Por David Cufré
Domingo Cavallo debió
dar explicaciones al FMI hasta las diez de la noche para que sus autoridades
aceptaran dar a conocer ayer la carta de intención del nuevo acuerdo
entre la Argentina y el organismo. Finalmente, a esa hora se destrabó
la negociación y el convenio quedó oficializado. El ministro
de Economía tuvo que transpirar más de la cuenta, pero consiguió
el respaldo que esperaba para comunicar hoy a los principales bancos de
inversión de Wall Street que Argentina tiene asegurados los fondos
del organismo internacional. En este mes habrá un desembolso de
1260 millones de dólares, que marcará la reinstalación
del blindaje financiero convenido en diciembre último, que había
quedado en stand by ante el incumplimiento de la meta fiscal del primer
trimestre. Además, al resolverse la negociación con el Fondo,
el Banco Mundial y el BID también volverán a prestar al
Gobierno. El acuerdo establece que el crecimiento económico este
año rondará entre 2 y 2,5 por ciento, fija un límite
de déficit fiscal de 6500 millones de pesos y dispone que se envíe
al Congreso un nuevo proyecto de ley de reforma previsional. El acuerdo
es bastante flexible, al no incorporar como exigencia la desregulación
de obras sociales. Lo que sí se deja en claro es que los técnicos
del FMI tienen bajo lupa las finanzas de la Provincia de Buenos Aires.
Se mantiene la pauta de crecimiento entre el 2,0 y el 2,5 por ciento y,
fundamentalmente para Cavallo, el FMI apoya la ampliación de la
Convertibilidad al euro, pese a los reparos públicos de sus máximas
autoridades.
Para Cavallo, la asistencia crediticia de los organismos multilaterales
es la llave con la que pretende abrir la puerta al financiamiento privado
y concretar un megacanje de deuda por unos 20 mil millones de dólares.
Al dar seguridad a los acreedores de que el Gobierno pagará la
deuda, aspira a que disminuya de una vez el riesgo país. La estrategia
está montada para seducir a los mercados. Pero el andamiaje armado
en los últimos días estuvo cerca de resquebrajarse con la
demora del FMI en dar a conocer el acuerdo. Ayer, desde temprano, Cavallo
y sus colaboradores estuvieron en contacto permanente con los técnicos
del Fondo. Contra lo previsto, aparecieron nuevas dudas de parte de los
burócratas del FMI, especialmente de los europeos. Cuando los funcionarios
argentinos ya no sabían cómo explicar que la tardanza no
ponía en riesgo el acuerdo y que se daría a conocer hoy,
el FMI terminó sus deliberaciones y entregó la carta de
intención.
Los párrafos salientes de la evaluación del organismo son
los siguientes:
Crisis: En marzo
se constató un nuevo y agudo deterioro de la confianza de los mercados,
provocado por un desempeño fiscal sorprendentemente flojo a principios
de 2001, una renovada inestabilidad política y el aumento el riesgo
según se lo percibía en el extranjero. El Gobierno actuó
con decisión para superar las nuevas dificultades.
Desvío: El
programa tiene por objetivo acotar el déficit fiscal en 2001 a
6500 millones de pesos. No obstante, en el primer trimestre, el déficit
superó por 1000 millones el límite de 2100 millones fijado
en el programa. Dos tercios de ese desvío se explican por la merma
de ingresos, como resultado de demoras en la implementación de
algunas medidas tributarias, un menor cumplimiento del pago de impuestos
en marzo y la contracción del producto.
Provincias: Se
avanzó en la reducción del déficit de las provincias,
que bajó del 1,6 por ciento del PBI a 1,1 por ciento en 200. La
mayor parte de los ajustes tuvo lugar en las provincias más endeudadas.
Algunas de las grandes provincias también lograron avances significativos,
mientras que en otras, entre ellas Buenos Aires, el déficit se
mantuvo en un nivel muy elevado.
Buenos Aires: El
gobierno central concertó un acuerdo con la provincia de Buenos
Aires, en la que se prevé la eliminación del déficit
fiscal encuatro etapas anuales que van de una meta de 1700 millones en
2001 al equilibrio en 2005.
