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QUE HAY DETRAS DE LA MEDIDA QUE SE LEVANTARIA MAÑANA
TRAS LAS NEGOCIACIONES ENTRE TRABAJO, AFA Y AGREMIADOS
La verdad oculta del paro del fútbol

Lo que empezó como una huelga de extrañas características, en la que los futbolistas empleados y los dirigentes empleadores estaban de acuerdo, se transformó en un movimiento de pinzas en el que el Gobierno muestra una energía desusada para incorporar la figura de las Sociedades Anónimas al ámbito profesional, y en el que, bajo la amenaza de una reducción de ingresos, se quiebra la alianza entre jugadores y dirigentes.

Las canchas estuvieron vacías todo el fin de semana, pero el paro podría levantarse mañana.

“La senda de la virtud es muy estrecha, y el camino del vicio, ancho y espacioso” (Cervantes)

La huelga de jugadores profesionales, aquí y ahora, le ha brindado al fútbol argentino la posibilidad histórica de hacer un nuevo mea culpa. El tiempo dirá si los protagonistas del deporte–negocio dejaron pasar una chance más de reconvertirse o si en las próximas horas –cuando se supere el conflicto– se sientan las bases de un cambio duradero y despojado de gatopardismo. La continuación del paro votada el último viernes acaba de propinarle una bofetada a los impacientes y ha sido asimilada con tolerancia por quienes consideran que la crisis debe ser tratada sin histerias. En el primer grupo se ubicaron casi todos los dirigentes y, además, algunos futbolistas que se adelantaron a aceptar la propuesta de la AFA por los medios. En cambio, los escasos directivos que acompañaron con simpatía la medida, lo hicieron para sacar tajada en una larvada interna política con Julio Grondona. En este marco, los responsables de conducir el fútbol demostraron ser más inmaduros que la inmensa mayoría silenciosa de los jugadores. Por esta razón, acaso deba suponerse que el camino lo señalen una vez más los protagonistas. La iniciativa aún la tienen ellos. Su vitalidad se explica también por la propia debilidad de los dirigentes que, desde un principio, tuvieron hasta el Ministerio de Trabajo en contra. Un dato que no es menor, en un país donde diez años de menemismo hicieron tabla rasa de los derechos laborales y donde se lauda generalmente en contra de los trabajadores.
Con el paro de los jugadores quedó en evidencia que el tema de los salarios, primas y premios adeudados no era el único que se estaba dirimiendo. Ese fue tan sólo el disparador. Los dirigentes, rápidos de reflejos, echaron mano a la propuesta de escalonar los pagos hasta el 31 de julio. Creyeron –y todavía creen– que abonar el 35 por ciento del total antes del 30 de mayo y a los 90 días el dinero restante es una proposición irresistible. Por eso se apuraron a reprogramar todos los partidos. Y subestimaron a los futbolistas. Pero entre los pliegues de la negociación estaban semiocultos otros asuntos tan importantes como la cancelación de los créditos laborales.
Cuando el miércoles 2 se retiraban de la cartera de Trabajo tras reunirse con la ministra Patricia Bullrich, dos dirigentes de la AFA intuyeron el desenlace del conflicto. “Hasta el martes (por mañana) no hay novedades”, le dijo uno al otro. El viernes, Julio Grondona ya descansaba en su quinta y sabía que debía volver a empezar. Los ansiosos habían avanzado un paso para retroceder dos.

