Preocupado por la suba del riesgo
país por tercer día consecutivo, después del impuestazo
anunciado el viernes, Domingo Cavallo volvió a hablarles exclusivamente
a los mercados. Anoche convocó de manera imprevista
una conferencia de prensa para explicar la fuerte caída de la recaudación
impositiva en abril, que abre nuevas dudas entre los acreedores. Y es
que son cada vez más los que sostienen que la economía entró
en un nuevo círculo vicioso de recesión y caída de
la recaudación, que hace que ningún ajuste fiscal alcance
para acomodar las cuentas. El riesgo país llegó ayer a 1091
puntos, una sobretasa de interés (de casi 11 por ciento más
de lo que paga el Tesoro norteamericano), que de persistir no sólo
diluye cualquier recuperación del crédito privado, profundizando
la recesión, sino resquebraja la solvencia del sector público
y aleja la posibilidad de reprogramar de manera conveniente para el fisco
los vencimientos de la deuda.
Hoy se anunciará oficialmente el acuerdo cerrado con el Fondo Monetario,
una vez que sea tratado por el directorio del organismo. La formalidad,
que ratifica el compromiso del Gobierno de ajustar todo lo necesario las
cuentas públicas para cumplir con las estrictas metas pautadas,
supuestamente debería ser bienvenida por los inversores
en títulos de la deuda argentina. Sin embargo, Cavallo evalúa
que un nuevo revés frente a los especuladores financieros, a quienes
desde el viernes pasado se desvive por seducir, lo arrojaría varios
metros más hacia el precipicio. He leído y escuchado
comentarios alarmistas sobre los resultados de la recaudación de
abril. Pero no hay por qué alarmarse porque está dentro
de lo previsto. Y vamos a tener toda la recaudación necesaria a
lo largo del año, empezó diciendo el ministro.
No hizo falta que aclarara la recaudación necesaria
para qué, ni para quiénes. Cavallo quiso despejar las dudas
de los financistasespeculadores, tenedores de bonos de la deuda argentina,
sobre las cuentas que el ministro cerró el fin de semana último
en Washington con las máximas autoridades del FMI, después
de haber anunciado en Buenos Aires otro típico paquete de ajuste
fiscal: generalización del IVA, un aumento del impuesto a las cuentas
corrientes y un recorte de gasto público por 900 millones.
Los ingresos del fisco en abril se desmoronaron un 9 por ciento y semejante
bajón abre nuevos interrogantes sobre la estrategia de ajustar
en medio de la recesión para equilibrar las cuentas fiscales. En
especial, porque la recaudación de abril ya contaba con el impuestazo
a las cuentas corrientes. Para Cavallo sólo la mitad de la caída
se debe a la baja del nivel de actividad y al aumento en la evasión
y la morosidad (ver aparte). Pero lo cierto es que, como le ocurrió
el año pasado a José Luis Machinea, los mismos mercados
que reclamaban más ajuste para reordenar las cuentas fiscales y
asegurarse el cobro de la deuda, hoy temen que el impuestazo termine profundizando
la recesión. Y, ya se sabe, con recesión no hay ajuste que
alcance para reencauzar el déficit fiscal y garantizar un pago
ordenado del endeudamiento. Esa impresión, a su vez, mantiene elevado
el riesgo país es decir, las tasas de interés que
le facturan al gobierno por su endeudamiento y con estas tasas no
hay reactivación posible, porque no hay proyecto de inversión
rentable ni crédito para consumo o vivienda razonable. Tal es el
círculo vicioso que aplastó en su momento a Machinea y ahora
amenaza con atrapar a Cavallo.
En este contexto, el ministro cree que, así como hace un mes apostaba
a reactivar las expectativas en el mercado interno, en las actuales circunstancias
no tiene otra salida que ir a fondo con las señales promercado.
Un día más de suba en el riesgo país, cuando está
jugando las mejores cartas a su favor, terminaría de erosionar
su capacidad para crear expectativas entre los inversores, evalúan
sus colaboradores más cercanos.Por eso, ayer también insistió
con que el gasto público no va superar los límites
fijados en el Presupuesto y en los acuerdos internacionales. Y anunció
que el contador Marcos Makón, un funcionario de confianza compartida
entre él y Chacho Alvarez, está nuevamente trabajando sobre
la reforma del Estado que piden a gritos desde Wall Street.
