Por Ferrán
Sales
Desde
Jerusalén
La Autoridad Palestina y el
gobierno de Israel se acusaron mutuamente ayer de impulsar una guerra
sucia contra la población civil, sin reparar en métodos
ni daños. Mientras Yasser Arafat imputaba a los servicios secretos
israelíes de haber dinamitado dos viviendas en Gaza y Ramala matando
a cinco personas, Ariel Sharon aseguraba que los servicios de seguridad
palestinos estaban implicados en el asesinato de un colono, que fue tiroteado
cerca de su asentamiento en Cisjordania. El nuevo pico de violencia ocurrió
mientras se discutía un plan jordano-egipcio para reanudar el diálogo
y después de que las milicias Tanzim desobedecieran la orden de
desbande de Yasser Arafat.
En la primera explosión del lunes, que se produjo en Gaza, murieron
dos militantes del movimiento fundamentalista de Hamas y en la otra fallecieron
dos niños de 7 y 4 años de edad y un militante de Al Fatah
buscado por su supuesta implicaciones en un atentado perpetrado contra
un muchacho israelí. Citando testigos presenciales, la organización
para la defensa de los derechos humanos palestina Law aseguraba ayer en
un comunicado que la bomba que destruyó la vivienda en Gaza y mató
a los militantes de Hamas había sido con toda probabilidad accionada
por control remoto accionado por dos helicópteros israelíes
que en el momento de la explosión sobrevolaron el edificio. Un
portavoz del gobierno de Israel desmintió ayer estas acusaciones
y aseguró una vez más que estas explosiones en las viviendas
habían sido provocadas por accidentes de trabajo de
activistas palestinas. A continuación el portavoz del ejecutivo
de Ariel Sharon pasó al ataque y acusó a los servicios de
seguridad palestinos de estar implicados en la muerte un supuesto colaborador
de los servicio secretos israelíes en Kalkiya y de un colono del
asentamiento de Ofra, cerca de Ramala en Cisjordania.
El colono, Assaf Hershkowitz, de 31 años, murió ayer por
la mañana como consecuencia de un tiroteo efectuado contra su coche,
desde otro vehículo, mientras circulaba por una carretera cercana
a su asentamiento. Tres meses antes, el padre de la víctima, otro
conocido colono de la zona, fue abatido de manera idéntica cuando
se dirigía desde su asentamiento a su lugar de trabajo al norte
de Jerusalén.
Esta oleada de violencia desencadenada en los dos últimos días
en Israel y en los territorios palestinos autónomos, saldados con
más de 10 muertes, dificultan la aplicación de manera inmediata
el plan de paz diseñado por jordanos y egipcios en el que se contempla
como primer objetivo un alto el fuego y en segundo lugar la reanudación
de las negociaciones de paz.
A la policía
argelina se le fue el gatillo fácil
Nada menos que 42 muertos y 572 heridos fue el saldo de los disturbios
entre los manifestantes y la policía en la pequeña
Kavilia, en Bejaia, Argelia (foto). Las manifestaciones habían
comenzado el 18 de abril en reclamo de viviendas, trabajo y dignidad
más que en el habitual pedido de los bereberes de que sea
reconocida su lengua y su cultura ya que en Argelia la lengua
oficial es la árabe. Las autoridades al fin admitieron
ayer el número de víctimas, pero los habitantes de
la región estaban decepcionados con el anuncio del presidente
Abdelaziz Buteflika en el primer mensaje que pronuncia a la
nación de crear una comisión que investigara
la masacre.
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