Las paritarias

Hubo un efecto provocado por el conflicto que no tuvo demasiada difusión en los medios. Se trató del compromiso para discutir un nuevo Convenio Colectivo de Trabajo para los jugadores profesionales, que se incluyó en el acta firmada en el ministerio que conduce Bullrich. La ley prevé que se convoque a paritarias en el caso de los acuerdos laborales firmados con anterioridad a 1988, y el de los futbolistas data de 1975. El dato no debe soslayarse porque, por ejemplo, las primas tienen naturaleza salarial para Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) y no para los dirigentes.
Según el doctor Mario Schmoisman, abogado de la AFA, “el contrato base no establece la prima, que no tiene origen salarial y, por lo tanto, no devenga aportes ni contribuciones”. Este asunto es tan clave como la discusión que se ha planteado en torno a los contratos privados que la asociación del fútbol no reconoce al momento de contabilizar las deudas que contrajeron los clubes con sus planteles profesionales. Adelantándose a sus pares y mostrándoles el camino, Fernando Miele reconoció lo obvio (“los clubes tienen la obligación de pagar”), y se despachó después con un “pero los jugadores también tendrán que adaptarse a la difícil situación”. Ergo, el presidente de San Lorenzo se atrevió a afirmar, cual cruzado dela causa patronal que es, lo que otros no dirían. Más temprano que tarde, es muy posible que sugiera bajar los sueldos, no pagar primas y discutir si, eventualmente, se continúan abonando los premios.
Para resistir el embate que se viene, Agremiados cuenta con dirigentes sindicales formados en antiguos conflictos (Carlos Pandolfi y Juan Carlos Touriño participaron de las huelgas en los años ‘70), letrados que discutieron el estatuto y el convenio vigentes con décadas de experiencia y el aplomo de un referente que emergió en los ‘90 como Sergio Marchi. Pero, por sobre todo, las crisis internas casi no existen en el gremio y las esporádicas críticas –incluidas las de Diego Maradona– no son tomadas en cuenta. Hay un dato más: la productora Torneos y Competencias le paga a FAA un canon anual por lo que podrían denominarse derechos de imagen. Y esta relación tampoco ha incidido en el conflicto.
En la vereda opuesta se ubican dirigentes desprestigiados y apenas un interlocutor válido, Julio Grondona, con quien Agremiados posee una relación fluida. Una vez más, esos directivos han echado mano a los derechos de televisión que, como si fueran los créditos puente del FMI, comprometen a futuro las economías de sus clubes. Desde 1994 hasta hoy, las instituciones del fútbol nacional recibieron como mínimo una suma que ronda los 500 millones de dólares en concepto de adelantos. Por eso resultó un tanto irrisorio que en las negociaciones entre las partes se deslizara la chance de avalar el pago de las deudas con los derechos de TV hasta el 2004.
Ya se gastó demasiado a cuenta (ver nota aparte).

Un palo y un caramelo

La conducción de la AFA, en rigor, no sabe cómo manejar la grave situación de sus clubes afiliados desde hace un largo tiempo. Les otorgó créditos por 50.626.115 pesos que no le han devuelto y que son de dudosa cobrabilidad para el Tribunal de Cuentas, a cuyo frente está el contador Juan María Manganiello, un fiel servidor de Don Julio. Ahora, cuando el fútbol zozobra y amenaza con hundirse, Grondona habría reconocido que el 20 de julio de 1999 –durante aquel encuentro en Ezeiza que sólo sirvió para que los dirigentes vendieran humo– “se dejó pasar el tren de la historia”. Aunque tarde, la amenaza de sanciones ejemplificadoras para las instituciones descarriadas ya se había adelantado al paro de futbolistas.
En el boletín 3235 del 28 de marzo pasado, la AFA sostuvo que a partir de la temporada 2001-2002 “el sistema de obligaciones y sanciones operará a pleno”. Además especificó que las penas pueden ser el descenso de categoría y la inhabilitación y/o desafiliación, pero ratificó que esas medidas las aplicará el Comité Ejecutivo. Este asunto le plantea una encrucijada al hombre que encabeza el fútbol argentino desde abril de 1979. Y es que edificó su poder apoyado en muchos de esos dirigentes que hicieron muy mal los deberes. Si fuera severo con ellos a partir de junio –como deslizan desde su entorno más íntimo–, podría dinamitar la base de sustentación que lo mantuvo en el poder por más de dos décadas.
Sea como fuere, al autocontrol de la AFA se oponen desde Agremiados hasta el Congreso. El diputado menemista Daniel Scioli sugirió que lo ideal sería que “el control lo ejerciera una auditoría externa como Deloitte & Touche o una Superintendencia dependiente de la Secretaría de Deportes”. En la AFA no ven con buenos ojos el intento de intromisión. Una fuente cercana al trajinado Grondona definió la situación con cierta incomodidad: “No hicimos las cosas y ahora vienen de afuera a decirnos lo que debemos hacer”. Los dirigentes esperan con ansiedad el próximo Congreso de la FIFA que se realizará en Buenos Aires durante el Mundial Juvenil Sub-20. Y es que acaso surja de allí un marco jurídico de referencia para enfrentar los problemas que dejó al desnudo la huelga.

