Por Pablo Vignone
El sostenimiento de la huelga por parte
de los futbolistas, basado en la convicción de que el movimiento
tiene que servir para cambiar las estructuras de fondo del fútbol
argentino como han reconocido sus líderes más mediáticos
pone de manifiesto el hecho de que los verdaderos protagonistas del espectáculo
han tomado conciencia de su auténtico papel títere, pero
deja una segunda lectura no menos evidente: hasta ellos entienden que,
con las estructuras actuales, el proyecto de fútbol argentino es,
definitivamente, inviable.
Rápidos repasos a las cuentas de los clubes dan sustento a lo dicho,
y eso ha sido ampliamente documentado: que todos los planteles de Primera
-salvo Colón y Los Andes les deben dinero a sus futbolistas
es un dato remanido. Pero otros datos más o menos anecdóticos
pintan de alguna forma hasta qué punto este modelo de acumulación
futbolística (de unos pocos) está caduco. Sin que esto signifique
que el que pretende imponer el Gobierno resulte la milagrosa salvación.
Aquí van algunos de esos ejemplos, sueltos y no totalmente abarcativos:
l Un equipo de Primera que era ejemplo por el orden de sus cuentas, como
Independiente, pide préstamos para pagar los sueldos de sus jugadores.
Los cheques que entrega con fecha adelantada no siempre se pueden depositar
a su vencimiento... No es el único club.
l Los dirigentes de Almagro les prometieron a sus jugadores un premio
si se salvan del descenso. Los futbolistas prefieren que les paguen el
que les habían prometido si ascendían... hace un año.
l Pese a las deudas que mantienen con el plantel, los directivos de Talleres
ofrecieron a sus jugadores unos 800 mil dólares si se clasifican
para la Copa Mercosur. Sin explicar cuándo van a pagarlos...
l Boca paga 3500 pesos de premio por partido ganado. El día que
derrotaron 1-0 a Colón en la Bombonera, la recaudación la
más baja en los últimos seis años apenas superó
los 36 mil pesos: con ese dinero no se le podría haber pagado el
premio a los titulares...
Como sociedades sin fines de lucro, los clubes no precisan dar ganancias.
Pero sus pérdidas hemorrágicas demuestran que o no ingresa
suficiente dinero al fútbol, o sale demasiado. Que dos de los tres
personajes más ricos del fútbol doméstico sean dos
empresarios Carlos Avila, creador de TyC, y Gustavo Mascardi, intermediario
muestra cómo funciona el vector de riqueza en el fútbol
local, y ese vector no apunta precisamente a los clubes.
Pero, precisamente, la mención de estos protagonistas que no se
ponen los cortos indica una de las aristas de esta inviabilidad: el fútbol
no puede dar de comer a todos los que pretenden sentarse a su mesa. Si
hasta miembros de la Policía Federal, con el sistema ilegal que
fuera puesto al descubierto por el juez Mariano Bergés, se aseguraban
un pingüe ingreso a partir de las presuntas fabulosas ganancias que
genera el fútbol profesional.
De los 10 pesos que cuesta una entrada popular, dos van a parar a las
arcas de la AFA; de dos a tres pesos se gastan en seguridad; otro tanto
se utiliza para cubrir los gastos que demanda la organización del
partido, y sólo dos pesos quedan en el club.
El panorama general es desolador: si es que los jugadores, en conjunto,
consiguen generar los recursos suficientes como para poner en marcha la
industria futbolística, y darle un sesgo genuino a sus ingresos,
esos recursos no son reciclados en el circuito. Van a parar a otros bolsillos.
Según el diputado Mario Das Neves, la TV factura 600 millones de
pesos anuales y paga a los clubes 64 millones. Eso, por televisar cuatro
de los diez partidos de cada fecha: si hubiera un quinto partido, la cifra
aumentaría a 74 millones. Según propios voceros, la empresa
que posee los derechos del fútbol le dio al fútbol 490 millones
de pesos en los últimos cinco años; hay clubes que ya cobraron
hasta los partidos que jugarán en el 2003... Si es efectivamente
la TV la que se lleva la parte del león, ¿quién permitió
semejante enajenamiento? ¿No son los mismos dirigentes que manejan
el dinero que no alcanza? ¿No son los mismos que cotizan en primera
fila para recoger los probables beneficios del ingreso de capitales privados
al fútbol?
