Por Martín Pérez
Al igual que los protagonistas
de Happy Together, lo primero que preguntaron Maggie Cheung y Olivier
Assayas al llegar a Buenos Aires fue ¿cómo llegar
hasta las cataratas?. Tarea que se les hizo muy difícil a
causa de la huelga de Aerolíneas. Tal como les sucedió a
los actores de la película que Wong Kar Wai filmó en Argentina,
esta pareja también encontró obstáculos insalvables
para alcanzar su objetivo.
Tengo que confesar que la primera vez que oí hablar de las
Cataratas del Iguazú fue en ese film, concede la hermosa
Maggie Cheung, que llegó a Buenos Aires acompañando a (o
acompañada por) su marido, el director francés Assayas.
Nos conocimos durante el rodaje de Irma Vep confirma
Cheung Olivier viajó a Hong Kong para hacer un casting, y
apenas llegó se comunicó con el director de fotografía
de los films de Wong, Chris Doyle, que supo vivir un tiempo en París.
Dio la casualidad que yo estaba presente cuando Olivier lo llamó,
así que lo conocí a través de Doyle, precisa
la estrella de Con ánimo de amar, la última obra maestra
de Wong Kar Wai, que se exhibió dentro del Festival de Cine porteño
y que mañana se estrena comercialmente en Argentina.
Aunque está ambientado en el Hong Kong de los años sesenta,
la melancolía, la banda de sonido y la gomina le dan cierto aire
porteño al film, detalle que su protagonista atribuye a una canción
que funciona como leitmotiv de la pareja protagonista. Quizás,
quizás, quizás, canta Maggie en castellano, divertida
por la comparación.
En el mundo occidental se suele pensar en Wong Kar Wai como un Godard
nacido en Hong Kong, tal vez menos intelectual y más práctico,
como los tiempos que corren. ¿Cómo se lo ve en Hong Kong?
No soy la persona ideal para juzgarlo, porque lo conozco desde su
primer film y es un amigo. Por eso tengo una comprensión diferente
de su cine que la audiencia promedio de Hong Kong, que no está
muy interesada en sus films porque los consideran demasiado artísticos.
A ellos les gusta el cine de Jackie Chan, que es mucho más entretenido,
no tienen tiempo o energía o interés para sentarse en un
cine e introducirse en un mundo personal en donde descubrir algo...
Usted trabajó con Jackie Chan en el comienzo de su carrera...
¿Por qué decidió dejar de hacer esa clase de trabajos?
Porque conocí a Wong Kar Wai (risas). Mi carrera ha pasado
por muchas etapas. Comencé con film comerciales de todo tipo: acción,
comedias, películas de fantasmas, thrillers. Pero cuando conocí
a Wong mi perspectiva con respecto a mi trabajo cambió, y comencé
odiar que me contrataran sólo como un adorno más, como excusa
para el que héroe se luzca diciéndome cosas. Así
que en ese momento me dije que lo único que quería hacer
eran films en serio, con personajes humanos y demás. Una obsesión
que me duró varios años, pero que he vuelto a cambiar. Hoy
no soy tan extremista, me gustan los buenos films pero no me importa trabajar
en films comerciales. Porque también pueden ser buenos y disfrutables,
y además es muy divertido hacerlos. Así que ya no me limito
tanto.
El rodaje de Con ánimo de amar fue muy extenso y dificultoso...
¿Hubiera aceptado trabajar en esas condiciones con otro director
que no fuera Wong Kar-Wai?
Con David Lynch o con Scorsese, tal vez (se ríe). Sólo
puedo hacerlo con alguien en quien crea. El arreglo inicial con Wong fue
por tres meses, pero después de un tiempo se prolongó tanto
que se volvió casi interminable. Y yo puedo hacer eso por sus films,
quiero hacerlo, porque me gusta. Y en este caso lo que sucedió
fue que me dio un foco y una concentración que no sabía
que podía conseguir como actriz. Mucho de lo que se consiguió
en el film tiene que ver con la forma en que fue rodado. Fuimos, vinimos,
rodamos una vez, después hicimos tomas otra vez. Y esoterminó
permitiéndome meterme en el personaje, hacerlo mío, crecer
dentro de él, acostumbrarme a la ropa y a la escenografía,
y entonces sí lograr aún más dentro de su piel. Fue
algo que tomó meses y meses. Porque en el comienzo, entre los peinados,
el maquillaje y la ropa no podía concentrarme, no sabía
cómo dar lo que debía dar. Pero después de usarlo
durante nueve meses se volvió algo natural.
Assayas dice que lo más importante para un director es enfrentar
su lado oscuro. ¿Cuáles serían los fantasmas que
Wong enfrenta en su cine?
El gran fantasma que está presente en Con ánimo de
amar es la represión de los sentimientos. Pero es algo que atraviesa
todo su cine. Siempre hay un personaje o dos que han perdido algo importante
en sus vidas porque no dijeron en su momento lo que debían decir.
Ese es su lado oscuro, de alguna manera. Lleno de momentos perdidos, y
arrepentimientos.
¿El cine de Wong Kar Wai consiguió discípulos
en Hong Kong?
No, realmente. Hay quienes se han inspirado en su estética
de cámara en mano, pero no en los temas o los personajes.
A diferencia de sus films anteriores, la cámara está
fija en Con ánimo de amar. ¿Fue una ventaja?
Para los actores sí. Porque es imposible no distraerse con
la cámara en movimiento. Creo que esa decisión estética
hizo que Chris Doyle abandonase el rodaje cuando terminó su contrato
inicial. La razón oficial por la que Doyle se retiró fue
que tenía otros compromisos, pero creo que él se hubiese
quedado si no fuese porque no era la clase de film para él. Este
es un film de actores, se quejaba todo el tiempo (se ríe).
Acá nunca pasa nada (más risas).
Alrededor de Wong Kar Wai siempre se mencionan todo tipo de proyectos.
¿Cuál va a ser el próximo?
Wong es un hombre al que todo el tiempo se le ocurren ideas, y cada
vez que da una entrevista y alguien le pregunta sobre sus proyectos él
contesta lo que en ese momento tiene en mente, algo que cambia todos los
días. Creo que ahora se va a concentrar en su proyecto futurista,
2046. Creo que va a estar listo muy pronto.
En su momento se habló de que Bjork iba a participar de ese
proyecto, así como otras estrellas...
No lo sé. Sólo sé que va a ser un proyecto
muy grande...
|