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El día en que Chacho declaró en
secreto por las coimas del Senado

Discretamente, sin que nadie
lo viera, Alvarez confirmó que
Cavallo le dijo que eran preferibles los fondos reservados a �que operen lobbies que manejan dinero negro�. El fiscal lo llamó a declarar por una frase del libro �El Divorcio�, de Martín Granovsky.

Chacho Alvarez habló en el juzgado el 23 de abril, sin que nadie lo viera llegar a Comodoro Py.

Por Adriana Meyer

“Cavallo dijo que ese sistema (el de los fondos reservados) sería preferible a que operen lobbies que manejan dinero negro.” La frase pertenece a la declaración testimonial que dio Carlos “Chacho” Alvarez el 23 de abril en la causa por presunta malversación de caudales públicos contra el ministro de Economía. Ese día logró pasar inadvertido por la nutrida guardia periodística que esperaba en los tribunales de Retiro la liberación del Luis Sarlenga, el ex interventor de Fabricaciones Militares procesado por la venta ilegal de armas. La demanda había sido presentada por el abogado de la CGT rebelde, Héctor Recalde, al detectar la posible comisión de delito en una frase contenida en el libro El Divorcio, de Martín Granovsky.
En la página 248 del libro, el autor describe un encuentro ocurrido en agosto de 1995 en el despacho de Cavallo en el Ministerio de Economía, del que participaron Graciela Fernández Meijide y José Vitar. Chacho Alvarez lo había visto denunciar a Alfredo Yabrán en el programa de Mariano Grondona y lo llamó para decirle que el Frepaso tenía datos para colaborar en su cruzada antimafias. “Por favor, no hablen más de los fondos reservados porque ésa es la plata que hay para sacar las leyes”, les dijo Cavallo al salir, según escribió Granovsky.
La denuncia que Recalde presentó el 17 de enero recayó en el juzgado de Carlos Liporaci, el mismo magistrado que investigó la supuesta compra de votos en el Senado para la aprobación de la Reforma Laboral y renunció en medio de acusaciones por su presunto enriquecimiento ilícito. Las causas de Liporaci pasaron al juez Gabriel Cavallo, quien delegó la denuncia de Recalde en el fiscal Federico Delgado.
Este funcionario ya recolectó los datos sobre la distribución completa de gastos reservados en la administración pública entre 1990 y 2000. Recientemente pidió a la oficina de Presupuesto información sobre qué razones invocó cada repartición pública al pedir aumentos en las partidas de fondos de ese tipo durante el mismo período. Y citó a declarar a Granovsky, Meijide, Vitar y Joaquín Morales Solá, periodista que escribió en una columna que el ex ministro de Economía, Roque Fernández, había reconocido la existencia de planillas con fondos fijos y había afirmado que algunos senadores recibían una remuneración mensual, además de pedir sumas adicionales por determinadas leyes. Morales Solá ratificó el contenido de la información, pero Fernández, que también fue interrogado como testigo, negó haber pronunciado tales palabras.
El diputado frepasista Vitar recordó ante el fiscal que “la reunión giró en torno al tratamiento de la ley de Correos y en particular sobre el accionar mafioso de personas relacionadas con el negocio postal, concretamente, Alfredo Yabrán”. El legislador, que declaró el mismo día que Chacho, agregó que “en un momento dado se hizo referencia a los métodos ilegales que utilizaban las mafias, incluso rumores fuertes sobre compra de votos en el Congreso de la Nación”. Según Vitar, en ese momento “Cavallo expresó que por aquella circunstancia él era partidario de no retacear fondos blancos del Estado para financiar la política, y que hizo extensiva la idea al funcionamiento del Congreso para evitar que los grupos mafiosos compraran voluntades. Pero aclaró que en virtud del tiempo transcurrido no recordaba la frase textual, aunque la idea era la que expresó. Por su parte, la ex ministra Meijide declaró que no recordaba haber oído la frase.
Ese lunes 23 los periodistas esperaban a Sarlenga en la puerta de Comodoro Py 2002. Chacho acudió a la citación del fiscal, que no había trascendido. Los empleados de la fiscalía le tomaron declaración en una vieja máquina Remington. Alvarez aseguró que mantuvo varias entrevistas con el autor del libro, que la reunión con Cavallo existió, que participaron las personas mencionadas por Granovsky, que se habló con el ministro del financiamiento de la política y sobre los gastos reservados, pero que no recordaba la frase puntual. “Se charló sobre la posibilidad deeliminar los gastos reservados y Cavallo dijo que este sistema sería preferible a que operen lobbies, pues estas asignaciones que figuran en el presupuesto son preferibles a los referidos lobbies que manejan dinero negro”, declaró Alvarez.
Cuando se inició el caso, Cavallo estaba en Europa y su vocero había asegurado a este diario que “por el momento” no pensaba hablar del asunto. Cuando el fiscal impulsó la acusación, imputó al ex y actual ministro de presunta malversación de caudales públicos. Más adelante podría pedir su citación a indagatoria. Los investigadores advirtieron que los montos de dinero en concepto de gastos reservados que utilizaron los organismos oficiales son muy grandes y “dan entidad a los dichos de Cavallo”.

