Cada jornada del Juicio por la Verdad que se realiza en Mar del Plata
echa luz sobre nuevos rasgos del terrorismo de Estado. Anteayer, el abogado
Eduardo Salerno dijo que los cuerpos de algunos abogados desaparecidos
durante La Noche de las Corbatas en 1976 estarían
enterrados en alguna zona de Santa Clara del Mar. Y la semana pasada,
Oscar Amílcar González, ex secretario local del gremio de
prensa, relató el calvario que atravesó durante la dictadura,
incluido un simulacro de fusilamiento. Por otra parte, el abogado Gustavo
Demarchi, acusado de colaborar con la represión en la banda ultraderechista
Concentración Nacional Universitaria (CNU), insultó al juez
Rubén Parra, uno de los miembros del Tribunal Oral Federal que
lleva adelante el juicio.
Salerno, quien fue secuestrado de su domicilio el 19 de marzo de 1976,
y luego permaneció en la Comisaría Cuarta de Mar del Plata,
en el centro clandestino La cueva y en la cárcel de
Sierra Chica, aseguró que la información sobre la ubicación
de los cuerpos de los abogados marplatenses defensores de los trabajadores
que fueron secuestrados en un mismo operativo estaría en poder
del juez español Baltasar Garzón, a quien se la habría
hecho llegar el ex policía Carlos Giordano. Según Salerno,
los datos figurarían en un diskette cuya clave sería
Sicilia y una cifra de números que no recuerdo.
Por otra parte, Amílcar González, que trabajaba en el diario
La Capital y era corresponsal del periódico porteño La Opinión,
expuso su historia; el 25 de marzo de 1976, un grupo de tareas lo secuestró
de la sede local del Sindicato de Prensa y lo llevó a un campo
de la localidad de Batán. Allí comenzó su viaje a
los infiernos, que incluyó golpes, picanas, y una experiencia inolvidable:
Vino un supuesto cura, me colocó un crucifijo en el pecho
y me dijo: venga a confesarse porque lo van a fusilar,
dijo González, antes de darse cuenta que sólo era una broma
macabra.
El testimonio del periodista confirmó la complicidad de la CNU
en la represión ilegal, ya que cree que entre sus torturadores
estaban miembros de esa banda. En ese sentido, el testigo recordó
que la CNU nació en La Plata en 1968, buscaba fortalecer
la derecha para equilibrarla ante la Juventud Peronista. Con el tiempo
abandonó su ideología y se convirtió en una banda
criminal muy peligrosa. Sólo se preocupaba por colaborar con el
Ejército y la Policía.
Los militares y los muchachos de la CNU que lo raptaron lo
derivaron a la Comisaría Cuarta de Mar del Plata, y después
lo llevaron a otro destacamento policial. Recién en mayo de 1976,
cuando lo pasaron a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, supo
que su vida corría menos peligro. Después de casi dos años
preso en la cárcel de La Plata, las autoridades militares se apiadaron
de él y le ofrecieron la posibilidad de irse del país. González
trató de rehacer su vida en Italia y en Venezuela, pero en 1983
regresó al país. Lo que jamás olvidará será
la actitud de sus antiguos empleadores de La Capital, porque no sólo
lo echaron cuando estaba detenido ilegalmente, sino que además
le sacaron su puesto de trabajo al periodista José Luis Ponsico,
compañero de González en el diario, y quien moviera cielo
y tierra para ubicarlo cuando estaba secuestrado.
Por su parte, el apellido Demarchi reapareció en el Juicio por
dos motivos; en primer lugar, porque en 1975, cuando se desempeñaba
como fiscal federal en Mar del Plata, recomendó el ingreso del
integrante del CNU Eduardo Ullúa como empleado del Poder Judicial,
pese a que había sido condenado por el asesinato de la estudiante
Silvia Filler, cometido en 1972. El recomendado de Demarchi había
recuperado su libertad al beneficiarse de la amnistía para presos
políticos dictada por el Gobierno de Héctor Cámpora
en 1973. Pero en la década del 80 volvió a la cárcel,
acusado de participar en la banda de narcotraficantes desmantelada en
la Operación Langostino.
El segundo eslabón de la irrupción de Demarchi en el Juicio
se produjo el 21 del mes pasado al mediodía, cuando se encontró
en un bar de la calleAlem al juez Parra, que junto a Mario Portela y Roberto
Falcone conforman el Tribunal que lleva adelante el proceso. Según
Parra, el abogado lo agredió de manera verbal, y después
le dijo : ya vas a ver quién soy yo. Ahora la cuestión
es con los tres. Un detalle a considerar: por Mar del Plata, aseguran
que Demarchi tiene contactos muy poderosos.
Informe: Alejandro Cánepa.
POR
UNA AMNISTIA A LAS PROTESTAS
Una esperanza para Alí
El flamante Frente para el Cambio
(FPC), formado por ex diputados del Frepaso, presentó un proyecto
de ley de amnistía para las personas detenidas por participar en
medidas de fuerza, o en reivindicaciones sociales, estudiantiles o económicas,
desde que rige la Ley de Convertibilidad, o sea desde 1991. La idea del
Frente surgió pocos días después de que el piquetero
Emilio Alí fuera condenado a cinco años y medio de prisión
por encabezar un reclamo de alimentos en un supermercado marplatense el
año pasado.
La iniciativa, presentada originalmente en 1999, fue retomada por los
diputados del FPC Alicia Castro, Gustavo Cardesa, Alfredo Villalba y Ramón
Torre Molina, quienes también fueron apoyados por los legisladores
de la coalición Argentinos por una República de Iguales
(ARI) Elisa Carrió, Alfredo Bravo y Jorge Rivas. En un comunicado,
el FPC aclaró que excluye del pedido de amnistía a aquellos
que hayan incurrido en delitos contra la vida, y quienes atentaron contra
las instituciones de la democracia.
Los legisladores afirman que, de aprobarse el proyecto, los tribunales
de todo el país deberán decretar de inmediato el cierre
de todos los procesos, cualquiera fuere el estado de la causa, y de esta
forma, terminar con la criminalización del conflicto social.
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