El Cavallo de ayer volvió a contrastar con el de hace un mes, cuando
hablaba de los jóvenes miopes. Sólo se limitó
a desacreditar la idea de que los últimos anuncios fiscales hayan
sido un impuestazo o un golpe a la clase media,
y responsabilizó a los medios de comunicación de seguir
tirando pálidas. Sus principales definiciones fueron las
siguientes:
Acá no ha habido
ningún impuestazo. Se eliminaron privilegios. Este es un golpe
a la clase alta, no a la clase media.
Estamos viendo si la
AFIP continúa en la órbita de Jefatura o vuelve a Economía.
Lo decidiremos en los próximos días.
Sobre el blanqueo de
capitales que anunció al asumir: No va a haber un perdonazo.
Van a tener que traer capitales y ponerlos a una tasa de interés
baja por un buen tiempo. Pero recién lo vamos a instrumentar cuando
en Argentina a nadie se le pueda ocurrir evadir.
Cuando la recaudación
aumente, antes de bajar el IVA o Ganancias vamos a reducir impuestos distorsivos
como Renta Mínima Presunta, el impuesto a los intereses y vamos
a permitir que los impuestos al trabajo puedan tomarse como crédito
de IVA.
Es inminente
Frente a las turbulencias en los mercados, Domingo Cavallo podrá
darles una buena noticia a los financistas. Según expresó
ayer el vocero del FMI, Francisco Baker, la firma del acuerdo con
la Argentina es inminente, y fijó un plazo de
24 horas para que ello suceda. El nuevo acuerdo establecerá
un waiver (perdón) que el Fondo dispensará
a la Argentina por el incumplimiento de las metas fiscales del primer
trimestre, por un total de 1000 millones de dólares. Justamente,
lo que resta definir es si el organismo permitirá que la
Argentina compense esa falta a lo largo de año, o bien restringiendo
las metas trimestrales. Cavallo se inclina por la primera opción
ya que prevé que la economía recién se recuperará
en el último tramo de 2001. Por su parte, Baker admitió
que el acuerdo todavía no se rubricó debido a un tema
burocrático, aunque reconoció que el tema genera
nerviosismo.
|
Desconfianza
La confianza de los consumidores volvió a caer en abril,
del 25,1 al 20,5 por ciento, según la encuesta mensual de
la Fundación Mercado. A su vez, los planes por adquirir bienes
durables cayeron aun por debajo del promedio del año pasado.
En cambio, se notó una leve apreciación del ahorro
en las familias, aunque en niveles inferiores al promedio de 2001.
Según la Fundación, las dudas de que la Argentina
pueda hacer frente a los servicios de la deuda y el lanzamiento
de la flexibilidad de la Convertibilidad jugaron en contra de la
recuperación. La interrupción del despegue no
estuvo ligada a medidas de política económica interna
ni a ruidos políticos, sino a una severa crisis de confianza
externa, sostuvo la Fundación.
|
OPINION
Por Julio Nudler
|
Inflando un globo
roto
Bajaremos impuestos que quitan ingresos a los sectores medios
y altos... perdón, bajos. ¿Traicionó
este fallido, registrado en la rueda de prensa de anoche, el verdadero
sentimiento de Domingo Cavallo? En otro momento aseguró que
los impuestos distorsivos son los más evadibles, lo cual
contradice a las claras su defensa del tributo a las transacciones
financieras como un arma contra la evasión, tratándose
del más distorsivo de los gravámenes. Pero los pasajes
más duros de contemplar para los piadosos fueron los de esas
minuciosas explicaciones del comienzo, tratando de demostrar que
el derrumbe de la recaudación en abril no fue tal, y que
en realidad él ya lo tenía todo previsto. Llegó
al extremo de afirmar que entre sus anuncios del viernes pasado
el verdaderamente significativo fue la reducción del IVA
para los bienes de capital, cuando es obvio que el impuestazo le
sirvió de pasaporte para viajar rumbo al Fondo Monetario
y recauchutar en Washington el acuerdo que le permitiera a José
Luis Machinea obtener el blindaje. ¿Alguien concibe al FMI
perdonándole la vida a un ministro que exhiba como salvoconducto
una reducción de impuestos en medio de un desborde deficitario?
