Por Cledis Candelaresi
Diez años y treinta y
cinco días después que se sancionara la ley de Convertibilidad,
Diputados aprobaba anoche el proyecto que prevé modificarla, sujetando
el valor del peso al dólar y al euro en partes iguales. Salvo por
la resistencia menemista, Domingo Cavallo autor de aquella ley y
esta propuesta consiguió un amplio apoyo pluripartidario
para la media sanción de su iniciativa, que desecha la alternativa
de una dolarización, al tiempo que descarta una devaluación
intempestiva de gran envergadura, aunque no correcciones moderadas al
valor de la moneda argentina.
Hasta la medianoche, la Alianza impulsaba un añadido que facilitaría
la conversión de préstamos otorgados en una moneda (por
ejemplo en dólares) a cualquier otra (por ejemplo a pesos, después
de que éstos queden también atados al euro). El presunto
objetivo de esa cláusula impulsada por la radical Beatriz Nofal
sería permitir a los deudores argentinos beneficiarse con tasas
de interés menores, tal como ocurrió tiempo atrás
con los españoles, que pudieron transformar sus caros préstamos
en pesetas, con un interés del 13 por ciento anual, en créditos
en euros, con tasas de sólo el 4 por ciento.
Pero la verdadera finalidad del tercer artículo, que instruiría
al Banco Central para que propicie esa conversión, era alejar el
fantasma de una devaluación encubierta y así conquistar
más votos. Precisamente, la sospecha de que Economía busca
depreciación del peso sin anunciarlo es una de las más reiteradas
acusaciones que disparan los detractores del proyecto para modificar la
Convertibilidad.
En el camino quedaron los retoques impulsados por algunos diputados del
justicialismo, en particular los más allegados al ex gobernador
Eduardo Duhalde. Este sector de la oposición fogoneaba la inclusión
de una cláusula que permitiera amparar los salarios, las jubilaciones
y las cuotas de préstamos hipotecarios tomados en dólares
de una eventual devaluación, fijándolos sólo al dólar.
Pero esa buscada desindexación tuvo más un sentido declarativo
que el valor de una auténtica propuesta, ya que ni siquiera los
hombres del PJ estaban ayer totalmente convencidos de que ese paraguas
fuera realmente necesario para preservar el valor real de los salarios.
Tanto cavallistas como aliancistas, circunstanciales aliados en esta coyuntura,
admiten que una cláusula que deje cualquier tipo de remuneración
o cuota atada al dólar significaría resguardar al asalariado
o deudor de una eventual devaluación del peso (si el euro se desvaloriza
frente a la divisa norteamericana). Pero destacan que, del mismo modo,
le impediría a esos mismos beneficiarse en caso de que ocurra lo
contrario.
Justamente, la iniciativa oficial no puede brindar certidumbre respecto
a dos puntos claves. Uno es a partir de qué momento entrará
a regir la ley después que la sancione del Senado, ya que aquello
ocurrirá cuando la moneda europea y la norteamericana se igualen.
Según las proyecciones de Economía, esa equiparación
podría ocurrir hacia fin de año, mientras que los diputados
de Acción por la República ayer especulaban con noviembre,
aunque reconociendo que es imposible tener esta certeza.
Tampoco puede saberse hoy cuál será el futuro del peso,
que cuando la nueva convertibilidad entre en vigor comenzará a
fluctuar según el promedio simple de las cotizaciones
del dólar y el euro. Lo que se empeña en negar el oficialismo
entendido como la amplia congregación de Acción por
la República, Alianza y provinciales es que se busque, simplemente,
devaluar.
Esto no perjudica a los ahorristas ni a los inversores. Pero sí
beneficia a los exportadores, proclamó el radical Raúl
Baglini, quien abrió la extensa lista de oradores como miembro
informante. Irremediablemente, su discurso derivó a descartar tanto
una devaluación como la alternativa de dolarizar la economía,
impulsada por el ex presidente Carlos Menem y sus seguidores en el Parlamento.
Dolarizartampoco despeja el riesgo de un incumplimiento ni achica
el riesgo país, sentenció el mendocino.
