Por Raúl Kollmann
Aunque oficialmente se desmienta,
siete expertos del FBI norteamericano están en Buenos Aires, no
para concentrarse en desarrollar la pista internacional del atentado contra
la AMIA, sino en hacer un análisis de lo ocurrido para ver si se
encuentran nuevos elementos que puedan fortalecer las hipótesis
y las pruebas de cara al juicio oral. En el grupo hay expertos en explosivos,
analistas e investigadores de larga trayectoria que reiteran una anterior
visita, de 1998. En aquella oportunidad produjeron un informe en el que
con idioma cuidadoso señalaron gruesos vacíos
de la pesquisa y también cometieron errores elementales producto
del poco tiempo que dispusieron para analizar la causa.
No venimos a evaluar la causa ni a dar opiniones sobre la investigación
señaló ayer William Godoy, representante del FBI en
Buenos Aires. Nuestra idea es conocer más el expediente,
identificar temas y áreas en los que el FBI puede proveer asistencia
adicional.
Ayer, los expertos del FBI estuvieron reunidos durante dos horas con el
titular de la DAIA, José Hercman. Extrañamente, ningún
representante de la AMIA fue invitado. Antes, hubo encuentros con el juez
Juan José Galeano y con el jefe de la Policía Federal, comisario
Rubén Santos. El equipo, integrado por el supervisor Daniel Bingham
y los especialistas Robert Loosie, Steven Garrand, James Conway, Francisco
Oliva, Catherine Williamson y Phillip Bonderhorn, empezará su verdadera
labor el lunes en la Unidad Antiterrorista que encabeza el comisario Jorge
Palacios.
¿Es cierto que se van a concentrar en la pista internacional?
le preguntó Página/12 a uno de los responsables de
la pesquisa.
No.
¿La idea es utilizar cualquier aporte que hagan en el juicio
oral?
Si hacen aportes importantes, sí. La prueba igual ya está
recolectada y consta en el expediente.
Pese al escueto diálogo, la fuente reconoció que se están
buscando nuevos elementos de análisis y evaluaciones de las pruebas
para agregar argumentos en la acusación contra el principal imputado
en la causa, el armador de autos truchos Carlos Telleldín, y los
policías bonaerenses que según Telleldín
se llevaron la camioneta Trafic que estalló después en la
AMIA.
La anterior visita fue producto de una promesa que realizó el ex
presidente de Estados Unidos Bill Clinton y su esposa Hillary, cuando
visitaron la Argentina. Los Clinton se encontraron en un hotel de Retiro
con los dirigentes de la DAIA y la AMIA, así como con familiares
de las víctimas. En mayo de 1998, los expertos del FBI inspeccionaron
los restos del vehículo, analizaron las pericias y a lo largo de
casi 20 días leyeron lo que pudieron del expediente. Con esos elementos,
redactaron un informe de 22 páginas y algunos anexos. Cada página
llevaba el encabezamiento: Información Policial Sensitiva.
Entre lo que señalaron en aquel momento estuvo lo siguiente:
Hicieron hincapié en
la desprotección de las fronteras argentinas.
Ratificaron que el atentado
fue realizado con un coche-bomba.
Hubo un señalamiento
de la poca precisión de las pericias sobre el explosivo. No se
mostraron muy convencidos.
Cuestionaron siempre
en términos diplomáticos la increíble lentitud
en determinar si el motor estuvo o no en la explosión. Esos estudios
recién se terminaron a fines de 1998, cuatro años después
del atentado.
Le dieron importancia a un
dato recogido por los investigadores: los elásticos traseros de
la camioneta estaban reforzados, lo que indica que fue preparada para
llevar el peso de los explosivos. Este elemento, que va en contra de Carlos
Telleldín, será utilizado en el juicio oral
Cometieron un error al señalar
un pequeño lienzo, tal vez parte del pantalón del terrorista,
que debía ser peritado. Ese lienzo en verdad apareció en
el atentado contra la Embajada de Israel.
Insistieron en la necesidad
de profundizar la investigación sobre Alberto Kanoore Edul, un
comerciante de origen sirio que registra una misteriosa llamada a Carlos
Telleldín justo el día en que supuestamente se entregó
la Trafic a los policías.
Pidieron que se investigara
más a Alejandro Monjo, un poderoso empresario relacionado con la
Policía Federal y con la compra de autos que después se
armaron con partes robadas.
Propusieron un amplio estudio
de huellas digitales en la documentación que se usó para
la compra y la venta de la camioneta.
Cuando el lunes se pongan a trabajar, los hombres del FBI seguramente
analizarán lo realizado en los últimos dos años de
la investigación que encabeza el juez Galeano. Es obvio que no
se pueden esperar milagros, pero lo cierto es que cualquier elemento que
acerquen será más que bienvenido por los investigadores
argentinos. Hay que pensar que hasta el momento no se saben las cosas
más elementales del atentado: dónde se armó la camioneta,
de dónde salieron los elementos claves para preparar el explosivo,
cuál fue el recorrido de la camioneta, si hubo conductor suicida
o no, qué grupo terrorista perpetró el atentado y por qué.
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