Si todo sale como está previsto, la breve historia del Frepaso dará un pequeño vuelco a partir de hoy: la mesa nacional del Frente Grande se reunirá para designar a un grupo de dirigentes que asumirá la conducción cotidiana de la fuerza ante la decisión de Carlos “Chacho” Alvarez de alejarse del día a día. “Es como llegar a la mayoría de edad”, definía uno de los frepasistas que integrarán la nueva “mesa chica” de conducción.
La reunión comenzará a las 13 y no se realizará en la Casa del Frente, donde se suelen desarrollar estos encuentros, sino a una cuadra, en la sede del Frente Grande bonaerense. El gesto no es casual y refiere a la nueva etapa que comienza el Frepaso: en la Casa del Frente tiene su despacho Chacho Alvarez, que decidió no asistir al encuentro para dejar las manos libres a sus lugartenientes.
Además de un repaso sobre la situación política nacional, la reunión incluirá un informe sobre la situación del Frepaso en algunos distritos -la interna de Mendoza es particularmente complicada– y sobre la última gran novedad partidaria: el ingreso de Juan Pablo Cafiero al Gabinete. Otro de los temas es la candidatura de Chacho a senador: aunque él ha descartado esta posibilidad, en los últimos días hubo algunas versiones que indicaban que estaba dispuesto a revisar la decisión.
Pero lo más importante tiene que ver con la nueva realidad interna. A partir de hoy, un pequeño grupo de dirigentes asumirá el control operacional y político del partido. No debe leerse como un golpe de Estado sino como una estrategia –consensuada con Chacho– por llenar el vacío. De hecho, cuatro integrantes de esta “mesa chica” –Cafiero, Darío Alessandro, Rodolfo Rodil y José Vitar– son hombres de la máxima confianza de Alvarez. El esquema se completará con el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, con la presencia de un par de intendentes –en representación de las 13 comunas que maneja el Frepaso– y algunos dirigentes del interior.
Por eso, además de los integrantes de la mesa nacional, hoy asistirán a la reunión algunos jefes de distrito –como Oscar Massei de Neuquén, Rafael Flores de Santa Cruz o Héctor Fernández de La Pampa– y casi todos lo intendentes.
Aunque aún no hay nada definido, la idea era emitir un documento que –frente a la ausencia mediática de Alvarez, habitual vocero de su fuerza– deje sentada la posición del Frepaso ante la nueva realidad política. La base sería un escrito, que originalmente fue pensado para respaldar la designación de Cafiero. En el borrador (que podría sufrir modificaciones) se incluía una ratificación de la voluntad aliancista del Frepaso y de la decisión de “acompañar” al Gobierno, aunque al mismo tiempo se subrayaba el carácter “progresista” de la agrupación.
En cualquier caso, la reunión de hoy revela la urgencia de dotar de cierta consistencia institucional al Frepaso, un partido que nació y creció en torno a la figura de Chacho Alvarez. Hoy, el repliegue táctico del ex vice empuja al partido a un nuevo desafío. “No podemos seguir a la deriva. Era necesario hacer algo”, reconocía ayer uno de los hombres que integrará la mesa chica. “Igual, Chacho sigue siendo el líder”, aclaraba.

ASCIENDEN MILITARES CUESTIONADOS
Un Senado sin memoria

En una votación imprevista que se despachó en menos de cinco minutos, el Senado aprobó los pliegos de ascenso de cinco militares que habían sido objetados por violaciones a los derechos humanos. Las promociones se consagraron con el apoyo de las dos bancadas mayoritarias y sin debate. Los ascendidos son los tenientes coroneles Oscar Vaquero, Hugo Casella y Virgilio Moschino (del Ejército) y Edgardo Rodríguez y Carlos Anzoátegui, de la Armada.
Los pliegos habían sido elevados al Senado el año pasado, pero en diciembre se resolvió postergar la votación ante las impugnaciones del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), que se sumaron a un informe de la Secretaría de Derechos Humanos.
Moschino figura en el legajo 1344 de la Conadep como integrante del Batallón 601, mientras que Vaquero está mencionado en el legajo 3575 vinculado a los vuelos de la muerte. El CELS apuntó en su impugnación que Vaquero estuvo “destinado en la Escuela de Artillería de Campo de Mayo y cumplió varios períodos en comisión (...) a órdenes de los generales Santiago Omar Riveros y Domingo Bussi. Durante esas comisiones participó en los vuelos”. Sobre Hugo Casella, quien fue jefe de sección del Regimiento de Infantería 24 de Río Gallegos entre 1975 y 1978, recordó que “la fiscalía de la Cámara Federal de Bahía Blanca tiene fuertes sospechas de que integraba la `Agrupación` (grupo de tareas) que operó en jurisdicción de la subzona 51 secuestrando y trasladando desaparecidos”. Los dos hombres de la Armada habían sido objetados por la subsecretaría de Derechos Humanos por su aparición en los archivos de la CONADEP.
Ayer, pese a que la sesión se había quedado sin quórum, radicales y justicialistas se esforzaron por reunir el número necesario e inclusive hubo una gestión especial por el regreso de los senadores que estaban en el Congreso pero no en el recinto. La diputada frepasista Marcela Bordenave estuvo entre las primeras en repudiar la votación, al tiempo que acusó al gobierno de tener una política militar “peor que la de (Carlos) Menem”.

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