El llamado síndrome
de clase turista es un fantasma que viaja en avión. No ocupa
asiento ni paga boleto, pero esta allí, al acecho. Según
un estudio publicado por la prestigiosa revista científica británica
The Lancet, podría afectar a uno de cada diez pasajeros de vuelos
de larga duración, lo que representa un riesgo de un 40 por ciento
más de lo que se pensaba hasta ahora. Las causas de esta afección
son, simplemente, la falta de espacio entre los asientos de los aviones
y la inactividad durante un tiempo prolongado. Sus consecuencias pueden
ir desde la formación de un pequeño e imperceptible coágulo
en alguna vena de las piernas, hasta una embolia pulmonar que puede provocar
la muerte, como le sucedió a una mujer inglesa de sólo 28
años.
Las trombosis venosas asociadas a este síndrome pueden ser más
frecuentes de lo que se creía hasta ahora. Un grupo de científicos
británicos, después de examinar las piernas de 200 personas
que viajaron trayectos promedio de ocho horas, determinaron que uno de
cada diez pasajeros resultó afectado por esos vuelos, lo que significa
un 40 por ciento más que lo que se pensaba hasta ahora. El trabajo
publicado en The Lancet recomienda usar medias elásticas de venta
en farmacias para evitar los problemas circulatorios asociados a la inmovilidad.
Si bien ninguno de los 200 pasajeros estudiados por el equipo de John
Scurr, coordinador del trabajo, llegó a padecer una trombosis,
la mitad de ellos presentaba los primeros síntomas de un problema
de circulación de esta clase. Tenían en sus venas
la semilla de lo que podría haberse convertido en un coágulo
capaz de llegar hasta el pulmón, el corazón e incluso el
cerebro, explicó el científico, que trabaja en el
Royal Free and University College Medical School de Londres. Para poder
comparar los efectos del vuelo, la mitad de los viajeros no llevaba puestas
las medias elásticas hasta la rodilla recomendados por Scurr para
facilitar la circulación sanguínea. Doce presentaron problemas
leves a su regreso. El resto sí se las puso y, en opinión
del científico, ello contribuyó a que efectuaran el viaje
sin novedad.
Para algunos colegas del experto británico, su conclusión
resulta apresurada. Jack Hirsh, de la universidad canadiense de McMaster,
en Ontario, considera, en el mismo número de la revista, prematuro
exigirle a las compañías aéreas un cambio en la distribución
de sus asientos para ganar espacio, sólo por un nuevo estudio
cuando hace falta seguir investigando.
Para su análisis, el equipo británico reclutó a dos
centenares de viajeros a partir de los 50 años que partieron del
aeropuerto de Heathrow en vuelos intercontinentales no inferiores a las
ocho horas. Examinados a la salida, la mitad recibió las medias
elásticas. El resto voló sin ellas. A los dos días
de su regreso, sus piernas y el estado general de su circulación
sanguínea fue evaluado con ultrasonidos. Cinco hombres y siete
mujeres de los que no llevaron medias presentaban pequeños coágulos
en sus extremidades inferiores que desaparecieron por sí solos
sin causar problemas. Lo que está claro es que el síndrome
de la clase turista no puede asociarse sólo a los vuelos
largos. Cualquier viaje en tren o en auto donde sea imposible moverse
o levantarse durante largo tiempo puede provocar el mismo tipo de trombosis,
ha dicho John Scurr.
El síndrome ya afectó a miles de viajeros y el caso más
grave conocido fue la muerte el año pasado de Emma Christofersson,
una vendedora británica que tuvo un coágulo sanguíneo
luego de viajar durante 20 horas.
No es sólo
en el avión
Es muy difícil precisar la cantidad de casos que
se han dado en la Argentina de síndrome de turista, porque
no hay realizadas estadísticas serias, comentó
a Página/12 Oscar Hugo Bottini, médico a cargo del
servicio de Flebología y Linfología del Hospital de
Clínicas. Además, el especialista se preocupó
en aclarar que esta dolencia no se produce únicamente en
las personas que viajan en avión sino que también
puede afectar a todos los que, por su trabajo o por alguna
imposibilidad, permanecen mucho tiempo sin mover las piernas, ya
sea sentados, parados o acostados.