Reservas: La turbulencia
financiera y política de marzo se tradujo en una contracción
significativa de las reservas, de 32.500 millones de dólares a
fines de 2000, contra 26 mil millones al 30 de abril de 2001.
Euro: El punto
central sigue siendo el mantenimiento del régimen de convertibilidad
(...) El Gobierno prevé reforzar la convertibilidad mediante la
inclusión del euro, además del dólar, lo que promoverá
una mayor estabilidad del tipo de cambio efectivo del peso.
Reactivación:
El Gobierno espera que aumente la confianza en la economía
y prevé una recuperación de la actividad en el período
que resta hasta el final del año, impulsada por el consumo interno
y complementada, más adelante, por una aceleración de las
inversiones.
Crecimiento: El
Gobierno prevé que el aumento del PBI se acelerará a un
ritmo aproximadamente del 5 por ciento anual hacia fines de año,
lo que corresponde a un aumento promedio del Producto del orden del 2
al 2,5 por ciento para el año como un todo.
Impuestazo: Las
nuevas medidas adoptadas mejoran sustancialmente las perspectivas para
2002, considerando su aplicación durante todo el año. Además,
el Gobierno se propone emprender un esfuerzo concertado para fortalecer
la administración tributaria.
Banco Central: El
Banco Central no autorizará a los bancos en el resto de 2001 a
incrementar el monto de los bonos que mantienen como parte de sus requisitos
de liquidez.
Claves del acuerdo
con el Fondo
Los principales puntos incluidos en la Carta de Intención,
acuerdo que ha sido bastante flexible a las iniciativas de Cavallo,
son las siguientes:
Se establecieron metas
semestrales de recursos y gastos para el 2001, dando mayor alivio
a Economía para cumplir con las metas. En ese sentido, los
compromisos para la primera mitad del año son bastante amplios,
incorporando así los desvíos del primer trimestre.
De esa forma, el FMI acompaña la política de Cavallo.
Se acordó un déficit
del primer semestre de 4939 millones de dólares, de los 6500
millones comprometidos para todo el año.
En relación a
las reformas estructurales, la referida a la Administración
Tributaria se estableció el compromiso del Gobierno de poner
en práctica planes de simplificación de los mecanismos
de facilidades para el pago de impuestos y el poner a pleno funcionamiento
el Tribunal Fiscal Penal.
Reformas de la seguridad
social: Aplicar el plan de reestructuración de las asignaciones
familiares, programa que ya se está ejecutando. Y, además,
el Gobierno se comprometió a presentar al Congreso un proyecto
de ley sobre reforma previsional.
Sólo se menciona
la intención de Cavallo de avanzar en la desregulación
de obras sociales, pero sin ponerla como una obligación de
reforma estructural incorporada en la Carta de Intención.
Finanzas provinciales:
el Ministerio de Economía publicará informes públicos
trimestrales sobre el cumplimiento por parte de la Nación
y cada una de las provincias de los compromisos asumidos en el Pacto
Federal.
Sistema financiero: se
presentará un proyecto de ley para facilitar el proceso de
saneamiento de las instituciones bancarias.
Política comercial:
se anunciará un cronograma para eliminar el recargo sobre
el arancel externo común antes del final de 2002.
La reestructuración
del PAMI avanza de manera satisfactoria, se dicen en
el Memorándum con el FMI.
Cavallo asumió
el compromiso con el Fondo de que el banco central no autorizará
a los bancos durante el resto de 2001 a incrementar el monto de
los bonos que mantienen como parte de sus requisitos de liquidez.
Este es uno de los pocos límites que el FMI le impuso al
ministro en su política de expansión monetaria.
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CONFERENCIA
TELEFONICA DE CAVALLO CON WALL STREET
Para calmar a los mercados
Por Claudio Zlotnik
Esta mañana, bien temprano,
Domingo Cavallo volverá a hablarles a los mercados. La cita está
prevista para las 9, a través de una conferencia telefónica
que el ministro mantendrá con los principales analistas de Wall
Street. El objetivo de Cavallo es llevar calma a los financistas, luego
de que el riesgo país continuara ayer por encima de los mil puntos,
cerrando en los 1059. El ministro intentará convencer a los expertos
de que la economía argentina es viable y les adelantará
los próximos pasos que dará para poner en marcha el repunte
de la actividad productiva. Algunas versiones, incluso, daban cuenta de
que Cavallo anunciaría un recorte adicional de recursos de 2000
millones de dólares, poda que se ocuparía del gasto
político, como le gusta hablar a los financistas. En tanto,
anoche en Economía se seguía negociando las características
del megacanje de bonos.
