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Intendentes progresistas del Cono
Sur acuerdan acciones comunes

Los gobernantes de Buenos Aires, Rosario, San Pablo, Porto Alegre, Belo Horizonte y Montevideo criticaron las políticas neoliberales y discutieron estrategias para enfrentarlas.

Marta Suplicy, Hermes Binner, Aníbal Ibarra y la vicejefa de Gobierno, Cecilia Felgueras.

Los intendentes de las ciudades de Buenos Aires, Rosario, San Pablo, Belo Horizonte, Porto Alegre y Montevideo, enrolados en el Frepaso, el Partido de los Trabajadores y el Frente Amplio, de Argentina, Brasil y Uruguay, respectivamente, finalizaron ayer sus deliberaciones con una declaración donde advierten sobre una realidad de “más pobres, mayor desigualdad y mayor concentración del ingreso” y llaman a revertir esta tendencia por medio de nuevas políticas de transformación social y económica.
La “Primera Cumbre de Alcaldes de Grandes Ciudades del Cono Sur” comenzó el jueves a la noche y reunió durante todo el viernes al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra; los intendentes de Rosario, Hermes Binner, y de Montevideo, Mariano Arana; los prefeitos municipales de San Pablo, Marta Suplicy, y de Porto Alegre, Tarso Genro, y el vice prefeito de Belo Horizonte, Fernando Damata Pimentel.
Los funcionarios, que gobiernan en conjunto a una población de casi 20 millones de personas, deliberaron el viernes en el Salón Blanco del Palacio de Gobierno de Buenos Aires y por la tarde ofrecieron una conferencia de prensa en la que presentaron el documento al que titularon “Diálogo por la Inclusión Social”.
“Nos encontramos en un escenario marcado por la incertidumbre surgida de los fracasos de las políticas neoliberales –comienzan–, que caracterizaron la realidad latinoamericana durante las últimas décadas”. Los intendentes señalan que las consecuencias sociales más graves de estas políticas se verifican en las grandes ciudades. Pero advierten que las ciudades se encuentran en una encrucijada: “Por un lado padecen el impacto de la globalización, por otro lado carecen de los instrumentos macroeconómicos que posibiliten revertir los efectos negativos del proceso y dar las respuestas sociales”.
Los intendentes reclamaron la puesta en funcionamiento de la Reunión de Municipios e Intendencias del Mercosur, bajo la órbita del Grupo Mercado Común y propusieron que “el encuentro de autoridades locales por la inclusión social, en el marco del Foro Social Mundial de Porto Alegre se constituya en un ámbito de debate sobre el nuevo rol de los gobiernos locales en el contexto mundial”. Al mismo tiempo se comprometieron a desarrollar “bajo nuestra comunidad de intereses políticos, acciones concretas que mejoren nuestras gestiones a fin de alcanzar sociedades más justas y participativas”.
Al presentar el documento, Ibarra señaló que “a pesar de las dificultades entendemos a las ciudades como un lugar de oportunidades y acordamos unir la acción de nuestros gobiernos para lograr mejorar la calidad de vida de la gente”, e insistió en la responsabilidad de los políticos para achicar la brecha social que profundizó el neoliberalismo.
Por su parte, Marta Suplicy describió a la situación de Brasil como “desbalanceada” y habló de la necesidad de establecer “pasos concretos para un cambio profundo en las orientaciones económicas dominantes”. Tarso Genro, de Porto Alegre, destacó la importancia de la interacción de las “mercociudades no comprometidas con el neoliberalismo como una resistencia de una economía fuerte que no quiere terminar siendo un negocio controlado por los Estados Unidos”.

 


 

MANTIENEN EL CORTE DE LA RUTA 3 EN LA MATANZA
Un conflicto en la banquina

Los días pasan, las soluciones no aparecen y La Matanza vuelve a convertirse en una olla a presión. “Parece que (Patricia) Bullrich quiere apelar a la táctica de los nazis en el ghetto de Varsovia: hambre, frío y después represión,” afirmó Luis D’Elía, presidente de la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) y uno de los líderes de los piqueteros que mantienen cortada la ruta 3, a la altura del kilómetro 22. Es que ayer por la mañana dialogaron telefónicamente la ministra de Trabajo y D’Elía, sin llegar a ningún acuerdo y, según el concejal matancero, “en un momento, Bullrich me dijo: ‘Por mí, se pueden morir en la ruta’”. Con las negociaciones cortadas, los piqueteros convocaron para hoy a los demás líderes de grupos de desocupados para definir el rumbo de un conflicto que crece sin pausa.
El 4 de noviembre pasado, los desempleados de La Matanza, el Gobierno nacional y el bonaerense firmaron un acta de acuerdo por el cual los manifestantes levantaban el corte que estaban realizando a cambio de una serie de beneficios; el Poder Ejecutivo Nacional se comprometía a mantener 8 mil planes Trabajar hasta diciembre de este año, a aportar dos millones de pesos en remedios y herramientas, a asfaltar 80 cuadras y a arreglar 30 escuelas.
Pero sólo aparecieron 28 mil en medicamentos “sobrefacturados y vencidos”, según denunciaron los piqueteros, y, para coronar la situación, empezaron los problemas con los planes Trabajar. “Nos cancelaron 4600 planes”, señaló D’Elía, aunque desde Trabajo aseguraron que los que dejaron de cobrar el beneficio “fueron quienes no se reempadronaron”.
El jueves hubo intentos de acercamiento entre las partes, pero Bullrich exigía el levantamiento total del corte para sentarse a dialogar, mientras que los manifestantes accedían a despejar la ruta pero quedándose sobre la banquina. Para complicar el panorama, el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, criticó el corte y aseguró que D’Elía y Juan Carlos Alderete, otro de los líderes de la protesta, “responden a la línea política del padre Luis Farinello.”

 

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