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“Un fuerte impulso a la transferencia policial”

Raúl Fernández jura hoy como jefe de Gabinete del gobierno porteño. Como meta, plantea “dinamizar la gestión para obtener resultados más rápidamente”. Habla de dar respuesta a los reclamos de seguridad y rechaza hacer una lectura “centralmente política” de los cambios en el gabinete.
Raúl Fernández será desde hoy el jefe de Gabinete del gobierno de Aníbal Ibarra.
“Hay que delinear con fuerza una reforma hacia adentro de la estructura burocrática.”


Por Santiago Rodríguez

Cuando Aníbal Ibarra ingresó en 1991 al viejo Concejo Deliberante, uno de los dirigentes que cualquiera podía encontrar trabajando en su despacho era Raúl Fernández. Después de acompañarlo a lo largo de toda su carrera política y de haberse desempeñado como secretario de Gobierno en los primeros meses de su gestión, Fernández jurará hoy como jefe de Gabinete del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y quedará a cargo de la coordinación de las “políticas estratégicas” de la administración porteña. “El objetivo es impulsar y dinamizar la gestión de forma de obtener resultados más rápidamente”, explicó Fernández a Página/12.
–¿Cuál será su función a partir de los cambios de gabinete que realizó Ibarra?
–El planteo que intenta hacer el jefe de gobierno es estructurar, a partir de lo que se vizualizó en estos meses de gestión, un lugar de coordinación del gabinete en función de que muchas de las políticas estratégicas y centrales que estamos planteando tienen un nivel de entrecruzamiento entre las distintas áreas. Esas acciones de coordinación le llevaban una cantidad de tiempo y esfuerzo al jefe de gobierno y nos parece mucho más razonable que él pueda dedicarse en este período a seguir pensando políticas estratégicas; que haya un lugar como la jefatura de gabinete para impulsar y dinamizar de forma de obtener resultados más rápidamente. Seguiremos trabajando con los mismos lineamientos en el tema de seguridad, en el que a partir de las reuniones que fueron surgiendo con el Gobierno nacional y con la comisión bicameral de la ley Cafiero estamos en condiciones de dar un impulso muy fuerte a la transferencia de la policía y así dar respuesta a los legítimos reclamos de los vecinos en el tema de seguridad; también en fortalecer las áreas que implementan las políticas sociales y avanzar en una estructuración más eficiente de ese gasto; en seguir impulsando las obras de infraestructura; y en darle más vigor al desarrollo del sur.
–Usted tendrá también a su cargo la reforma política y la reforma de la administración porteña. ¿Cuáles son los ejes de esas iniciativas?
–En el tema de reforma política estamos bastante avanzados en la elaboración de una nueva ley electoral, que iría complementada con dos normas más que el distrito no tiene: el código electoral y la ley de partidos políticos. La reforma administrativa estará vinculada a dos aspectos centrales que son preocupación fundamental del gobierno: estructurar un mejor grado de eficiencia del gasto social, porque los recursos que la ciudad destina a estas políticas son importantes pero tal vez no llegan de la mejor manera a la gente a raíz de la superposición de programas; y delinear con fuerza una reforma hacia adentro de la estructura burocrática de la ciudad.
–Usted pone énfasis en la gestión, pero también es posible hacer lecturas políticas de los cambios.
–En el gabinete no se han producido grandes modificaciones; sacando la nueva función que pasaría a ocupar yo, hay un recambio en el área de Salud. La llegada al gabinete de Aldo Neri, que es uno de los dos sanitaristas reconocidos que hay en el país, va a ayudar a hacer más eficiente el gasto de las áreas sociales.
–También es un alfonsinista que viene a reemplazar a Marcos Buchbinder, identificado con el delarruismo.
–No sé si caracterizar a Buchbinder como un delarruista. Sí queda claro que Neri ha trabajado y sigue trabajando muy estrechamente con (Raúl) Alfonsín.
–Los pilares de Buchbinder eran la vicejefa de gobierno, Cecilia Felgueras, por un lado, y el ministro de Salud de la Nación, Héctor Lombardo, por otro.
–Bueno, sí, supongo que sí. Igualmente los cambios los vemos más en relación con la gestión. –El otro sanitarista reconocido al mismo nivel que Neri es el peronista Ginés González García, de quien en algún momento se habló para reemplazar a Buchbinder. ¿Por qué se optó finalmente por el radical?
–Lo de Ginés puede haber sido la idea de algún integrante del equipo de gobierno, pero nunca pasó por la cabeza de Ibarra su designación.
–¿Cómo queda políticamente Felgueras después de estos cambios que dejan fuera del gobierno a varios funcionarios que ella había propuesto?
–La vicejefatura seguirá teniendo el rol que tuvo hasta ahora. No hacemos una lectura centralmente política de estos cambios.
–Desde la jefatura de gabinete tendrá también las riendas en materia política. ¿Qué opina, por ejemplo, del alejamiento de Carlos “Chacho” Alvarez de la actividad partidaria?
–Entiendo que va a seguir haciendo política, pero el Frepaso debe priorizar en esta etapa dos ejes centrales: su acción en la gestión, tanto en la ciudad, en Rosario o en Desarrollo Social con Juan Pablo Cafiero, y generar una nueva orgánica que defina las políticas de la fuerza.

 

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