La mano del Estado

Otro de los temas que desvela tanto a directivos como jugadores es cómo el Gobierno les puede extender una mano para salir del pozo. Una de las fórmulas que se discutió en el Ministerio de Trabajo el miércoles pasado fue la del reclamo sectorial. La ley de Competitividad que ideó Domingo Cavallo es el salvavidas al que quiere aferrarse el fútbol. “Tenemos que darle forma a un pedido y asumimos el compromiso de elevar nuestras necesidades al Ministerio de Economía. La idea es conseguir algunos privilegios como ocurrió con los metalúrgicos y textiles”, le confió a este diario uno de los asistentes a las reuniones en la cartera laboral.
Por lo pronto, con la excusa de discutir sobre la reciente extensión del IVA a las entradas de los partidos, ya hay un encuentro acordado entre las autoridades de la AFA y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. Será esta semana y permitirá verificar hasta dónde puede llegar el lobby del fútbol. Todo indica que dirigentes y jugadores tendrán más éxito en el Parlamento, un ámbito donde hay varios diputados dispuestos a escuchar los pedidos de auxilio. Scioli promete una ley que –afirma– no contempla la figura de las sociedades anónimas deportivas. Sin embargo, el presidente de la Comisión de Deportes de la Cámara baja ha coincidido en más de una ocasión con el pertinaz impulsor de la idea, Mauricio Macri, con quien suele mostrarse ante cualquier auditorio. En esta empresa también se anotan algunos funcionarios del Gobierno aliancista y hasta ciertos representantes de Agremiados que verían con buenos ojos a Marcelo Tinelli manejando San Lorenzo o a Gregorio Pérez Companc en River.
Es por eso que la huelga quizás sirva para blanquear una vieja aspiración empresarial. El fútbol que no supieron dirigir ni administrar podrían gerenciarlo o concederlo a quien se atreva a comprarlo. En esa operación que hasta la clase gobernante ve con simpatía, además de jugadores que no cobran hace años, estarían involucrados socios que gateaban cuando sacaron su carnet y hoy ya son vitalicios.
Desde tiempo inmemorial se sostuvo que los dueños de los clubes eran ellos. Pero por ahora, en este fatigoso debate que abrió la huelga, apenas se parecen a unos convidados de piedra que difícilmente puedan ser los accionistas de una sociedad anónima.

 


 

CARLOS HELLER, UNO DE LOS BANQUEROS DE AFA
“Hay clubes sin derechos que ceder”

Por G. V.