En la city esperan que esta mañana, Cavallo ponga sobre la mesa
sus cartas más fuertes para sacar a la economía del pozo.
Todas las miradas están puestas sobre el megacanje de bonos, el
nuevo acuerdo con el Fondo Monetario y el programa financiero para lo
que resta del año. Por otra parte, y según rumores que circularon
hacia el final de la tarde en el microcentro, Cavallo anunciaría
una poda del gasto político, un reclamo que le vienen haciendo
los financistas. La intención del ministro es que sus anuncios
impulsen un vuelco en las expectativas de los operadores, propiciando
una fuerte baja del riesgo país y de las tasas de interés.
En medio de las turbulencias financieras y la disparada del riesgo país,
la lupa de los operadores está colocada en el diseño del
megacanje ya que la operación desahogaría financieramente
a la Argentina, alejando por un tiempo la posibilidad de una cesación
de pagos de la deuda. En el Palacio de Hacienda, banqueros y funcionarios
definían los siguientes puntos.
Bancos coordinadores.
En total serían ocho las entidades financieras que llevarán
adelante la operación. El Credit SuisseFirst Boston, Salomon
Smith Barney y el JP Morgan pilotearán el canje en el extranjero,
mientras que en el mercado local lo harán el Galicia, SantanderRío,
BBVA Francés, Citi y el HSBC.
Emisiones. Habrá
distintos tramos y duraciones para los nuevos bonos de largo plazo. Se
emitirán títulos en pesos, dólares y euros. Todavía
se está discutiendo si habrá tres o cuatro emisiones, de
entre 6 y 25 ó 30 años de plazo. Y el período durante
el cual el Estado no tendrá que pagar intereses. Este lapso de
gracia sería de entre uno y tres años.
Participantes. Los bancos
serán los actores principales del megacanje. En títulos
de corto plazo (de hasta cuatro años de plazo), las entidades financieras
poseen unos 14.000 millones de dólares. También se negocia
con las AFJP para que éstas entreguen bonos de mediano plazo de
corto tienen apenas 200 millones y reciban a cambio un título
cupón cero, que no devenga intereses y cuyo capital
se cancela al vencimiento. La aspiración es que las AFJP aporten
a la operación entre 2000 y 3000 millones. A su vez, se intentará
captar títulos que están en poder de los fondos de inversiones
internacionales.
Rescate. El objetivo
es recolectar los bonos con vencimiento entre 2001 y 2005. En la lista
figuran los Bontes, Bocon Proveedores y Previsionales, Globales, FRB y
aquellos denominados en euros. La ilusión de Domingo Cavallo es
que el megacanje llegue a los 20.000 millones de dólares.
Comisiones. Los bancos
pidieron cobrar entre 1,0 y 1,5 por ciento del total de la operación,
un porcentaje entre 10 y 15 veces superior a lo que obtienen en las colocaciones
de Letras del Tesoro. Si Economía convalidara este pedido, las
entidades financieras embolsarían entre 100 y 150 millones de dólares
por cada 10.000 millones de canje.
Tasa de interés.
Dependerán del nivel de riesgo país al momento de la operación.
Cavallo propuso que el costo sea variable, dado que aguarda un descenso
en las tasas en el futuro. Los bancos, en cambio, quieren que seafija
y con un nivel creciente. El costo del megacanje produjo un cortocircuito
entre el ministro y su segundo, Daniel Marx. El también secretario
de Hacienda pretende que el megacanje se concrete cuando disminuya el
riesgo país. Y se enojó porque Cavallo negoció su
concreción en forma directa con el banquero David Mulford, sin
consultarlo.
