Por Soledad Gallego-Díaz
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Confusión es, probablemente,
la palabra que mejor define la campaña electoral vasca que terminó
ayer. En primer lugar, porque una lectura atenta de la totalidad de los
sondeos publicados demuestra que las estimaciones electorales para el
día 13 se han realizado teniendo casi más en cuenta los
resultados y los sondeos anteriores que los datos obtenidos en estos días.
Los técnicos afirman que la ocultación de voto ha sido tan
grande, e incluso ha habido un rechazo tan enorme a la hora de lograr
la muestra estadística necesaria, que nadie confía en conocer
siquiera las tendencias reales de voto. La inquietud está todavía
más justificada si se tiene en cuenta que en el País Vasco
algunos escaños se suelen adjudicar por diferencias de menos de
100 votos y que lo único seguro es que va a haber una participación
extraordinaria. En este contexto, la organización separatista vasca
ETA volvió a decir presente: hizo explotar un coche bomba frente
a una sucursal del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) en Madrid. Hubo
siete heridos, pero ninguno corre peligro.
Pudo haber sido una auténtica masacre, dijo ayer el
ministro del Interior, Mariano Rajoy. Es que la explosión fue en
el barrio Salamanca, cerca de la Plaza de Colón, una zona llena
de bares y en el momento de la explosión (casi medianoche) muy
concurrida. La bomba estaba alojada en un Renault Clio con matrícula
falsa y fue un llamado de alguien, en nombre de ETA, quien avisó
que iba a explotar. El domingo pasado, ETA asesinó de varios tiros
al presidente del oficialista Partido Popular (PP) en Aragón, Manuel
Giménez Abad.
En el País Vasco, las elecciones del día 13 son percibidas
por los electores como unos comicios especialmente importantes, pero la
verdad es que no se puede decir lo mismo de la campaña de 15 días
que las ha precedido. Es posible que lo único realmente importante
para lo que hayan servido haya sido para convencer al máximo número
posible de electores de que debía acudir a las urnas para expresar,
sin temor y con garantías, su opinión sobre el rumbo político
que debe seguir el País Vasco en el futuro y sobre lo que ha venido
ocurriendo en los últimos tiempos.
Los intentos de movilización han corrido básicamente por
cuenta del PP y del PSE y, también, de la plataforma cívica
anti-ETA ¡Basta Ya!, que el jueves mismo pidió
a los ayuntamientos que leyeran un manifiesto animando a la participación:
Ahora no se trata sólo de cambiar o confirmar a nuestros
representantes, ni de promocionar a este o aquel partido político,
sino de establecer firmemente las instituciones democráticas capaces
de erradicar la brutalidad criminal.
La campaña del PP y de su candidato, Jaime Mayor Oreja, se ha basado
en una imagen de firmeza en defensa del Estatuto y de las instituciones.
Nicolás Redondo, y los dirigentes socialistas llegados de Madrid,
han intentado, por su parte, combinar esa misma línea de defensa
democrática con una imagen de intermediación y mano tendida
al nacionalismo moderado.
El principal objetivo del PSE no ha sido, sin embargo, explicar su línea
política, bastante conocida en el País Vasco, sino lograr
la movilización de los electores socialistas que hasta ahora se
han mostrado mucho más interesados en la oposición derecha-izquierda
que en la confrontación nacionalismo-no nacionalismo. Del éxito
de esta operación puede depender un puñado pequeño,
pero casi decisivo, de escaños. Por eso, los últimos esfuerzos
se realizan en Vizcaya, en las áreas de socialismo más antiguo
y tradicional.
La campaña del PNV (Partido Nacionalista Vasco), por su parte,
arrancó aprovechando la extraordinaria irritación que provocó
en muchos ciudadanos la zafia parcialidad de los medios de comunicación
controlados por el gobierno de Aznar y los intentos de equiparar nacionalismo
vasco y terrorismo. Los sucesivos mensajes del candidato Juan José
Ibarretxe y delpresidente del partido, Xabier Arzalluz, sobre la posibilidad
de aceptar o no los votos de EH (Euskal Herritarrok, brazo político
de ETA) en una eventual sesión de investidura, distrajeron sin
embargo durante algunos días ese foco e introdujeron confusión
(intencionada o no) en el mensaje nacionalista.