El gerenciamiento parece un buen negocio. Se invierte cierto dinero, se
lo recupera más tarde, especialmente con las quintas de las inferiores,
el verdadero filón. El asunto es decidir quién reglamenta,
y de qué manera, el ingreso de esos capitales de riesgo. Porque
si la legislación no evita que los principales responsables de
este estado de inviabilidad puedan hacerse cargo de esos clubes a los
que dejaron en estado patético, esos enunciados de buena voluntad
que pregona ahora la ministra de Trabajo serán, apenas y tristemente,
ingenuos postulados. Como las privatizaciones menemistas de los 90...
Tampoco los jugadores se plantean el debate ético sobre el papel
del gerenciamiento. Porque a ellos no les resulta tan antipático.
Porque la huelga no es sólo para que se les pague lo que se les
adeuda, pero en definitiva eso es lo que más les preocupa, y si
escuchan a los jugadores de Racing contar que cobran puntualmente desde
que Blanquiceleste SA gerencia el fútbol de la Academia, entonces
pensarán, con toda honestidad, que acaso ése sea el camino.
Pero si están enterados de que el proyecto que maneja la Bullrich
es el que le acercó la semana previa a la huelga el diputado Scioli,
que concurrió a verla con el autor intelectual del proyecto, el
presidente en uso de licencia de Boca, Mauricio Macri, quizás entiendan
que cambiar verdaderamente las estructuras del fútbol es otra cosa.
La apropiación del capital social que indudablemente representa
el gerenciamiento de los clubes no tiene en cuenta a aquellos que con
su esfuerzo contribuyeron a su acumulación: los pocos socios que
le quedan a cada club-asociación civil. Incorporarlos a la legislación
privatizadora, pensando quizás en transformarlos en accionistas
no por lo que vayan a invertir sino por lo que ya invirtieron, puede ser
una manera de empezar a pensar con cierta justicia este tema.
Domingo sin fútbol
no es domingo
Por juan
jose panno
Domingo sin fútbol no es domingo, piensa uno, y se levanta
tempranito como si fuera lunes, pero con la ventaja de no tener
que ir a laburar y a las 7 y media uno prende la tele que, casualmente,
quedó sintonizada en TyC Sports. Lástima que la tele
no está en el 11, con El Bar, porque se podía
ver gente durmiendo que es re-divertido, piensa uno, pero se calma
enseguida porque en TyC Sports dan un Boca-River, del Neolítico:
el último clásico del Clausura. Como desayuno no está
mal, murmura uno mientras alarga el café y mira un poquito
de Futsal, a la espera de Lazio-Bari, que dan a las 10 por PSN.
En la Lazio hay más argentinos que italianos: 5 a 4, lo que
hace interesante el programa. Con dos goles de Verón, el
cuadro sudaco-italiano le gana 2 a 1 al Bari. Por suerte, el partido
termina a tiempo y permite ver, desde las 11 y media de la mañana,
por ESPN, el duelo entre el Celta de Vigo y el Real Madrid por el
campeonato español. No tiene mucha gracia ver a este Real
Madrid y menos un partido con el resultado puesto, pero uno hace
un esfuerzo y aguanta porque hay un golazo de Gustavo López,
el segundo del Celta, un cañonazo desde afuera del área
a la salida de un tiro libre. Si hubiera fútbol de verdad,
a esta altura uno tendría que estar preparándose para
ir a ver River-Racing o Estudiantes-San Lorenzo, pero ya se sabe
que la huelga mató a este domingo futbolero.
¿Qué hacer, entonces? En Fox Sports dan Aston Villa-Coventry
y hay un gol de uno de los fantásticos de River, el colombiano
Juan Pablo Angel, y hay 4 goles más porque el Aston Villa
gana 3 a 2 y el Coventry se va al descenso, un dato que, naturalmente,
a uno no le importa menos que la temperatura en Kuala Lumpur. Tampoco
importa mucho Tribuna caliente, pero uno se puede quedar
un ratito lamentando, como se lamenta ahí ese domingo vacío.
Uno mira el reloj con cierta resignación a las 3 y media
de la tarde, es decir, la hora a la que debían empezar los
partidos de verdad y busca el control para llegar a PSN que quiere
decir, imagina uno con pesimismo, Partido Sin Nada. Pero algo hay:
juegan Juventus-Roma y está Batistuta. Gana Juventus 2 a
0. Roma no le encuentra la vuelta. PSN pasa a ser Perdemos Sin Nakata
y el DT de la Roma, Fabio Capello, manda a la cancha a un japonés,
tan japonés como este domingo sin fútbol. A Nakata
le dicen que ataque y Nakata acata y zampa el 2 a 1, y después,
sobre la hora, manda otro bombazo y del rebote Montella empata 2
a 2 y uno tiene un instante de gloria prestada imaginándose
romano y casi campeón, mandando a fangulo a los turineses.