El titular de Hacienda desea anunciar la operación lo antes posible
para apurar un descenso del riesgo país, teniendo en cuenta que
el próximo martes saldrá al mercado a colocar Letes. Justamente,
anoche, Marx anunció que en vez de los 700 millones estipulados,
la colocación se hará por la mitad de ese monto, buscando
que la tasa sea más baja. De haber hecho ayer la operación,
la tasa hubiese saltado al 14 ó 15 por ciento anual.
El megacanje aparece como el as que Cavallo tiene en la manga para habilitar
una baja del riesgo país. Mientras tanto, persiste el temor de
los inversores a que la Argentina deje de pagar. Por tal motivo, cualquier
novedad que implique un desahogo financiero impacta positivamente en el
mercado. Ayer, frente a las versiones de un nuevo recorte en el gasto
y al inminente anuncio del megacanje, el riesgo país bajó
32 puntos en el último tramo de la rueda bursátil. En ese
marco, los bonos finalizaron con subas de entre 1 y 1,8 por ciento. Y
el Brady FRB registró una mejora del 3 por ciento.
FINANCISTAS
EMIGRADOS DAN SU VISION DEL PAIS
Desde Wall Street a la Rosada
Por J.N.
Son argentinos emigrados, pero
no están anclados en París, precisamente. Conocen Wall Street
al dedillo, o administran grandes masas financieras en ese u otros megacentros
financieros. Fueron convocados por Javier Timerman, hijo de Jacobo radicado
en Nueva York, donde trabaja para un banco. La idea fue contarles a Fernando
de la Rúa y a otros miembros del gobierno aliancista cómo
ven desde afuera a la Argentina, y también escuchar. Todo sin agenda
fija. Cada uno vino por su cuenta, pagándose el pasaje y la estadía,
y sin representar a los intereses privados para los cuales operan. El
propósito del viaje se cumplió anteanoche en Olivos y ayer
al mediodía, durante una hora y media, en la Casa Rosada. Domingo
Cavallo, Daniel Marx (Finanzas), Federico Sturzenegger (Política
Económica) y otros miembros del equipo económico estuvieron
presentes. Pero previsiblemente predominó una voz de vago acento
cordobés.
Algo que estos visitantes notan además del abatimiento de
la gente es que al país le falta un lema, una definición.
A México se lo ve como el próximo Texas. Polonia se proclama
como la Alemania del Este europeo. Brasil pasa por ser un lugar ideal
para procesos intensivos en mano de obra. ¿Y Argentina qué?
¿Cuál es su clave: el consumo, las exportaciones? Todos
querían saber cómo piensa crecer. Con ligeras variantes
dieron a entender esta idea: no tenemos ninguna razón para dudar
de ustedes (de De la Rúa y de Cavallo), pero explíquennos
cómo vendrá el crecimiento. En principio, Cavallo los convenció
de algo: a esta altura a él le interesa la economía real,
la inversión directa mucho más que el capital especulativo.
No casualmente los invitó a la ceremonia en que se firmó
el convenio de competitividad con el sector metalmecánico.
El mediterráneo a quien los invitados hallaron muy emocional,
en contraste con la serenidad del presidente se internó
en una prolija explicación de la convertibilidad, asegurando que
este régimen no es un currency board (caja de conversión),
como se lo suele definir en inglés. Según Cavallo, de esta
expresión se apropió Steve Hanke, ex consejero suyo, hoy
enemistado con su antiguo asesorado. Lo que deseaba remarcar y remarcó
el ministro es que resulta ridículo privarse de aplicar una política
monetaria (aunque su instrumento casi único sea la reducción
o el aumento de encajes bancarios). De paso, fustigó severamente
la gestión de Roque Fernández en Economía y al CEMA,
aunque no todos sus contertulios tuvieran exacta idea de lo que este instituto
terciario es.
El proyectado megacanje de títulos de la deuda pública también
formó parte de la conversación. Los convocados coincidieron
en un punto: antes de lanzarlo, la Argentina debe cerciorarse de que será
percibido como exitoso. Hay que evitar a toda costa repetir la experiencia
del canje ruso, que fue desastroso porque participó virtualmente
un solo banco, y éste porque lo obligaron. No quedó claro,
sin embargo, cómo lograr que la operación resulte atractiva
para los tenedores de títulos sin ser ruinosa para el país
mientras el riesgo país siga por las nubes: ayer se situó
en 1059 puntos básicos.
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