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Toma y Kohan en defensa del Jefe a cara de perro

Los dirigentes menemistas salieron a defender al ex presidente y acusaron a la Alianza de montar una �campaña sucia� contra Menem. �Vieja estrategia electoral de la Alianza�, dijeron.

Alberto Kohan y el ex
presidente Carlos Menem.

Ya habló el Jefe. Ahora le toca a sus hombres. Ayer, el diputado Miguel Angel Toma y el ex secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, acusaron, prácticamente a dúo, a la Alianza de ser los responsables de la “la persecución política” que sufre su conductor, el ex presidente Carlos Menem. Toma dice que el Gobierno, y sobre todo el Frepaso, tienen “una tecnología altamente sofisticada en la campaña sucia, la denuncia y el golpe bajo”. Por su parte, Kohan, un inseparable del ex presidente, apuntó sus críticas a lo que denominó “esquema de persecución política” que la Alianza desarrolló durante la campaña electoral y que ya en el gobierno se tradujo en la Oficina Anticorrupción: “Repartición que se preocupó en dar mucho más material a los medios que pruebas a la Justicia”, se quejó.
Los menemistas están conscientes de que ya no conseguirán otras expresiones de solidaridad como la que se realizó la semana pasada en el Congreso –acto del que algunos dirigentes del PJ ya se están arrepintiendo como el gobernador santafesino Carlos Reutemann– y también saben que las flamígeras declaraciones de Menem, luego de que el juez Jorge Urso lo citara a declarar como imputado, no ayudan mucho y “es mejor que comience a bajar un poco su perfil”. Es por estas razones que prefieren que la tesis de la persecución la lleven adelante sus colaboradores, sus seguidores.
Kohan rompió el silencio y la emprendió contra lo que denominó “la vieja estrategia electoral de la Alianza” que consiste en denunciar a los funcionarios del gobierno menemista, continuó y se profundizó cuando llegaron al gobierno. La prueba para Kohan es “la Oficina Anticorrupción que se ha preocupado en dar mucho más material a los medios que pruebas a la justicia”. Situación para Kohan que el PJ ha denunciado desde que abandonó el gobierno.
El ex funcionario no disimula la molestia que le produce la citación de Menem para el 13 de julio como imputado en la causa por la venta ilegal de armas: “Es una enormidad considerar al Estado como una asociación ilícita por actos perfectamente legales y hechos dentro del marco de la ley”, dijo para luego agregar que “si vamos a considerar a algunos de los poderes del Estado como una asociación ilícita, lo mismo le puede llegar a corresponder a cualquiera de los otros poderes”.
El diputado, en tanto, también denunció la campaña que la Alianza realiza en contra de los hombres y mujeres que fueron funcionarios durante la gestión de Menem. Toma, quien supo ocupar el puesto de secretario de Seguridad de la Nación durante la gestión de Menem y que suele jactarse de haber integrado durante su juventud las “formaciones especiales” de Juan Domingo Perón, advirtió que “acá está actuando bastante fuerte la mano de obra desocupada, aquella despedida de los servicios de inteligencia (de la gestión de Fernando de Santibañes)”. Pero allí no concluyó el legislador y amigo del juez Urso, al asegurar que “además tienen un ideólogo contratado por el gobierno que se llama Dick Morris, un maestro en embarrar la cancha”. Del “ideólogo” Morris también se refirió Kohan, quien recordó que la contratación del asesor norteamericano y “experto en campañas sucias” había generado discrepancias en el seno de la coalición gobernante.

 

Dolarización

La ley que amplía la convertibilidad al euro generó arduas discusiones entre los legisladores menemistas. Entre estos no había consenso sobre qué hacer. Por un lado había algunos, como Javier Mouriño y Daniel Scioli, que eran partidarios de bajar al recinto y promover la dolarización. Pero la mendocina Ana María Mosso encabezaba el grupo que era partidario de dar el debate contra la ley que envió Domingo Cavallo y ahí mismo promover la dolarización de la economía argentina. La tesis Mosso finalmente triunfó. Lo que quedó pendiente de discutir era si alguno llevaría el caso Menem al recinto. Al cierre de esta edición, y mientras se debatía el proyecto del Ejecutivo, ninguno de los menemistas había realizado una referencia sobre la situación jurídica que vive su líder.

 

PROPUESTA DE RUCKAUF PARA BAJAR EL GASTO
Menos legisladores, más plata

El gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, opinó ayer que se debe “fomentar un autosacrificio de la clase dirigente” y expuso su plan para bajar el costo de la política: reducir a la mitad durante dos años la cantidad de legisladores provinciales y municipales. “Se trata de otro golpe de efecto mediático con fines electorales”, advirtió Federico Storani –quien hasta su renuncia como ministro del Interior trabajó en la reforma política y la reducción de sus costos– y consideró que el planteo de Ruckauf es “casi puramente demagógico porque su implementación requiere de la reforma de las constituciones provinciales”. Su sucesor en ese cargo, Ramón Mestre, no hizo comentarios sobre la propuesta del bonaerense, aunque sus colaboradores señalaron que esa cartera tratará de “avanzar en una ley que fije topes para los gastos de las legislaturas”.
“Tenemos que fomentar un autosacrificio de la clase dirigente de la Argentina para ponernos a la altura de esta crisis”, sostuvo Ruckauf y después precisó su iniciativa: “Propongo –dijo– que en las próximas elecciones, y por dos años, se elija la mitad de los legisladores de nivel provincial y municipal y se baje en forma proporcional el presupuesto para no poder ahacer nuevos nombramientos, porque si no lo que saca de un lado se lo meten por el otro, y son siempre sueldos altísimos.” “Un acuerdo histórico entre el Presidente y los gobernadores”, sería –según el propio mandatario bonaerense– “la mejor forma de llevar a la práctica su proyecto”.
Ruckauf estima que a partir de su propuesta se podría generar un ahorro del orden de los 1500 millones de pesos. Su idea es que “ese dinero se utilice para crear puestos de trabajo para jefes y jefas de familia”.
“Creo que hay que pasar dinero de la política a crear puestos de trabajo y reactivar el mercado interno”, insistió Ruckauf, después de recordar que “en Argentina hay más de 5.000 municipios” y que constituye “una barbaridad” que en “lugares muy chiquitos, prácticamente la totalidad de la recaudación se vaya en gastos políticos”.
Storani consideró que el planteo de Ruckauf es “casi puramente demagógico” porque su implementación requiere de reformas a las Constituciones, que son las que establecen en cada distrito el número de legisladores. El ex ministro coincidió con el bonaerense en la necesidad de bajar los costos de la política y opinó que “hay que hacer un enorme esfuerzo”, pero recordó que “eso estaba planteado. En su momento propuse una reunión con los gobernadores para abordar el tema y sólo estuvieron los de la Alianza porque los peronistas se negaron a venir”.
Unos días antes de renunciar, Storani también reunió a los legisladores provinciales aliancistas de todo el país. Allí se acordó impulsar la reducción de los gastos y se habló de que los presupuestos de las Legislaturas no podían pasar del 2,5 por ciento de los PBI provinciales. La implementación de ese tope implicaría ahorrar 300 millones de pesos.
Sobre esa misma base trabaja ahora Mestre, quien la semana pasada trató el tema con los gobernadores peronistas del grupo Federal. El martes próximo el ministro se reunirá con los mandatarios de la Alianza para conversar precisamente de ese mismo asunto.

 

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