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El FBI en acción, y bajo el mando
del Superagente 86, salva a McVeigh

El descubrimiento de miles de páginas de investigaciones que no fueron presentadas en el juicio llevó ayer a postergar la ejecución de Timothy McVeigh. Es la última de una serie de torpezas del FBI.

George W. Bush explica en conferencia de prensa que la postergación es la decisión correcta.

Por Julian Borger *
Desde Washington

La ejecución de Timothy McVeigh fue postergada ayer por un mes, después de que el FBI encontrara miles de páginas de documentos sobre su investigación del atentado en el edificio del gobierno en la ciudad de Oklahoma en 1995 que los agentes federales no entregaron a los abogados defensores durante el juicio. Los abogados del gobierno dijeron que los documentos habían sido pasados por alto inadvertidamente y no dudaron sobre la culpa de McVeigh en el peor atentado terrorista en la historia de Estados Unidos, donde murieron 160 personas, incluyendo 19 niños, y 500 más resultaron heridas.
Pero el fiasco es una gran vergüenza para el FBI, que ha estado tratando de bajarle el tono a una serie de gaffes bien publicitadas. Al anunciar la postergación de la ejecución del 16 de mayo al 11 de junio, el secretario de Justicia norteamericano, John Ashcroft, dijo: “Nuestro sistema de justicia requiere imparcialidad básica, equidad y evaluación desapasionada de la evidencia y de los hechos... Es mi responsabilidad como fiscal general promover y proteger la integridad de nuestro sistema de justicia.”
Ayer McVeigh se reunió con sus abogados en la prisión federal en Terre Haute, Indiana, para discutir el tema. McVeigh ha admitido haber llevado a cabo el acto terrorista y renunció a su derecho a pedir una postergación a la ejecución. Su padre, Bill McVeigh, dice que está preparado para morir. Sin embargo, si sus abogados deciden desafiar el veredicto o la sentencia en base a los nuevos documentos, la ejecución podría postergarse nuevamente.
Los funcionarios del Departamento de Justicia dijeron que las 3.000 páginas de documentos del atentado en la ciudad de Oklahoma no se habían encontrado en las búsquedas de los archivos computarizados de la FBI antes del juicio, y sólo se encontraron durante una búsqueda manual en los archivos. Los funcionarios dijeron que los documentos incluían transcripciones de entrevistas y de notas tomadas por los agentes federales durante la investigación. La mayoría de ellos, dijeron, no eran directamente relevantes para el veredicto de culpablidad. Sin embargo, agregaron, algunos documentos tenían declaraciones de testigos sobre un segundo hombre no identificado que estaba con McVeigh el 9 de abril de 1995, el día del atentado.
Tanto McVeigh como los investigadores federales dijeron que el terrorista había actuado solo cuando dejó un camión alquilado atestado de explosivos frente al edificio federal Alfred P. Murrah en la ciudad de Oklahoma. El tardío descubrimiento de los documentos es la última de una serie de situaciones embarazosas para el saliente director de la FBI, Louis Freeh. Previamente en este año, se descubrió que un especialista del FBI en contraespionaje había estado vendiendo secretos a Moscú desde la década de 1980. El FBI ha ignorado repetidas advertencias de que uno de sus agentes era un topo, y cayó bajo el fuego por su vigoroso procesamiento de Wen Ho Lee, un científico sino-norteamericano de los laboratorios nucleares de Los Alamos que estaba acusado de vender armas nucleares secretas a los chinos. El caso del gobierno colapsó en el juzgado.

* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère

 


 

ISRAEL ENTRO EN GAZA PARA CASTIGAR UN ATAQUE
Nuevo atentado, décima intervención

Por Ferrán Sales
Desde Gaza

Soldados de infantería, tanques y excavadoras israelíes invadieron ayer nuevamente los territorios autónomos palestinos, en el término municipal del campo de refugiados de Deir Al Balah en la Franja de Gaza, en una operación de castigo que tuvo como objetivo destruir un cuartel de los servicios de seguridad de Yasser Arafat y unas viviendas cercanas. La operación mantuvo incomunicada durante ocho horas el sur de Gaza del resto de los territorios autónomos. Esta es la décima incursión de las tropas israelíes en la zona administrada por Arafat desde que el pasado 16 de abril Ariel Sharon ordenara por primera vez a sus tropas invadir territorio palestino.
La incursión se produjo al alba, pocos minutos después de que un comando guerrillero palestino a bordo de un vehículo lograra eludir todos los controles de seguridad israelí establecidos en una carretera y lanzara una granada contra un todo terreno del ejército provocando dos heridos graves, para después huir y lograr refugiarse en el interior de la zona autónoma. La operación fue reivindicada por un comando del Frente Democrático de Liberación de Palestina, bautizado con el nombre de Imam Hiju en recuerdo del bebé de 4 meses muerto el lunes por un obus israelí en el campo de refugiados de Jan Yunes. La incursión militar israelí se encontró sin embargo por primera vez con la resistencia de las fuerzas policiales de Arafat, que apostadas en el interior del cuartel y en las viviendas cercanas dispararon contra los soldados israelíes, tratando de impedir su avance y defender el puesto. Los enfrentamientos se prolongaron durante toda la mañana hasta que los tanques del ejército hebreo lograron desalojar a los palestinos y destruir todos los edificios. La batalla provocó el cierre durante cerca de ocho horas de la única carretera que une el norte con el sur de la Franja de Gaza. Al mismo tiempo, otras tropas israelíes disparaban contra la población civil al norte de la Franja de Gaza alcanzando a un muchacho de 16 años, Husan Tahfish, que murió de una bala en el pecho, cuando trataba de alcanzar a los soldados con una piedra.

 

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