamente festivo en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno.
Aunque la larga ovación que incluyó gritos y reiterados
vamos Juampi que siguió al juramento de Cafiero
pareció más referida a la simpatía que genera el
nuevo ministro que a la alegría del Frepaso por volver junto a
De la Rúa.
Entre los invitados especiales ocupó un lugar en primera fila el
senador Antonio Cafiero, que fue a emocionarse con su primer hijo ministro.
Lo acompañó toda la parentela que, tratándose de
los Cafiero, hubiera bastado para llenar el salón. Sentado al lado
del senador estuvo el ex presidente Raúl Alfonsín quien,
junto a Chacho, había sido de los ausentes más notables
en las últimas ceremonias en gobierno. Al cierre del acto, el Cafiero
grande y Alfonsín se abrazaron muy amistosamente.
Otra presencia particular fue la de Graciela Fernández Meijide,
quien llegó sonriente y saludando a todos. Graciela estuvo al frente
de Desarrollo Social durante un año y medio por lo que se ganó
la felicitación especial de De la Rúa y el primer abrazo
de Juampi Cafiero cuando terminó el juramento. También estuvo
quien fuera el segundo ministro, Marcos Makón, cuya gestión
provocó una gaffe del Presidente. Al leer de reojo el machete que
le habían preparado, De la Rúa agradeció a Makón
su interinato. Luego advirtió que esa palabra se refería
al próximo nombre que tenía escrito en el papelito, el del
ministro de Salud, Héctor Lombardo, y se rectificó. Por
esas cosas extrañas de la dinámica del gobierno, el interino
duró más que el ministro formal.
Uno de los que lucía más contento era el ministro de Economía,
Domingo Cavallo. Entre tantos viajes, reuniones y conferencias de prensa,
resultó casi lógico que Cavallo llegara medio a las apuradas,
abrochándose el saco, secándose el sudor y un minuto más
tarde que el resto. Pero, a partir de ahí, el jefe de Hacienda
estuvo entre los más aplaudidores yaprobó enérgicamente
con la cabeza al momento del juramento de Cafiero. Es que desde el primer
día, Cavallo consideró necesario volver a incluir al Frepaso
dentro de la estructura del gobierno para contar con una base de apoyo
política a su gestión más sólida.
Igual, ya llegarán los momentos de las peleas por el presupuesto
del área social. Por ahora, el flamante ministro aseguró
que los recursos con los que cuenta le alcanzan para hacer muchas
cosas. Cafiero planteó que los dos ejes de su gestión
serán la puesta a punto de la Agencia Social que comenzará
a funcionar a partir del año próximo y un nuevo plan llamado
Pacto por los Niños, que, como lo indica su nombre,
se ocupará de las necesidades de los chicos de las familias de
menores recursos. Con todo, aclaró que seguirán adelante
los planes que están en marcha, incluyendo el Solidaridad
en el que Fernández Meijide había centrado sus esperanzas.
Por otro lado, Cafiero confirmó que convocó a Pablo Vinocur
y a Ricardo Mitre para que trabajen junto a él.
A medida que se retiraban de la Rosada, los principales dirigentes frepasistas
se mostraban contentos por lo que consideraban un primer paso en su nuevo
intento por formar parte del gobierno. Andaban por ahí Darío
Alessandro, el jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra,
el nuevo vicepresidente de la Cámara de Diputados, Rodolfo Rodil,
el senador Pedro Del Piero, la ex viceministra Nilda Garré, entre
varios otros. Aunque dan por descontado que Makón será el
próximo a integrarse al Ejecutivo para pilotear la reforma del
Estado, en el Frepaso aseguraban que sus preocupaciones no pasan por los
cargos sino por su inclusión en la mesa donde se toman esas decisiones.
Como esa mesa no sabe bien todavía dónde se encuentra, pretenden,
en principio, participar activamente de las reuniones de gabinete.
De ninguna forma los dirigentes del Frepaso aceptaban que la situación
de su partido debido a la ausencia pública de su líder podría
asimilarse a un remedo de aquel peronismo sin Perón.
Chacho está. Conversa todos los días con nosotros
e incluso, hoy, estuvo hablando con Juampi, respondía uno
de ellos. Chacho anunció que se iba a alejar de la coyuntura.
Lo que pasa es que no le creyeron, pero lo está cumpliendo,
lo defendía uno de sus mejores amigos. Sólo resta ver cómo
seguirá esta nueva etapa, que comenzó una tarde fría
y lluviosa de fines de abril, con Alvarez en su casa.
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