Pero también uno se puede sentir uruguayo, que no ni no,
cuando pasa a TyC donde dan el clásico uruguayo que termina
con la victoria de Peñarol por 2 a 1 y termina bien, porque
termina a tiempo para ver, a las 19 en Fox, la historia de los Mundiales
y se ven fragmentos de partidos del 66 y del 70, y algunos
goles extraordinarios a pesar de la fecha de vencimiento en la etiqueta.
Después, sin pausa para no perder el ritmo, viene El
aguante, algo de Misión fútbol con
el Pato Galván y a las 9 y media de la noche Beira Mar vs.
Porto del campeonato portugués. Lo que no se puede ver es
Fútbol de Primera. Canal 13 pasó la película
Infierno en el túnel y uno se la banca toda esperando la
escena del caño que nunca llegó.
Y entonces uno se va a dormir con ataque de abstinencia. No hay
nada que hacerle: domingo sin fútbol no es domingo.
|
Filántropos
de plata ajena
Por diego
bonadeo
En un principio la oferta fue de la AFA, a través de Julio
Grondona. Se trataba de tentar a Futbolistas Argentinos Agremiados
con alrededor de 15 millones de pesos, algo así como el 25
por ciento de la deuda de los clubes con los jugadores para evitar
la huelga y la consiguiente suspensión del fútbol.
Fue el primer paso cuando todavía no se hablaba de mediaciones,
y tampoco Daniel Scioli ni Patricia Bullrich se habían sentado
a la mesa de El equipo de Primera a hacer como que debatían
el tema con Niembro, Maradona, Veira, Leo Rodríguez y demás.
Y los quince palos serían producto de la sponsorización,
vaya la gente a saber bien de qué cosa, por parte de la empresa
Repsol-YPF, la misma empresa que el menemato entregó a precio
vil y que alguna vez fue nuestra empresa de combustibles, y la misma
empresa multada no hace tanto por la Secretaría de Defensa
de la Competencia en 117 millones de pesos por prácticas
monopólicas y posición dominante. La misma empresa
que se llamó Yacimientos Petrolíferos Fiscales y que,
ahora, la necesidad marketinera de los desmemoriados que intencionalmente
pretenden que las nuevas generaciones no registren que los argentinos
tuvimos empresas del Estado esto es, de todos nosotros,
les hace creer a los chicos por televisión que YPF quiere
decir Ya Pasó Fangio....
También es la misma empresa que, al decir y escribir de Luis
Maas en el último número de Le Monde Diplomatique:
...fue la empresa petrolera nacional privatizada en 1993...,
para además agregar: El mayor inversor extranjero en
la Argentina, el español Alfonso Cortina, presidente de Repsol
de España, se ríe de buena gana cuando escucha los
chistes de gallegos que le cuentan en Buenos Aires.
Pero él tiene su propio chiste de argentinos. En 1999, Cortina
pagó 13 mil millones de dólares por el control accionario
total de YPF, con dinero mayormente prestado por bancos europeos
a la irrisoria tasa de interés del 3 por ciento anual. En
el 2000, el precio del petróleo subió del orden de
12 a 32 dólares por barril. Ahora, Cortina está devolviendo
a los bancos el dinero que le prestaron hace menos de dos años:
YPF prácticamente le salió gratis.
Por supuesto, y como es sabido, la gremial de los jugadores no aceptó
aquella oferta, el fin de semana no hubo fútbol porque, entre
otras cosas, los futbolistas parecieron desconfiar del después.
Pero una de las cuestiones es el origen del dinero, que seguramente
no viene de los dividendos por cemento, ladrillos o bidets del corralón
del vicepresidente de la FIFA y presidente de la AFA.
Sin hilar demasiado fino, la oferta de achicar la deuda con dinero
sucio de YPF-Repsol es una burla a los argentinos, habida
cuenta de que esos millones y muchísimos más que en
su momento el ministro, antes menemista, ahora delarruista, Domingo
Cavallo prometió que serían para aumentar los haberes
de los jubilados cuando lloró para la televisión con
Norma Plá de testigo, nos fueron arrebatados de nuestros
bolsillos a todos los argentinos.
No es malo tener en claro que una vez más, los supuestos
filántropos, como sucede, por ejemplo, con algunas fundaciones,
sean empresarias o no, juegan a la generosidad propia con los dineros
ajenos o, si no ajenos, por lo menos malhabidos.
|
|