La coalición del PNV con EA (Eusko Alkartasuna, partido escindido
del anterior) ha hecho que en esta campaña la formación
de Garaicoetxea haya prácticamente desaparecido, lo que es un espejismo,
porque volverá a reaparecer el 13, a la noche, cuando haya que
comprobar qué partido ha obtenido individualmente más escaños
y el PNV se vea obligado a descontar los que proceden de su aliado. Los
escaños de Eusko Alkartasuna volverán también a adquirir
importancia si el PNV intenta negociar con los socialistas, una opción
a la que EA se opone radicalmente.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
JON
URIARTE, VASCO ARGENTINO
Quieren acabar con la etnia vasca
Página/12 dialogó
con un representante de la comunidad vasca en Argentina. Se trata del
presidente del Centro Vasco Laurak Bat, Jon Uriarte, vasco de nacimiento,
quien adhiere a la línea ideológica independentista del
partido que detenta el poder en el País Vasco, el Partido Nacionalista
Vasco (PNV). El PNV llegó al poder con el apoyo del brazo político
de la ETA y hoy es minoría electoral en el parlamento.
¿Cómo vive las elecciones en plena campaña
de la ETA?
Estamos muy preocupados los vascos de aquí, Argentina, sentimos
que hay una campaña desde el gobierno central de Madrid muy tensa
y fuerte tendiente a acabar con el pueblo vasco como minoría étnica.
Existe un ataque a la cultura vasca, a la educación en lengua euskera
que genera vascos y a los medios de comunicación vascos:
el 95 por ciento son de ámbito estatal, españoles, mientras
los vascos tenemos un canal de TV y una radio. El gobierno de Aznar quiere
hacer desaparecer nuestra prensa porque se opone a su pensamiento único.
Solo si logran eliminarlos hablarán de libertad de prensa: porque
la prensa será toda española. Un tercer ataque es al entramado
industrial vasco, éste es un capitalismo vasco popular que hemos
logrado durante 20 años y que es modelo en el mundo. Faltaría
que atacaran a los apellidos vascos que forman identidad, a semejanza
de como hizo Franco al prohibir los nombres vascos. Sentimos que hay un
genocidio cultural de un pequeñito pueblo de dos millones de habitantes
que quiere seguir estando y siendo, que no está dispuesto a entregar
su cultura frente a otra.
¿Qué opina de la gestión de Ibarretxe, de los
reclamos de que no ha podido combatir la violencia de la ETA?
El programa del Partido Nacionalista Vasco tiene un manifiesto excelente
para combatir la violencia en Euskadi, para llevar a cabo sus medidas
jurídicas, pero nos encontramos con que en Madrid tenemos un gobierno
fascista; los franquistas del año 76 ahora tienen 55 años
y están en el poder; tienen el dinero y los mismos conceptos de
su dictador. Quieren hacer con el pueblo vasco lo que Franco intentó
y fracasó. Precisamente, el político de mayor imagen en
el País Vasco es Ibarretxe y el peor es Jaime Mayor Oreja; en España
se da el caso inverso. Mayor Oreja tiene esa hermosa imagen en España
y la ha ganado disimulando su fracaso como ministro del Interior; porque
ETA ataca en Sevilla, Zaragoza, Madrid, Barcelona, ciudades que son responsabilidad
de Mayor Oreja.
Los sondeos para las elecciones del domingo señalan una ventaja
de la coalición del Partido Popular (PP) y el Socialismo (PSE),
a raíz de los últimos episodios violentos, ¿qué
puede decir al respecto?
Primero que el PP y el PSE son el agua y el aceite, parece absurdo
que dos que fueron enemigos en la Guerra Civil ahora hagan alianza; segundo,
juntos no llegan a la mayoría del mismo modo que el PNV tampoco
lo hace por sí solo. Una vez más, volvemos a la situación
en que el Euskal Herritarrok, brazo político de la ETA, dictará
quién es el próximo lehendakari. Y seguro va a votar a Ibarretxe,
y EH se va a reír de nosotros por habernos visto forzados a anticipar
las elecciones.
¿Esto indica que el PNV necesariamente tiene que pactar con
el brazo político de la ETA?
En un momento se pactó en favor de la paz y volveremos a
pactar si es necesario, y consideramos fundamental poder dialogar; ninguna
fuerza del mundo se ha acabado por la represión solamente. Desde
luego, el PP no quiere dialogar y al que se rebela lo llaman traidor.
Creemos que la única solución es el diálogo. Nosotros,
los moderados, los del PNV, partido fundador, a nosotros no nos vengan
a hablar de democracia, que somos los que creamos el germen de la democracia
cristiana europea. En las últimas elecciones, el porcentaje de
votos de ETA fue del 17 por ciento. Y si nosotros algún día
en el pueblo vasco aplicáramos las leyes electorales de España,
las relaciones de fuerza serían diametralmente opuestas ,dentro
del País Vasco elige nuestro lehendakari un 11 por ciento de españoles,
pero ningún francés o italiano puede votar en España,
en cambio en el País Vasco sí, porque somos tierras conquistadas.
