ANTENA El juez Jorge Urso salió varias veces de su despacho para tomar aire durante la extensa indagatoria del ex interventor de Fabricaciones Militares Luis Sarlenga. En la primera oportunidad se cruzó con los funcionarios del FBI que salían de su encuentro con el juez Juan José Galeano, cuyo juzgado está enfrente del que ocupa Urso. Más tarde, en el pasillo del cuarto piso, lo encaró el Soldado Chamamé, que lo esperaba para interceder por la suerte de su amigo Emir Yoma, preso como organizador de la banda que vendió armas en forma ilegal. Cuando ya caía la tarde, optó por asomarse por la ventana. Su mirada divisó entonces una enorme antena parabólica instalada en el techo de la escuela que está ubicada al lado de los tribunales federales de Comodoro Py. Estaba orientada justo hacia su lugar de trabajo.
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