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Una caja que reúne casi todo lo
que grabó Piazzolla para la RCA

En ese sello, el bandoneonista registró varios de sus discos más importantes. Por primera vez aparecen agrupados en 4 CDs.

Música: Uno puede encontrarse con un conjunto de grabaciones fundamentales y con mucha de la mejor música escrita y tocada en este país.

Piazzolla grabó para RCA
en 1961-2, en 1969-70 y en 1982.

Por Diego Fischerman

Astor Piazzolla grabó para la RCA Victor varios de los discos más importantes de su carrera. En 1992, Rafael Abud, uno de los productores discográficos más emprendedores que había tenido el sello, encaró su reedición, respetando el diseño y repertorio original de cada álbum y repartiendo en ellos, en la medida en que el espacio lo permitía y a manera de bonus tracks, algunos registros que Piazzolla había realizado y que habían permanecido inéditos o habían salido a la venta solo en el viejo formato del “simple” (un disco de 33 RPM con un tema en cada lado). Ahora, RCA encara, por primera vez, la edición en una caja de lo grabado por Piazzolla. La publicación no pretende ser la edición completa. Se limita a 4 CDs de duración generosa (entre 73 y 78 minutos cada uno) y mete en ellos todo lo posible. Está lo más importante, es cierto, pero con un CD más podría haberse incluido la totalidad.
Parte de los errores de esta edición que, de todas maneras, resulta magnífica, es la pobreza del folleto, que abunda en anécdotas contadas por el recopilador de la edición, Aquiles Giacometti, del tipo “Era un loco divino y querible y yo no le iba en zaga”, en lugar de hablar de las características musicales de cada uno de los conjuntos, de las distintas épocas estilísticas de Piazzolla, de las formaciones y fechas exactas de las grabaciones o, mínimamente, de por qué se pusieron algunas cosas y se sacaron otras. La pena no tiene que ver con lo que la caja es sino con lo que podría haber sido. De hecho, aquí uno puede encontrarse con un conjunto de grabaciones fundamentales y con mucha de la mejor música escrita y tocada en este país. Y, también, con algunas joyas hoy difíciles de encontrar en otro lado, como las versiones de “Triunfal”, “Prepárense” y “Redención” (de Gobbi) grabadas en abril de 1961 por el quinteto conformado por Piazzolla en el bandoneón, Elvino Vardaro en el violín, Jaime Gosis en piano, Oscar López Ruiz en guitarra eléctrica y Kicho Díaz en contrabajo. Lo lamentable es que falte el resto de ese disco llamado ¿Piazzolla o no? Bailable y Apiazolado, grabado por compromiso, genial en muchos aspectos y hoy escuchable, ya lejos de las barricadas de entonces, con verdadero placer.
Esa escena fundante en la relación de Piazzolla con RCA Victor marca, eventualmente, las relaciones de tensión que atravesarían los tres períodos en que el bandoneonista trabajó con esta grabadora (1961-2, 196970 y 1982). Cuando se trató de grabar ese primer disco, que se llamaría Piazzolla interpreta a Piazzolla, el sello puso una condición, que junto con ese se grabara otro, dedicado a repertorio más comercial. En todo caso, las contradicciones de la empresa discográfica no fueron ajenas a las del propio Piazzolla, que siempre mantuvo una posición dual con el mercado, despreciándolo y anhelándolo a la vez.
Esta caja, bautizada Quintaesencia, incluye los tres temas mencionados de Bailable y Apiazolado, todo Piazzolla interpreta a Piazzolla, donde Simón Bajour reemplaza a Vardaro, menos el tema “Berretín” (en el folleto, por error, al tema “Nonino” se lo consigna como “Adiós Nonino”), el simple del ‘69 con Goyeneche (“Balada para un Loco” y “Chiquilín de Bachín”, con acompañamiento de orquesta), todo el disco en vivo en el Regina, en 1970, la versión de estudio de dos de las estaciones (“Invierno” y “Primavera”), el Concierto para quinteto y los solos de bandoneón registrados ese mismo año (“La Casita de mis Viejos”, “Mi refugio”, “Loca Bohemia”, “En las Sombras”, “Flores Negras” y “Margarita Gauthier”), el cuarteto con Rodolfo Mederos, Leopoldo Federico, y Antonio Ríos (“Recuerdos de Bohemia”) y los dos dúos con Aníbal Troilo (“Volver” y “El Motivo”, erróneamente consignado en el folleto como versión de quinteto). Falta, y no es una pérdida menor, la versión de Piazzolla con sobregrabación de bandoneón de “Milonga triste”. De la música para la película Con Alma y Vida se incluyen dos números (“Flaco Aroldi” y “Casapueblo”), están completos losdos volúmenes con el noneto más uno de los dos temas que este grupo grabó en 1973 y no fueron editados en LP (“Jeanne y Paul”) y, de ese mismo año, la grabación con orquesta de “Noche de Paz”. El álbum de completa con el segundo disco en vivo en el Regina, de 1982 y con Goyeneche como cantante. La posibilidad de comparar la voz de este artista (y su manera de interpretar) en las mismas canciones que fueron registradas en el ‘69 es una de las virtudes que ofrece esta recopilación. Otra de las joyitas es una versión extendida (con gran zapada) de “Tristezas de un Doble A”, ya con el quinteto conformado con Suárez Paz, Malvicino, Ziegler y Console. Entre las ventajas de esta nueva caja, además de la de ofrecer un cuerpo orgánico y un recorrido a través de la evolución de Piazzolla, está su muy buen sonido, en varios casos muy superior al de la anterior edición del material en CD.

 

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