Minutos después, el justicialista Jorge Remes Lenicov argumentó
en el recinto en sentido semejante. A su criterio, la ampliación
de la Convertibilidad aleja la posibilidad de una devaluación,
que deteriora, básicamente, el salario nominal; pero
también desestima una dolarización, condicionante de nuestra
soberanía. Los dichos del diputado bonaerense marcaron la
nítida línea divisoria entre la mayoría del PJ, que
no encuentra ningún reparo de fondo a la iniciativa de Cavallo,
y los menemistas liderados por Ana María Moso, más reacios
a este aval e impulsores de la dolarización. La próxima
partida debe jugarse ahora en el Senado.
El cable
para eludir
La city terminó por encontrarle la vuelta para esquivar
el pago del impuesto a las transacciones financieras. Se trata de
pagar las transacciones bursátiles o de compra de bonos en
el exterior vía cable. La metodología,
lícita según las normas de la Comisión Nacional
de Valores, no se utilizaba desde hace años, y permite a
los operadores comprar y vender títulos, tanto públicos
como privados, sin pagar los impuestos vigentes en Argentina. Un
inversor, argentino o extranjero que tiene la plata para comprar
bonos o acciones la deposita en la cuenta que el Mercado de Valores
tiene en una entidad de Nueva York. La operación se hace
en la Argentina, o sea que el precio se marca en el mercado local,
pero se liquida internacionalmente, explicó un operador
de un banco extranjero. El broker recordó que la operatoria
se denomina en la jerga vía cable y ejemplificó
que con este tipo de transacciones se evita que un inversor
del extranjero que antes debía enviar el dinero a la Argentina,
convertirlo en pesos, depositarlo en una cuenta corriente y de ahí
pagarle a la casa de bolsa, para que esta se lo transfiera el MerVal
para la liquidación final, hoy tenga que hacer todos esos
pasos y tributar por cada uno de ellos. Al mover el
dinero, a través de cheques, el inversor tributa por cada
transacción, recordó la fuente. Domingo Cavallo
tendrá que aceptar que los inversores eludan el pago del
impuesto o corregir la reglamentación.
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Anuncian el primer
plan
El presidente Fernando de la Rúa, los ministros Domingo
Cavallo y Patricia Bullrich y los gobernadores Carlos Ruckauf, Carlos
Reutemann y José Manuel de la Sota lanzarán hoy en
Casa Rosada un plan en favor de 900 empresas. El máximo poder
político del país se reunirá para presentar
el primer plan pro competitivo, en favor de la industria metalúrgica.
La sola presencia de semejantes personalidades demuestra la necesidad
del gobierno nacional y de las administraciones provinciales por
dar a conocer alguna buena noticia. El mismo plan alcanzará
más adelante a los productores de calzados y textiles. Y
en una etapa posterior a la industria automotriz, de autopartes
y frigoríficos. La acción de fomento consiste en la
reducción a la mitad el IVA para la venta de bienes de capital,
la eliminación de los aportes patronales y de los impuestos
a los intereses y a la renta mínima presunta. Los gobiernos
de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, por su parte, prometen
eliminar el cobro de Ingresos Brutos para la actividad metalúrgica,
subsidiar tasas de préstamos para la compra de bienes de
capital y dejar sin efecto tasas municipales.
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Importaciones también
pagan
A medida que crece la necesidad de aumentar los ingresos fiscales
van desapareciendo exenciones al impuesto a las transacciones financieras.
Ayer se determinó que los movimientos de fondos originados
por importaciones también estarán alcanzados por el
tributo. De este modo, se encarecerá el ingreso de productos
desde el exterior. Por ahora, quedaron a salvo los movimientos bancarios
por exportaciones. En cambio, también se modificó
otro punto en la reglamentación del gravamen, por el cual
ahora estarán alcanzados los créditos en cuenta corriente
originados en préstamos bancarios y los adelantos de fondos
por descuentos de pagarés, cheques y facturas. Asimismo,
se oficializó que la nueva tasa del impuesto es del 0,4 por
ciento, aunque el 0,15 podrá ser computado a cuenta de IVA
y Ganancias. El aumento de la tasa fue parte de las medidas que
anunció Domingo Cavallo para aumentar la recaudación,
junto con la generalización del IVA. La ley de Competitividad
faculta al Poder Ejecutivo a fijar la alícuota del ITF hasta
un máximo del 0,6 por ciento.