 


 

LOS PASOS DE DE SANTIBAÑES Y DE FLAMARIQUE
Fotocopias y pedidos al juez

Por A.M.

Tan sigiloso como Chacho, el ex jefe de la SIDE Fernando de Santibañes se presentó en los tribunales federales el jueves 19 en la causa sobre el escándalo de los sobornos en el Senado, para entregar un informe sobre el manejo de fondos durante su gestión. Al día siguiente, su abogado le pidió al juez Gabriel Cavallo que revoque la citación a indagatoria que está pendiente. Otro imputado, el ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique, pidió fotocopias del expediente. Mientras tanto, los fiscales siguen juntando pruebas y el magistrado emprolija la investigación que le dejó el renunciado Carlos Liporaci.
Ese fue el jueves en que el juez Jorge Urso firmó el procesamiento del ex cuñado presidencial Emir Yoma, lo que convocó a todos los medios. El ex jefe de los espías entró y salió de Comodoro Py sin ser visto. Acompañado por su abogado Hugo Pinto, presentó un extenso informe en el que criticó con dureza a los fiscales de la causa, Eduardo Freiler y Federico Delgado, y aseguró que no hay ninguna imputación de la cual defenderse. Sin embargo, De Santibañes parece olvidar que Liporaci lo había llamado a declaración indagatoria junto con Flamarique. Una de las primera medidas que adoptó el nuevo juez de la causa, Gabriel Cavallo, fue suspender esas medidas para estudiar mejor el expediente pero esto no significa que la acusación ya no exista. Cavallo suele convocar a los sospechosos para que hagan su descargo e interrogarlos sólo cuando culmina la recolección de pruebas. Y sus allegados comentan que la causa todavía tiene tela por cortar.
De Santibañes detalló la utilización de los 138 millones de pesos que le habían asignado para la SIDE y reiteró que obtuvo una partida adicional de 30, aunque le había pedido 50 a su amigo el presidente Fernando de la Rúa. Con copias de asientos contables trató de despejar las sospechas sobre los 6 millones 500 mil pesos que dos empleados de la SIDE cobraron poco después de que concluyeran las negociaciones por la Reforma Laboral. Según el ex funcionario, fueron asignados a gastos de personal pero los fiscales creen que pueden haber tenido otro destino. Todo esto ya había sido plasmado en la causa durante las tres declaraciones testimoniales que dio el jefe de Finanzas del organismo, Juan Gallea, que sobrevive en el cargo. A las pocas horas, el letrado Pinto solicitó un pedido de revocatoria de la indagatoria de su cliente pero el juez respondió con un anodino “téngase presente”. Aunque el defensor apunte a utilizar el informe como descargo de De Santibañes eso no alcanzará para anular el llamado a declarar como imputado. “El estado de sospecha persiste”, indicó a Página/12 una fuente judicial. Flamarique pidió copias de la causa y podría presentar un pedido similar al de su ex compañero de gabinete.
Ante la magnitud que adquirió la causa por la venta de armas –a partir de la resolución de la Cámara Federal, la confesión de Sarlenga, la detención de Emir Yoma y el pedido de indagatoria a Carlos Menem como jefe de una asociación ilícita– el devenir de este escándalo pareció caer en el olvido. Pero sus investigadores siguen trabajando:
Analizan los llamados de asesores de De Santibañes que tienen a su nombre una sociedad también bajo la lupa.
Confeccionan listados telefónicos de los imputados para realizar cruces a través del sistema Excalibur.
Estudian aspectos puntuales de la evolución patrimonial de algunos funcionarios acusados.
Descartaron la hipótesis sobre la posibilidad de que el dinero de los sobornos haya salido del propio Senado porque comprobaron que ese cuerpo obtuvo balances positivos durante el primer semestre del año pasado.

 

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