Por
Omar Lavallén
Desde Córdoba
Mucha
inteligencia y bastante frialdad fueron las armas esgrimidas por el escocés
Colin McRae para mantenerse al frente de la clasificación general
del Rally de la República Argentina y dar un paso hacia la conquista
de una prueba que hasta aquí se le ha negado sistemáticamente.
Así como en la primera etapa la cosa fue a matar o morir, en el
segundo día de la carrera, McRae sacó a relucir un costado
de su personalidad que pocas veces suele mostrar sobre la ruta: el reflexivo
e inteligente.
Entonces, en una etapa complicada (que se complicó aún más
por el incendio al final de la PE 11 y el posterior accidente en el cual
se vio involucrado un representante del team Skoda), el escocés
supo manejar, como pocas veces en su carrera, la diferencia de 47 segundos
con la que había terminado la primera etapa sobre el británico
Richard Burns.
Desde el arranque le cedió la iniciativa a Burns, y dejó
que el británico fuera el que arriesgara; éste hizo lo que
pudo. Tenía que reducir la ventaja, se tiró a hacerlo y,
pese a tener problemas con la dirección hidráulica de su
Subaru, ganó varios especiales (los PE 9, 11, 14 y 15). Pero todo
ese esfuerzo resultó poco.
Porque si bien McRae estaba decidido a no arriesgar, se lanzó en
busca del triunfo en alguna prueba especial (se llevó la victoria
en la 10 y la 12), o al menos una buena ubicación. Y la cosa le
salió redonda porque al final del día la diferencia descontada
por Burns fue mínima.
Aquí se terminó la lucha, porque sólo un milagro,
disfrazado de error conductivo o falla mecánica, le permitiría
al español Carlos Sainz, el sueco Petter Solberg o el finlandés
Tommi Makinen quedarse con la victoria, o la segunda posición del
clasificador.
Siempre tengo en mi mente que la Argentina nunca ha sido caballerosa
conmigo aceptó McRae tras la prueba. Trataré
de mantener la diferencia en la última etapa, para que no tengamos
que manejar fuerte en las últimas dos pruebas especiales, que son
las más difíciles del rally.
Parecido es el panorama en el Grupo N. Allí, el cordobés
Gabriel Pozzo, total dominador en la etapa de ayer, le sacó al
uruguayo Gustavo Trelles una diferencia que la lógica señala
como indescontable (casi 3 minutos 20 segundos), y se apresta a conseguir
un triunfo que lo afirma en la primera posición del Campeonato
Mundial de la especialidad.
Ha sido una buena etapa señaló el cordobés,
todo está bien y el auto quedó cero kilómetro para
la etapa final. Vamos a salir en forma más conservadora para cuidar
el auto y mantener la diferencia. El primer tramo es muy duro, al igual
que la trepada del Giulio Césare.
El que no pudo mejorar su suerte, a pesar del buen trabajo realizado,
fue el otro integrante del equipo Córdoba Rally Team, Marcos Ligato.
El cordobés rompió una manguera de gas que va al amortiguador
y corrió una prueba especial y media con la suspensión trasera
dañada.
Cuando el equipo logró reparar el auto, Trelles se había
alejado demasiado en la segunda posición, un lugar al que Ligato
parece tener pocas chances de acceder, salvo, claro está, algún
imprevisto.
McRae arrancará hoy la última etapa de la carrera, por el
valle de Traslasierra, con un ventaja tranquilizadora, aunque también
se podría catalogarla como indescontable. Pero habrá que
ver si el destino o su carácter no lo traicionan.
Skoda
fuera de carrera
Un
ingeniero de la Skoda resultó herido a causa de un accidente
en el que se vieron involucrados un camión cisterna y los
dos autos de la escudería Skoda de la República Checa.
Jens Pohlman, de 54 años, fue trasladado de urgencia desde
Santa Rosa de Calamuchita, lugar del accidente, al Hospital de Urgencias
de Córdoba tras sufrir rotura de pelvis y cuatro costillas.
El camión cisterna que colisionó contra los autos
de la escudería checa se dirigía a combatir un incendio
en un estacionamiento cercano al parque de asistencia ubicado en
la localidad cordobesa (foto). Los Skoda Octavia WRC de Armin Schwarz
y Bruno Thiry esperaban en la cola para acceder al control horario
posterior al PE11 tercero de la segunda etapa, cuando
recibieron el impacto del vehículo de emergencia. Ambos coches
resultaron seriamente dañados y se vieron obligados a desertar
de la competencia. Asimismo, el camión cisterna impactó
contra el coche de una hermana de Schwarz, que estaba estacionado
muy cerca. Según Skoda ningún otro de los miembros
del equipo resultó herido, aunque soportaron la violencia
del accidente. Bruno Thiry estaba sentado dentro del coche cuando
éste recibió el impacto, y el resto de los diez miembros
estaba situado a una decena de metros del lugar. Por todo
ello, el equipo no pudo continuar en carrera.
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