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Pou empezó a pasear
por Tribunales
Por primera vez desde que dejó la presidencia del Banco
Central, y en lo que se augura será un largo periplo, Pedro
Pou visitó Tribunales. Ayer debió defenderse frente
a la Cámara Federal porteña por su presunta administración
fraudulenta en la liquidación del Banco Basel. El ex
funcionario adujo en su defensa que la caída de la malograda
entidad se debió al efecto tequila, como dio
en llamarse a las consecuencias de la crisis financiera mexicana.
Según dejaron trascender fuentes judiciales, Pou también
descargó responsabilidades en su antecesor en el cargo, el
ex ministro de Economía Roque Fernández.
Pou, removido de su cargo la semana pasada, esgrimió sus
propios argumentos ante los camaristas Martín Irurzun, Horacio
Cattani y Eduardo Luraschi, quienes ahora deberán resolver
si confirman o revocan el procesamiento dictado por la juez federal
María Servini de Cubría. Aunque es asistido por el
conocido abogado Francisco DAlbora, Pou prefirió formular
su propio informe ante los integrantes de la sala II de la Cámara
Federal.
El caso de la liquidación del Basel estuvo entre los que
sustentaron el duro dictamen mediante el cual una comisión
parlamentaria aconsejó la destitución del funcionario.
La comisión parlamentaria también reprochó
al Central el haberse comportado en forma tolerante
respecto del funcionamiento del Banco República, propiedad
de Raúl Moneta y sindicado por el Senado los Estados Unidos
como entidad vinculada al lavado de dinero. Según el Subcomité
de Investigaciones del Senado de Estados Unidos, operaciones de
blanqueo de fondos por 4.500 millones de dólares se habrían
producido en la banca local desde noviembre de 1992 a mayo del 2000,
sin que el Central impidiera esas maniobras.
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EL
RECHAZO NO ALCANZO LOS DOS TERCIOS
Diputados debatió el IVA a medios
La Alianza frustró ayer
en la Cámara de Diputados la aprobación de un proyecto del
justicialismo que proponía rechazar la extensión del IVA
a los medios de comunicación y el aumento del impuesto a la televisión
por cable. La propuesta fue presentada por el diputado Guillermo De Sanctis,
con el apoyo de su bancada. Sin embargo, con su número mayoritario,
la Alianza logró fácilmente torcer la sanción de
la iniciativa, ya que ésta fue presentada sobre tablas y, por lo
tanto, requería los dos tercios de los votos para imponerla en
la sesión. Aun así, los legisladores del oficialismo evitaron
defender en el recinto el aumento impositivo que dictó el Gobierno.
Además de De Sanctis, acompañaron el proyecto los también
peronistas Teodoro Funes, Mario Das Neves y Francisco García. El
primero de esos legisladores fue quien expuso durante la sesión
de Diputados de ayer, en la que luego se siguió debatiendo el proyecto
que modifica la Ley de Convertibilidad. De Sanctis enfatizó que
la extensión del IVA a los medios atenta contra la libertad
de expresión e información y el desarrollo de
la prensa argentina. A su vez, el legislador consideró que
había razones para pensar en la inconstitucionalidad
del aumento del IVA a la televisión por cable.
Por su parte, Funes sostuvo que el aumento del IVA sobre los medios
se trasladará a los precios finales y afectará a todos los
argentinos. Añadió que con este aumento se pone
en marcha un sistema de restricción de la información, ya
que muchos argentinos se verán impedidos de acceder a los medios
de comunicación por el aumento de precios que esta medida acarrea.
A pesar de que el proyecto no prosperó en la sesión de ayer,
Das Neves indicó que desde la Comisión de Defensa del Consumidor
de la que es vicepresidente se impulsará una presentación
judicial para que se declare inconstitucional la generalización
del IVA, ya que esta medida afectará la libertad de prensa
que está amparada por la Constitución.
En igual sentido se pronunció la Unión de Trabajadores de
Prensa de Buenos Aires. A través de un comunicado, expresó
su absoluto rechazo a las últimas medidas adoptadas por Domingo
Cavallo, en la profundización de una política fiscal regresiva
que insiste en castigar a la población. La extensión
del IVA a los medios en este contexto recesivo, pone un obstáculo
concreto al acceso de la sociedad a la información y la cultura.
La entidad gremial de los periodistas concluyó que el ejercicio
real de un derecho social se convierte en un artículo de lujo al
que sólo accederán los sectores que concentran la riqueza
en el país.
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