El número más dramático conocido ayer muestra
que 364 grandes contribuyentes (es decir, grandes empresas) resolvieron
incumplir, por lo menos temporariamente, con la DGI, pese a estar
bajo la lupa del organismo, y aunque la mora es castigada con un
recargo del 3 por ciento mensual. Algunos tributaristas hablan ya
de la canibalización del IVA y Ganancias por
el impuesto a las cuentas corrientes: lo que se paga a la fuerza
por éste, se deja de pagar por aquellos. Es como si Cavallo
tratara de inflar un globo pinchado: por algún agujero se
escapa la presión tributaria que intenta meterle a una economía
exánime. Para colmo, usa un inflador desajustado, como es
la AFIP.
A pesar de todo, el mediterráneo no baja los brazos ni renuncia
a su discurso desarrollista. Cuando retrocede un paso ante la embestida
de los operadores de títulos, anuncia que avanzará
dos. Lucha como puede contra una cruel realidad. El riesgo país
sube, la recaudación baja y él corre detrás
de las variables, única opción posible en la deflación
que le legaron sus predecesores, a quienes él a su vez les
había dejado como herencia maldita la convertibilidad con
sobrevaluación cambiaria. En circunstancias como éstas
no puede haber blanqueo que atraiga capitales ni megacanje consensuado
con los acreedores. Sólo el infartante equilibrio del funámbulo,
que sabe que cualquier mal paso le resultará fatal.
|
LOS
MERCADOS SIGUEN CASTIGANDO. BAJA DE LAS ACCIONES
El riesgo país, en 1091 puntos
Por Claudio Zlotnik
El riesgo país continuó
su carrera ascendente: ayer subió 21 puntos y se situó en
los 1091. A su vez, las acciones perdieron 0,5 por ciento en promedio.
También se volvió a disparar la tasa interbancaria. Cuando
parecía que, por fin, los mercados le habían levantado el
pulgar a Domingo Cavallo, la noticia de que la recaudación cayó
9,1 por ciento en abril impactó negativamente. En la city creen
que la economía argentina cayó en una trampa de la cual
se le hace muy difícil salir: el ajuste trae aparejado otro ajuste
y que no se avizora el motor del crecimiento. El círculo vicioso
se cierra con un riesgo país por encima de los mil puntos, que
quiebra cualquier ilusión de reactivación.
En medio de las tensiones, los títulos públicos registraron
una baja de entre 1,0 y 1,5 por ciento. Y el call (tasa a
la cual los bancos se prestan entre sí a cortísimo plazo)
saltó al 20 por ciento anual para las operaciones en pesos, aunque
hubo bancos líderes que prestaron al 30 por ciento. Esta tasa,
referente para el resto del sistema financiero, había sido del
8,5 por ciento el último lunes.
Anoche, el propio ministro admitió que la fuerte caída de
la recaudación impositiva puso nerviosos a los mercados, aunque
dijo que esas interpretaciones son excesivamente alarmistas.
Justamente, ese indicador es uno de los de mayor rating entre los operadores
porque sirve para testear la marcha de la economía. La lectura
que hacen los financistas es que el fuerte retroceso de la recaudación
del mes pasado indica que la economía sigue en terapia intensiva.
Y que si la Argentina no crece, difícilmente pueda cumplir con
el pago de los servicios de la deuda. Por este motivo, aumenta el riesgo
país y se profundizan los problemas. Con un riesgo país
en los niveles actuales, los mercados de crédito permanecen cerrados
para la Argentina, que necesita que le presten para refinanciar la deuda.
El hecho de que Cavallo echara mano a un nuevo impuestazo para emparchar
el desajuste fiscal también fue desaprobado por los financistas.
