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ENTREVISTA AL BAILARIN JOAQUIN CORTES
“Creo en el mestizaje”

El gitano presenta hoy en Buenos Aires �Live�, su nuevo espectáculo, en el que amplía aún
más las fuentes musicales y juega con la improvisación. �Tomé la idea de los
conciertos, sobre todo de jazz�, cuenta.

Idea: �Cuando uno hace algo revolucionario
se convierte en un personaje polémico.
El sector purista al principio protestó,
pero yo sigo haciendo lo mío�.

Por Silvina Szperling

“Quería crear un reto a mí mismo, salir solo a torear al público”, define Joaquín Cortés mientras ultima los detalles de su presentación de hoy en el Luna Park de su espectáculo Gitano Joaquín Cortés Live. El bailarín cordobés (de España), criticado durante años por los puristas debido al eclecticismo de su trabajo, no ve una contradicción importante en el hecho de que los nombres de sus espectáculos incorporen palabras en inglés: “No es para ser más internacional ni nada de eso. El nombre Soul lo utilicé para mi trabajo del ‘99 porque creo que todo el mundo sabe que quiere decir alma, entonces así no lo tienes que traducir todo el tiempo (Soul se presentó desde Londres hasta Beirut, pasando por Pekin y Hannover). Además, es un homenaje a ese movimiento cultural maravilloso de los ‘70. Con respecto a Live, tomé la idea de los conciertos, como cuando los músicos hacen un show en vivo, sobre todos los de jazz”.
Acompañado por 18 músicos que conforman un combo con voces femeninas y masculinas, guitarras, flauta, percusión, teclado y cuarteto de cuerdas, Cortés no sólo se involucra en el intercambio escénico que implica el sostener en forma solista la danza frente a semejante masa sonora: también aparece en los créditos de la composición musical, compartiendo la responsabilidad creativa con Jesús Bola, Diego Carrasco y Juan Parrilla. “Era como una asignatura pendiente que tenía. Siempre me fascinó la música, yo soy un músico frustrado. Me encantaría tener voz, que no tengo. Así que ahora decidí por lo menos compartir con todos estos impresionantes músicos este espectáculo”, aclara en la entrevista con Página/12.
–¿Cómo juega la variedad de fuentes musicales, gospel, canciones sefaradíes, música afrocubana y demás?
–Mi sello es la fusión. Yo creo en el mestizaje de culturas. Yo mezclo diferentes estilos de danza, clásico, contemporáneo, flamenco. Y lo mismo con la música, por supuesto con la base del flamenco, que es mi raíz. La música sefardí y la árabe tienen que ver con el momento en que nosotros los gitanos llegamos a España, cuando de la mezcla de lo gitano con lo andaluz nació el flamenco.
–¿Qué proporción del espectáculo está coreografiado y cuánto hay de improvisación?
–Hay mucha improvisación, hay momentos en que sinceramente yo no sé lo que hago, en temas como las bulerías, o las alegrías. Algunos días improviso demasiado y los músicos sufren, porque no saben cuándo voy a terminar. Otras veces les doy el pie y ellos improvisan a su aire y es maravilloso.
–¿Qué quiere decir con que no sabe lo que hace?
–Y... uno a veces se mete con las profundidades de tu ser, y no sabe lo que pasa, y luego te preguntan qué hiciste y uno no sabe. Me gustan mucho esos momentos.
–¿Cómo hace para sostener el hecho de estar solo como bailarín frente a un público tan numeroso?
–Es un poco duro porque es una hora y cuarenta y cinco minutos en que no paro de sudar la camiseta y el torso. Pero la idea es producir un diálogo entre el público y artistas. Un diálogo de sensaciones que, si se logra, entonces hace que pueda reciclar mi energía con lo que los otros me tiran. Además creo que Live es como un resumen de mis doce años de carrera como coreógrafo y veinte como bailarín.
Acusado algunas veces de hacer un producto for export, Cortés no se amilana a la hora de integrar lo propio con lo ajeno, como cuando se pasó una temporada en Nueva York en 1999. “Es una ciudad que prácticamente lo tiene todo, desde las tendencias más modernas a las más antiguas. Es una ciudad que te llena en muchos sentidos, quizás va demasiado rápido, pero puedes ver muchas cosas. Además de tomar clases y aprender métodos, me llené con imágenes de los musicales, colaboré con Debbie Allen, bailé enla ceremonia de los Oscar... hice unas cuantas cosas allí”, comenta. Cortés suma a su tarea de coreógrafo la de productor de espectáculos (Pura Pasión, para un teatro del Picadilly londinense) y actor de cine (La flor de mi secreto de Almodóvar, Flamenco de Saura y recientemente como protagonista de Gitano, de Manuel Palacios sobre texto de Arturo Pérez Reverte). “Por mi característica de inquieto, me gusta meterme en muchas cosas. El mundo de la producción, la publicidad, la moda, el cine, estoy metido en muchas historias. Si las puedo hacer, ¿por qué no hacerlas?” Así logró establecer alianzas notables, como la que tiene con “mi gran amigo y padrino Giorgio Armani” como vestuarista.
–¿Lo siguen criticando los tradicionalistas?
–Cuando uno hace algo revolucionario se convierte en un personaje polémico. El sector purista al principio protestó, pero el movimiento se demuestra andando y yo sigo haciendo lo mío. Todo es muy relativo, porque ahora se ve que espectáculos míos, muy criticados en su momento, sirven de modelo para lo que se está haciendo ahora en España. Si uno, como artista, aparece y a los seis meses desaparece, está claro que puede ser un bluff. Pero luego de doce años de permanencia y éxitos por todo el mundo, pues el sector purista no tiene más remedio que ceder a una realidad aplastante.

 

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