Además de ser recordado como ex vicepresidente de Boca, Carlos Heller es el gerente general del Banco Credicoop, una de las entidades privadas que se han mencionado para asistir a los clubes con un crédito que permita pagarles la deuda a los futbolistas. Heller dialogó con Líbero sobre la alternativa de socorrer financieramente a la AFA y, por su intermedio, a las instituciones.
–¿Cuáles son los requisitos que debe cumplir la AFA para que se le otorgue un crédito de la envergadura que ha trascendido?
–Primero, hay información que, como gerente de un banco, debo manejar con normas que no son las del periodismo deportivo, ni tampoco de la dirigencia del fútbol. Pero, hasta donde yo puedo decir, la AFA mantiene con nosotros una operatoria regular, normal, que tiene más de veinte años y esa relación incluye la posibilidad de que pida créditos como cualquier empresa. El banco le ha dado créditos a la AFA y jamás ha tenido una dificultad. Yo calificaría al vínculo como muy bueno.
–¿El Banco Credicoop está considerando algún pedido de auxilio financiero en este momento?
–No, porque no hemos recibido ninguna solicitud. Yo leo los diarios y no debo salir a explicar nada. Mi tarea no es ésa. Si se nos cursara un pedido, lo tendríamos que analizar. Primero, porque los créditos los evalúa un comité. Y segundo, porque hablar de un crédito en abstracto no tiene sentido. Yo no sé de qué monto estamos hablando, qué garantías se discuten. Una cosa es si viene la AFA y dice “concédame un crédito” y otra si nos explica que tiene un documento de Repsol que vence dentro de seis meses y pide que se lo descontemos. El abanico de posibilidades es grande. No es lo mismo pedir dos millones que veinte. Nosotros, como política del banco, por empezar, no le otorgamos esta última cifra a nadie.
–¿Un contrato de televisión como el que tiene firmado la AFA con Torneos y Competencias hasta el 2014 puede servir como garantía para resolver este conflicto?
–Mucho dinero de los derechos televisivos ya ha sido cedido por distintos clubes a diferentes bancos. Nosotros, por ejemplo, tenemos cesiones de varias instituciones que nos han descontado ya sus cuotas de este año, del que viene, etcétera. No es lo mismo vender los derechos de 2002 o 2003, que los de 2010 o 2011. Me da la impresión, por lo que conozco, que de acá a 2004 es poco lo que queda para ceder. Y sobre todo, los clubes grandes como River, Independiente, San Lorenzo y Racing no están en condiciones de entregar derechos en el corto plazo.
–O sea, resultaría muy complicado que su banco pueda conceder un préstamo por el 35 por ciento de la deuda que la AFA está dispuesta a avalar, algo más de 13 millones de los 38 que reconoció.
–Ocurre que la AFA ya ha realizado otras operaciones con nosotros y yo tengo que sumar esto a lo que ha recibido. ¿Me explico? Los montos que se mencionan exceden nuestra política crediticia. Aunque si esa suma se divide entre dos o tres bancos, probablemente consideremos el pedido. De todos modos, me resulta muy difícil contestarle a un periodista en abstracto.

 

Para Bullrich, el paro se levanta

La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, aseguró que entre hoy y mañana su cartera estará “en condiciones de homologar los acuerdos de los futbolistas y entonces se levantará el paro” que los futbolistas iniciaron para reclamar a los clubes deudas salariales.
Sin embargo, Bullrich también aclaró que no todo se terminará con la disolución de la medida de fuerza, sino que aseguró que “de ahora en más a los clubes que no cumplan con los pagos a los jugadores en término no se les permitirá jugar en su categoría e irán a una inferior, tal como ocurre en Europa”.
La funcionaria insistió con que, además de superar el conflicto, hay que ir a la “cuestión de fondo” como la transformación de los clubes en sociedades anónimas. “Ese cambio es fundamental tras este acuerdo y se está comenzando a estudiar en el ministerio”, dijo.
Para ello, adelantó que “en los próximos días comenzaremos con rondas de consultas con presidentes de clubes, jugadores, empresarios y todo aquel que trabaje en el fútbol”. También aclaró nuevamente que la mediación del ministerio es “voluntaria, pero sé que la solución está muy cerca porque Agremiados ya sabe que están los avales que pretendían”.
Bullrich señaló que el ministerio supervisará todas las negociaciones de cerca y en la homologación ingresará la deuda que mantienen los clubes con los contratos privados de los futbolistas que no se encuentran registrados en la AFA.
Hasta el momento, la AFA se negaba a incluir en el acuerdo los contratos privados entre los clubes y los futbolistas, pero el ministerio, en las últimas reuniones, sugirió que lo acepte para destrabar el conflicto que mañana cumplirá una semana.
La ministra afirmó no estar sorprendida por la continuidad del paro dictada por los futbolistas, ya que “ellos necesitaban seguir trabajando. Un arreglo inmediato no servía”.
Bullrich consideró que el activo protagonismo del Gobierno en este conflicto no era “una intromisión”. “El Gobierno nunca se había metido en una actividad como el fútbol que, evidentemente, no tiene un control fuerte. Es más, algunos dirigentes y los mismos jugadores vieron con buenos ojos nuestra intervención en el conflicto”, señaló Bullrich.
Además señaló que esta intervención tiene que “sentar un precedente importante” y reiteró que “los clubes deben hacer bien las cuentas porque las sanciones que se están contemplando serán muy fuertes”.
Bullrich aclaró que el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, “no se reunirá con los dirigentes de AFA por el tema del paro de futbolistas, sino que lo hará porque fue convocado por ellos a raíz de la imposición del IVA a la actividad”.

 

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