Sorpresivamente,
el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini casi opacó a
Domingo Cavallo en el paso de ambos ayer por Washington. Giavarini rechazó
categóricamente la posibilidad de que Argentina negocie bilateralmente,
por fuera del Mercosur, un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos,
como le ofreció públicamente Peter Romero, secretario de
Estado Asistente para Asuntos del Hemisferio Occidental. Argentina
va a ir hacia el Tratado de Libre Comercio para América del Norte
a través del Mercosur, porque si no habría dos posibilidades;
y no hay dos posibilidades, afirmó el canciller. Por su parte,
Cavallo fue ambiguo sobre el tema: avaló la posición de
Giavarini, pero insistió con que personalmente creo que el
arancel externo común no es el mejor instrumento de política
comercial para el Mercosur. Y pidió que argentinos y brasileños
no persistan en sus errores de desaprovechar la vía
bilateral de negociación comercial.
El superministro, que habló en ante la crema del establishment
norteamericano en una conferencia organizada en el propio Departamento
de Estado, aseguró además a los financistas que en Argentina
devaluar sería un desastre político y prometió
crecimiento del 6 por ciento por los próximos 10 años.
En este momento tenemos un objetivo muy claro, queremos lograr un
crecimiento anual del 6 por ciento, en una base sustentable para los próximos
diez años. Sabemos que eso es perfectamente posible, dijo
Cavallo ante una nutrida audiencia de empresarios y banqueros en Washington.
No habrá devaluación ni dolarización, vamos
a mantener el sistema de la Convertibilidad, dijo el ministro al
disertar en el Departamento de Estado como parte de la conferencia El
Siglo de las Américas, donde compartió la tribuna
entre otros con el secretario de Estado de los Estados Unidos, Collin
Powell, y el representante comercial, Robert Zoellick.
Durante una exposición de 40 minutos, seguida en directo por las
cámaras de CNN, Cavallo trató en todo momento de trasmitir
calma a los financistas en base a tres premisas: no habrá devaluación,
el gobierno no dispondrá quita alguna en la deuda pública
y la fórmula para salir de la recesión será la rebaja
de costos empresarios para aumentar la competitividad. Desafortunadamente,
en el exterior escucho: éste no es el mismo Cavallo antes. Cavallo
ya no quiere hablar con los mercados se volvió loco, se volvió
proteccionista. Pero no es verdad. Soy el mismo Cavallo que habló
a los mercados y quiero crear confianza, disparó en un momento,
arrancando el aplauso de los brokers. No haremos ninguna alquimia.
Quienes hablan de la dolarización proponen también que se
adopte el dólar junto con una devaluación del 30 por ciento
y a la vez se imponga a los acreedores una rebaja del 30 por ciento de
la deuda. Eso no sirve. Vamos a respetar los derechos de propiedad de
todos los que inviertan en Argentina, insistió.
Cavallo no quiso dar precisiones sobre el megacanje de deuda. Por
consejo de todos los abogados se me alertó que no puedo adelantar
detalles de una operación cuando no está definida porque
incluso violaría leyes de los Estados Unidos, se excusó.
A su vez, el ministro vendió una imagen de fortaleza política
del gobierno de De la Rúa. el presidente de la Rúa
resolvió aumentar la base de apoyo político, la Alianza
se mantiene y se han sumado los partidos provinciales, mi propio partido
y los gobernadores, la mayoría de los cuales pertenece al justicialismo,
aseguró, en una evidente respuesta a las declaraciones de Chacho
Alvarez, que el fin de semana pasado se alejó de la conducción
del Frepaso criticando duramente al gobierno.
Sin embargo, la nota del día la dio Giavarini, que volvió
a plantear una posición muy firme en defensa del Mercosur, incluso
a contramarcha de los coqueteos de Cavallo, que preferiría un acuerdo
comercial bilateral entre Argentina y Estados Unidos. Un acuerdo
de libre comercio con Argentina es una posibilidad que tenemos en reserva,
en caso de que se traben las negociaciones del ALCA, lanzó
el funcionario del Departamento de Estado, Peter Romero. Pero el canciller
respondió de inmediato que nosotroscumplimos nuestros compromisos
con el Mercosur y negociaremos a través del Mercosur.
Bush
por la vía rápida
El
mismo día que el canciller argentino desechó celebrar
acuerdos por afuera del Mercosur, el presidente norteamericano George
Bush redobló su presión para impulsar una zona de libre
comercio continental y prometió que esta misma semana reclamará
al Parlamento de su país una autorización para obtener
el fast track. Este pedido, que según fuentes de la Casa Blanca
se formalizaría durante el fin de semana, tiene por finalidad
facilitar las negociaciones bilaterales que encare la administración
norteamericana. Una vez concedido, el fast track o vía rápida
consiste en que el Parlamento apruebe o rechace en bloque un acuerdo
comercial suscripto por el Poder Ejecutivo sin la posibilidad de analizarlo
punto por punto. Desmenuzar un acuerdo comercial equivale a habilitar
los lobbies de los productores norteamericanos. Bloquear esta chance,
a su vez, daría mucha más celeridad a las tratativas
estadounidenses con terceros países. El libre comercio
es un imperativo moral, pues crea empleo para los desempleados y ayuda
a reducir la pobreza en el mundo, proclamó Bush. Esas
declaraciones, formuladas poco antes de la apertura del Consejo de
las Américas, fueron secundadas por las de sus más estrechos
colaboradores. El consejero presidencial en comercio exterior, Robert
Zoellick se ocupó de destacar cuánto creció el
empleo en los países del Nafta: 20 por ciento en México,
10 en Canadá y 7 en los EE.UU. |
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