Entrevista: Mercedes López San Miguel
SANCHEZ
NAVEROS, DEL PPV LOCAL
No se puede
dialogar con asesinos
La ETA y el Partido Nacionalista
Vasco (PNV) se ilustran en una frase: unos sacuden el árbol y otros
recogen las nueces; nunca el PNV estuvo más allá de la ETA,
afirmó contundente el presidente del Partido Popular (PP) en Argentina,
José Manuel Sánchez Naveros en entrevista exclusiva con
Página/12 a horas de la definición de los comicios en el
País Vasco.
¿Cómo vive que por primera vez el Partido Popular
esté más cerca de ganar las elecciones en el País
Vasco?
Con la serenidad de saber que el domingo va a primar la cordura
en el País Vasco y vamos a volver a tener una democracia donde
se pueda tener tranquilidad y se respete la vida. Es indudable, como lo
dicen las encuestas, que Euskal Herritarrok va a apoyar en el pleno al
PNV, y la consecuencia va a ser que muchos de los indecisos opten por
votar por el Partido Socialista (PSOE) o el PP en favor de la paz en el
país.
¿Qué significó la ilegalización del
Haika a pedido del juez Garzón y el rechazo de la medida por parte
del PNV, que la ve como una treta política?
El juez Garzón ha descubierto una verdad que todos sabíamos:
lo que antes se llamó el Jarrai ahora se llama el Haika; es una
cantera de terroristas. No podemos continuar con el terrorismo de la ETA,
porque si ellos tienen sus razones, en una democracia las razones se defienden
con el diálogo, no matando.
¿Y el gobierno por qué no pide dialogar con la ETA?
El Partido Popular dice algo muy concreto, que no se puede dialogar
con asesinos. El gobierno de Aznar se está jugando una carta importantísima
con su ministro de Interior de candidato, el democrático Jaime
Mayor Oreja. Este es un mediador nato, pacífico, muy razonable.
Creo que si a él le fuera necesario el uso de la fuerza, la utilizaría
lo mínimo, en situaciones de defensa. Lo que no se puede concebir
más es la inseguridad total que se vive actualmente. Ya no es sólo
en el País Vasco, acabamos de ver lo que sucedió con Manuel
Abad el domingo pasado, un presidente del PP en Aragón que iba
con su hijo al fútbol y de repente en la calle lo matan...
Para los nacionalistas, el gobierno de Aznar intenta acabar con
la cultura vasca, con su prensa, su lengua e industria. ¿Qué
puede decir al respecto?
Habría que discriminar entre nacionalistas e independentistas.
Los buenos nacionalistas vascos entienden que el País Vasco forma
parte de España, donde por su sistema de autonomía goza
de una libertad fuera de serie, más que en ninguna otra autonomía
de Europa en su conjunto. El idioma vasco es indiscutiblemente español.
No estamos de acuerdo con el nacionalismo a ultranza como tampoco la modalidad
de Franco de acabar con la cultura vasca. Precisamente España consiste
en un mosaico de nacionalidades que permite que cada una tenga su forma
de ser. No es verdad que se limite la libertad de prensa, los vascos tienen
los medios en base a sus posibilidades. En cuanto a la industria, si te
fijas en el PBI del País Vasco y su enorme crecimiento eso te lleva
a darte cuenta que se le permite desarrollarse desde el gobierno.
Los nacionalistas dicen que el Partido Popular y el Partido Socialista,
proclives a aliarse en función de ganar mayoría, son como
mezclar el agua con el aceite.
Tenemos bases conceptuales distintas sin lugar a dudas, pero los
partidos trabajan en y para la democracia, sabemos unirnos en su defensa.
Hasta ahora todo indica que las fuerzas democráticas se van a unir,
pero no son el agua y el aceite, porque España está bien
con el aporte de ambas. Sabemos que hay muchos pueblos gobernados por
el PSOE y bien.
Parecería que el brazo político de la ETA, el Euskal
Herritarrok, apoyaría al PNV y así ganarían la reelección
de Juan José Ibarretxe, ¿qué puede decir?
Habría que ver si se obtendría la mayoría con
su apoyo. Yo los resumiría en una frase muy simple: que unos
sacuden el árbol y otros recogen las nueces, lo que demuestra
que nunca el PNV estuvo más allá de la ETA. La gestión
de Ibarretxe nos ha llevado a estos problemas, no ha cumplido el papel
de líder al que se votó.
Entrevista: M.L.S.M.
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