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ENTREVISTA AL MUSICO CUBANO ELIADES OCHOA
“Ahora no puedo jubilarme”

Es el más joven de la troupe de viejos troveros que conquistaron al mundo, y llega
a Buenos Aires con el legendario Cuarteto Patria. Ochoa pensaba retirarse luego de esta gira, pero �la gente no me deja�.

Elíades Ochoa y el Cuarteto Patria se presentan esta noche, en el teatro Coliseo.
Dice que con sus ex compañeros del Buena Vista se encuentra “en los aeropuertos”.

Por Fernando D’Addario

De todos los viejitos entrañables que el Buena Vista Social Club lanzó a la fama mundial en el término de meses, Elíades Ochoa era el único, hasta ahora, que no había llegado a Buenos Aires para rubricar el boom. Lo de viejito entrañable, en su caso, le debe menos a la realidad que a la instalación de un target difícil de contravenir. Ochoa es un hombre maduro (54 años), y no tan entrañable. Con expresión dura, que expresa otra faceta del humor típicamente cubano, dice en la entrevista concedida a Página/12: “Puedo ser el hijo de algunos del Buena Vista y el nieto de otros”. Ochoa se presentará hoy en el teatro Coliseo (M. T. de Alvear 1125) con el legendario Cuarteto Patria, la agrupación que dirige desde 1978. El conjunto es bastante más antiguo y delimita los sucesivos cambios que experimentó la música popular cubana, pero la sola mención de su nombre ya expone un detalle: el cuarteto, formado en 1939, recién se rebautizó “Patria” veinte años después, en honor al nombre clandestino de la rebelde Emilia García, “Patria” Emilia, una de sus fundadoras.
El carácter épico de su denominación no impide que hoy, siglo XXI, el Cuarteto Patria lleve por el mundo (cada vez más ávido de calores y colores cubanos) las ventajas comparativas de ser un “producto Virgin” (sello con el que editó los discos Sublime ilusión y Tributo al Cuarteto Patria). A Elíades no le gusta demasiado hablar del asunto, porque “no somos los únicos músicos cubanos que hemos firmado con una multinacional, ¿no? No veo que haya nada de malo en ello. Es la manera de llegar más rápido a gente de todo el mundo”, y prefiere centrar su atención en el concierto que brindarán en Buenos Aires, parte de una gira por América Latina, que incluyó también presentaciones en Nueva York, Toronto y Montreal. “Haremos todo lo que quieran. Será lo que nosotros llamamos un encuentro entre familias. Tocaremos lo más que podamos de las canciones de Buena Vista, haremos también el repertorio de Cuarteto Patria, y a la mitad del concierto le pediremos al público que elijan los temas que quieran escuchar”.
A las guarachas y el espíritu netamente guajiro de la primera época del Cuarteto, Elíades agregó un sonido más moderno, sin perder el encanto. “Hoy todo está muy sofisticado. Los músicos tenemos muchos medios para defender técnicamente nuestra música. Ahora mira, si tenemos un estudio muy bueno para grabar y los músicos son malos, no hay arreglo posible”, sostiene.
–¿Es cierto que se retirará después de esta gira?
–Eso es algo que quiero aclarar, porque yo mismo cambié de parecer. En un momento, en una rueda de prensa en Nueva York, dije que me iba a retirar de los escenarios del mundo. Pero también dije que no me atrevería a decir que esa decisión sería definitiva. Pero me sorprendió la reacción posterior: en España hacían notas sobre mi retiro, decían que la música tradicional cubana perdía muchísimo con esa decisión. Empezaron a llegarme cartas, pedidos, una gran presión de la gente para que cambiara de idea. Y me ganaron.
–¿Pero está convencido de esa contramarcha?
–Estoy convencido de que necesito un descanso. Y también de que, por ahora, no puedo jubilarme. Acá pasan dos cosas: aunque esté cansado, todo lo que soy se lo debo a mi público. Pero el público también debe saber que detrás del artista hay un ser humano. Entonces, puedo descansar, pero no puedo dejar.
–Usted seguramente estaba acostumbrado a un nivel de actividad, y después del boom de Buena Vista, todo se fue de cauce...
–Con el Cuarteto Patria siempre trabajamos mucho. Anduvimos por todo el Caribe y por Europa también. No es cierto que Buena Vista nos haya descubierto. Nosotros ya estábamos. Pero sí es verdad que después del éxito del disco y de la película, las actuaciones se triplicaron. Desdeentonces, no pasamos más de tres meses en nuestro país. Llevamos casi cinco años así.
–Desde el punto de vista económico no se puede quejar.
–Sí, pero no se puede cambiar salud por dinero. El solo hecho de viajar, andar por el mundo con nuestra música, ya nos hace felices. El dinero enferma, no alcanza para curarte. Lo que nos cura es volver a Santiago y encontrarnos a toda esa gente que se siente orgullosa de que el Cuarteto deje bien en alto el prestigio de la música tradicional.
–Y después del éxito, ¿cómo se lleva con Compay Segundo, Omara Portuondo, Ibrahim Ferrer y las demás estrellas del Buena Vista?
–Nos llevamos muy bien. Muchas veces nos encontramos en los aeropuertos.

 

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