No alcanzó que el ministro mostrara un perfil ortodoxo para convencer
a los corredores. Tampoco que Cavallo viajara a Washington para estrecharse
en un abrazo con Horst Koehler al sentar las bases de un nuevo acuerdo.
La desconfianza persiste. En la práctica, el aumento de la presión
impositiva no significó una mayor recaudación sino todo
lo contrario, por lo que la agujero fiscal se sigue agrandando y, dada
la experiencia reciente, no está probado que el flamante ajuste
vaya a tener éxito.
Al menos en lo que respecta a los primeros días de la semana podría
afirmarse que la teoría de Economía está fallando.
En el Palacio de Hacienda suponían que tras el desplazamiento ordenado
de Pedro Pou del Banco Central y una vez firmado el nuevo acuerdo con
el FMI, los mercados volverían a sonreírle al ministro.
Y que, en un contexto más relajado, sería el turno de lanzar
un megacanje de la deuda para desahogar los vencimientos del corto plazo.
Pero si bien las primeras dos condiciones se concretaron tal cual lo planeado,
el riesgo país continúa por las nubes. Y, de persistir estas
condiciones, sería imposible realizar la operación porque
las tasas de interés de los nuevos bonos de largo plazo serían
altísimas.
Cavallo reza para que las aguas se calmen en los próximos días.
El megacanje de deuda, por unos 20 mil millones de dólares, es
su comodín para que bajen el riesgo y las tasas, y la economía
emerja. Por lo pronto, las negociaciones entre Economía con los
bancos y las AFJP siguen a toda marcha. En sus carteras, las entidades
financieras poseen 14 mil millones en títulos de corto plazo (Letes,
Bontes y Bonos Pagaré). Pero los fondos de pensión, apenas
200 millones. Por tal motivo, existe la posibilidad de que se selle un
acuerdo con las AFJP para que éstas entreguen bonos (incluyendo
los cupones que vencen anualmente) y a cambio se les entregueotro título
de largo plazo cupón cero, es decir que no paga intereses
y el capital se cancela al vencimiento. En las AFJP calculan que por esta
operación podrían canjear de 2 mil a 3 mil millones de bonos.
Actividad
que no arranca, impuestos que no se pagan
Por Raúl
Dellatorre
Los ingresos que recauda la
DGI sobre la actividad económica interna cayeron en abril en un
12,7 por ciento con respecto al año anterior. La Administración
Federal de Ingresos Públicos justificó a media tarde la
mala performance por la baja actividad económica, la deflación
y el incremento de tasas de interés. Domingo Cavallo, sin embargo,
no quiso dejar pasar esa imagen, y llamó de urgencia a una conferencia
de prensa pocas horas después de difundida aquella información
para hacer un balance optimista de los resultados tributarios. Sólo
menos de la mitad de la caída de la recaudación, intentó
explicar, obedece a la caída en el nivel de actividad y/o a aumentos
de incumplimientos de los contribuyentes.
La recaudación total de abril alcanzó a 3538,3 millones
de pesos, de los cuales 2276 millones correspondieron a los ingresos de
la DGI, 653,8 millones a Aduanas y 608,5 millones a los aportes a la Seguridad
Social. Contra abril del año pasado, los recursos totales cayeron
9,1% y los correspondientes a DGI y Seguridad Social flaquearon en 12,7
y 3,9%, respectivamente. Los ingresos en Aduanas crecieron levemente,
en un 0,3%. En el acumulado de los primeros cuatro meses del año,
los ingresos totales descendieron 4,6% y los que corresponden exclusivamente
a DGI, 4,3%. Este resultado, sin embargo, no afectará la meta de
recaudación para el año, según indicó el ministro
de Economía, que señaló que la caída de abril
ya fue incluida en el programa elevado el último fin de semana
al Fondo Monetario.
