Al cierre de esta edición al anochecer de ayer en Los Angeles,
dada la diferencia horaria, los guionistas y productores de Hollywood
continuaban negociando un nuevo contrato, del cual están en discusión
como puntos centrales los derechos de autor y la reestructuración
global de las retribuciones recibidas por los guionistas, en aquellas
películas exhibidas ad infinitum por televisión. Del éxito
de las negociaciones que se extendieron el martes pasado por espacio de
17 horas y que ayer sumaban ya unas 5 horas, depende la realización
o no de una huelga general de guionistas y autores.
Existe, igualmente, un paso anterior: los 11.000 guionistas inscriptos
en su sindicato tendrían que aprobar mediante voto la realización
de la medida de fuerza, en un procedimiento que podría tomar al
menos otras 48 horas más. La expectativa y la tensión alrededor
de un conflicto gremial que hace tambalear las estructuras de la televisión
y el cine en el mundo, crecían con la extensión del tiempo
de las conversaciones. Esto es como un partido de básquetbol,
donde todo puede decidirse en los últimos dos minutos, graficó
un importante ejecutivo de compañía cinematográfica
citado por el diario The New York Times. El contrato anterior venció
en el primer minuto de ayer, pero las partes en conflicto el Gremio
de los Escritores de América por un lado, la Alianza de los Productores
de Películas y Televisión por el otro acordaron continuar
las negociaciones.
El reloj corre. Esperamos lo mejor, pero nosotros no tenemos que
hacer la última oferta. Son ellos quienes deben hacerla,
declaró al diario Los Angeles Times el guionista de TV Bryce Zabel.
El mismo diario, citando una fuente informada en el tono de las conversaciones
mantenidas hasta el momento bajo estricto silencio mediático,
reveló que todo indicaría que esta negociación acabará
satisfactoriamente. Desde el lunes, las conversaciones van por buen camino.
Claro que la inminente negociación entre el gremio de los actores
(en representación de 135.000 afiliados) y los grandes estudios
y cadenas de TV, cuyo contrato vence el 30 de junio, agrega otro síntoma
de tensión al tema. De producirse un efecto arrastre
y a la potencial huelga de guionistas le sucediera una de actores, entre
mayo y octubre, las pérdidas estimadas serían de 6.900 millones
de dólares además de una posible pérdida de unos
81.900 empleos.
En realidad, toda esta situación de potencial conflicto e imprevisibles
consecuencias (en una escala mayor, para la economía global de
la Costa Oeste de los Estados Unidos), viene prenunciándose desde
el año pasado. En ese momento, cuando el Gremio de los Escritores
intentó iniciar conversaciones para evitar lo que está sucediendo,
las grandes cadenas de TV respondieron con un gesto descortés:
elevaron el porcentaje de programas de noticias y de realidad
por sobre la ficción.
LOS
PADRES DENUNCIAN A DIGIMON
Niños turcos voladores
Vivimos en el piso trece
y mi hijo quería saltar desde el balcón como un personaje
de Digimon, denunció uno de los padres turcos
que, preocupados por la extraña conducta de sus hijos, llamaron
a la Oficina de Control de Radio y Televisión (RTUK) solicitando
la prohibición de la serie japonesa de animación recientemente
estrenada en aquel país. Los casos, según la agencia de
noticias turca Anadolu, se multiplicaron a lo largo de las últimas
semanas: niños intentando lanzarse desde ventanas o balcones imitando
a los pequeños seres digitales. Esta no es la primera vez que sucede
semejante suceso. Hace pocos meses, las mismas autoridades debieron suspender
la emisión de los capítulos de Pokémon
otra serie japonesa, y de animación, luego de que dos
niños saltaran desde ventanas y resultaran heridos luego de la
caída. Aquella vez la explicación fue la misma.
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