Si bien es una afección con la que hay que estar alerta,
no es complicada de prevenir. Bottini dio una serie de recomendaciones:
El uso de una media elástica medicinal de compresión
graduada es importante, porque ejerce una presión mayor en
el tobillo que en la pierna, y eso facilita el bombeo de sangre
hacia el corazón. Sin embargo, este tipo de medias
que cuestan alrededor de 40 pesos no es lo único:
Es importante también el movimiento del pie. Si la
persona está sentada durante mucho tiempo, es recomendable
que haga taco y punta; si está parada, lo ideal es ponerse
en puntas de pie y bajar repetidas veces, aconsejó
el médico.
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UN
IMPLANTE DENTAL COMPLETO DE USO INMEDIATO
Salir del quirófano y comer
Por Pedro Lipcovich
Doctor, no le diga a mi
marido qué operación me va a hacer, porque él no
sabe que hace 20 años tengo dentadura postiza. Página/12
se asomó al mundo tragicómico de los desdentados totales,
precisamente cuando llega al país una técnica que les permite
dejar de serlo: ayer, por primera vez en una institución pública
argentina, se efectuó una intervención de implante completo
de mandíbula inferior, que repone la totalidad de la dentadura
y permite su uso inmediato. La operación se efectuó en el
Hospital de Vicente López a una mujer de 60 años. En Suecia
de donde procede el método, la seguridad social cubre
íntegramente estas operaciones, ya que la carencia de piezas dentarias
se considera una discapacidad.
Los implantes dentales de piezas aisladas requieren una espera de tres
a seis meses durante los cuales permanecen inactivos, bajo la encía,
mientras el hueso se consolida a su alrededor. Paradójicamente,
el hecho de que al paciente le falten todos las piezas, y no sólo
algunas, es lo que le permite empezar a usar de inmediato su nueva dentadura.
La operación, que dura siete horas, utiliza tres tornillos especiales
de titanio insertados en el hueso de la mandíbula: a éstos
se les fija una plataforma, invisible desde fuera de la boca, y sobre
ésta los dientes.
El trípode de implantes y la plataforma forman una estructura fija,
a condición de que, mediante una matricería especial, se
hayan instalado en la posición exacta. La intervención es
indolora, mediante anestesia de uso común en odontología,
y el resultado es una dentadura fija y definitiva. Por ahora, la técnica
sólo es aplicable a la dentadura inferior; se estudia su uso para
la superior y, en determinados casos, para personas a quienes falten sólo
algunas piezas.
El método se ensayó durante siete años en el Instituto
Branemark, de la Universidad de Göteborg, Suecia (donde, hace 35
años, se introdujeron los primeros implantes dentales), que lo
puso a punto en julio del año pasado.
La intervención de ayer, en el Hospital Bernardo Houssay de Vicente
López, se trasmitió por circuito cerrado a un público
de odontólogos y duró siete horas. La paciente, de 60 años,
se había decidido a instancias de su hija: La veíamos
a mamá muy deprimida desde que había perdido sus dientes.
José Heriberto Rodríguez profesor en la New York University
y en la Facultad de Odontología de la UBA, quien dirigió
el equipo profesional, comentó que las personas que perdieron
sus dientes suelen sentir una particular vergüenza, incluso ante
sus familiares cercanos. Una paciente que iba a hacerse un implante masivo
me pedía: Por favor, no le diga a mi esposo. El cree que
me voy a sacar unas muelas, él no sabe que hace veinte años
tengo dentadura postiza completa.... El esposo sí que sabía,
pero hacía como que no.
En Suecia la falta de todas las piezas dentarias de abajo se considera
una discapacidad y la seguridad social cubre íntegramente estos
implantes totales, ya que las prótesis movibles inferiores
causan ulceraciones y no se fijan bien porque los músculos de la
lengua las levantan, señaló Rodríguez. Según
él, es factible hacer habitualmente estas operaciones en
hospitales públicos, con auditorías para verificar que el
paciente lo necesite por razones funcionales. Arturo Frola, jefe
de asesores de salud de la Municipalidad de Vicente López, señaló
que estas intervenciones forman parte de la reconversión
de los hospitales a las actuales tecnologías.
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