El descenso del 12,5 por ciento en la recaudación del IVA que cobra
la DGI en el mercado interno y del 17,1 en el impuesto a los
combustibles en el mes de abril estaría indicando que la baja en
el nivel de actividad, tal como lo señaló la AFIP, es el
principal ingrediente de la brusca caída en la recaudación
total. Sólo en estos dos impuestos al consumo se perdieron ingresos
por 216,2 millones con respecto a abril del año pasado, ya en plena
situación recesiva. Vale señalar que ni uno ni otro gravamen
se han visto alcanzados por rebajas de tasas ni cambios en el calendario
de vencimientos, un argumento que utilizó ayer Cavallo para justificar
la menor recaudación.
En cambio, buena parte de la caída del 20 por ciento en la recaudación
del impuesto a las ganancias obedece a que el mes pasado no se cobraron
130 millones de pesos en anticipos que sí ingresaron en abril del
2000. De igual forma, la derogación del impuesto de emergencia
a las altas rentas y la reducción en la alícuota en el impuesto
a los intereses pagados provocó que se resignaran otros 57 millones
de pesos de ingresos con respecto al año anterior.
El impuesto a los débitos y créditos en cuenta corriente,
en su mes debut, le dejó al fisco 184,5 millones, sólo la
tercera parte de la caída de recaudación perdida por el
resto de la estructura impositiva. Según el artilugio utilizado
por Cavallo, proyectando dichos ingresos a un mes de 21 días hábiles
en abril sólo se cobró sobre 15 días,
lo normal será que ese tributo rinda 248 millones de
pesos, que comparó con los 265 millones que, según su propia
interpretación, habría sido la incidencia de la menor actividad
o mayores incumplimientos durante el mes pasado sobre la recaudación.
Las explicaciones que dio ayer Cavallo contrastaron fuertemente con los
argumentos expuestos en el comunicado de la AFIP difundido junto con la
planilla de recaudación en horas de la tarde. Allí se señalaban
como los tres factores principales que afectaron la recaudación
al incremento en las tasas de interés, a la disminución
de la actividad económica y a la disminución de precios
(deflación). En apoyo de su argumento, la AFIP recordó que
el Estimador Mensual Industrial de marzo disminuyó un 4,5 por ciento
con respecto al año anterior, la construcción lo hizo en
un 13,9 por ciento, el PBI venía cayendo a fines del 2000 al 2
por ciento anual y los precios al consumidor a una tasa anual del uno
por ciento. Sin decirlo expresamente, la repartición que encabeza
Héctor Rodríguez y depende de laJefatura de Gabinete, refería
que en una economía en fuerte deterioro difícilmente pudiera
mantenerse la recaudación. Cavallo no quiso dejar esa imagen, y
dos horas después salió a dar una explicación distinta
del fenómeno. Lo que no alcanza para cambiar la realidad.
Si pagaba mil, pagará
más
Los alquileres comerciales pagarán IVA cuando superen los
mil pesos mensuales, mientras que los arrendamientos rurales seguirán
exentos, según establecerá un inminente decreto. Ambas
novedades fueron anticipadas anoche a Página/12 por el secretario
de Ingresos Públicos, José María Farré.
Este sostuvo que los comercios no sufrirán con la medida
ningún incremento en la presión tributaria porque
podrán imputar todo el IVA que le paguen al locador contra
el impuesto cobrado a los clientes. Es obvio que no lo podrán
hacer los muchos comerciantes que evaden.
Farré juzga que la extensión del IVA a las locaciones
reactivará la construcción de inmuebles comerciales
para alquilar al reducir su costo, ya que los dueños de los
edificios podrán descargar el impuesto pagado por insumos
y servicios empleados en las obras.
En cuanto a la televisión por cable, que aduce la ilegalidad
del alza en la alícuota del 13 al 21% porque el Parlamento
no le cedió al Ejecutivo la facultad de elevar tasas (sí
de bajarlas o de suprimir exenciones), Economía podría
derrotar la objeción desdoblando la medida: eximiendo primero
al cable del IVA, y gravándolo por otro decreto con el 21%.
Por último, los acuerdos sectoriales, empezando por el metalmecánico
que se firmará hoy, permitirá computar las contribuciones
patronales, cuyo máximo actual es de 14,7%, como crédito
fiscal del IVA.
|
|