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PROPUESTA CONJUNTA DE BULLRICH Y LOS GREMIOS
Solución por carta a Madrid

La jornada de ayer comenzó con la suspensión de vuelos de Austral y culminó con una reunión de tres horas en Trabajo donde empezó a delinearse una salida que se llevará a España.

El personal aeronáutico mantuvo
ayer el “campamento” en el hall
del Aeroparque Jorge Newbery.

Tras una jornada en la que se sumaron nuevas complicaciones al conflicto entre Aerolíneas Argentinas y sus trabajadores, los gremios del personal, con excepción de los técnicos, comenzaron a elaborar junto al Ministerio de Trabajo una propuesta que elevarían directamente a las autoridades de la empresa y al gobierno de España. El presidente de la Nación, Fernando de la Rúa, advirtió que “es imposible que el Estado vuelva a hacerse cargo” de la empresa aérea, en tanto que el ministro de Economía, Domingo Cavallo, señaló que el Gobierno “va a ayudar a que las empresas argentinas que quieran asociarse puedan hacerlo” y refirió como escenario más probable para el futuro una nueva empresa, con nuevos dueños y con todo su personal en funciones.
Cinco de los gremios que representan al personal de Aerolíneas mantuvieron una reunión de más de tres horas con la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, y su segundo, Anselmo Rivas, durante la cual se delineó una propuesta que posiblemente entreguen la semana próxima en Madrid a las autoridades de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. La SEPI, organismo estatal español, es la accionista principal de Aerolíneas y su Plan Director, que contempla 1300 despidos y cambios en las condiciones de trabajo de sus empleados, fue el que disparó el conflicto que ya entró en su tercer semana.
La crisis de Aerolíneas tendió a agravarse ayer por la mañana cuando la empresa anunció la suspensión de parte de sus vuelos de cabotaje, particularmente los que conforman el diagrama de Austral Líneas Aéreas, aduciendo que parte de sus pilotos habían señalado que no estaban en “condiciones psicofísicas” para volar debido al prolongado conflicto sindical. Sin embargo, la decisión de la empresa parecía estar más ligada a las manifestaciones dispuestas por el personal de tierra (agrupado en APA) en el Aeroparque Jorge Newbery. Por dicha resolución empresaria, se suspendían aproximadamente 20 vuelos al interior, y los pasajeros iban a ser transferidos a vuelos de Aerolíneas o a otras compañías. Sin embargo, pocas horas después la empresa dio marcha atrás en esa decisión, que la hubiera colocado –una vez más– al borde de la desobediencia de la conciliación obligatoria dictada la semana pasada por el Ministerio de Trabajo, que vence el miércoles 16. A partir de media mañana de ayer, comenzó a normalizarse la salida de los vuelos programados.
Mientras tanto, los trabajadores siguen sin cobrar sus sueldos de abril. Tras la reunión de ayer con Bullrich hasta primera hora de la noche, los gremios decidieron sin embargo no aplicar, por el momento, ninguna medida de fuerza. Pero Ariel Basteiro, secretario general de la Asociación del Personal Aeronáutico, anticipó que “si no hay respuesta al pago de sueldos, creo que a partir del lunes la cuestión se intensificará y las medidas pasarán a ser de acción directa”, aludiendo a un probable paro.
El propio Basteiro informó, al término de la reunión en Trabajo, que “se está analizando la posibilidad de construir una propuesta que sea discutida al más alto nivel en España”. La reunión pasó a cuarto intermedio hasta el lunes, cuando se prevé terminar de cerrar la propuesta. “El Ministerio está tratando de actuar como una bisagra en el conflicto que mantenemos los trabajadores con la empresa”, informó el titular de APA. Por su parte, voceros de la cartera de Trabajo confirmaron que durante el encuentro se trató de concertar una propuesta global, dejando bajo un paraguas los conflictos puntuales como el atraso en el pago de salarios. Sin embargo, se dejó trascender que el lunes podrían liquidarse los haberes del mes pasado. Los gremios han suspendido el diálogo directo con la SEPI hasta que se paguen los sueldos.
De la Rúa admitió que la de Aerolíneas había sido “una privatización mal hecha” y que, como consecuencia, la firma “quedó con poco patrimonio”. “Me preocupa la situación de los trabajadores y que Argentina mantenga su línea de bandera”, apuntó, pero le negó toda chance a la renacionalización de la empresa. Cavallo ratificó esa posición oficial durante la conferencia de prensa que ofreció anoche, aunque abrió una puerta a un cambio de propietario con respaldo del Gobierno. Subrayó que “nosotros (por el Ministerio de Economía) haremos todo lo que esté a nuestro alcance para llegar a una buena solución”. Cavallo agregó que el Gobierno “va a ayudar a que las empresas argentinas que quieran asociarse, puedan hacerlo”, lo que fue interpretado como una luz verde al ingreso de Eduardo Eurnekian, concesionario de los aeropuertos nacionales, como nuevo accionista mayoritario de la ex línea de bandera.

 

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