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EL CONFLICTO POR LA GENERALIZACION DEL IVA
La promesa de un salvavidas

Una reunión de empresarios de espectáculos con Cavallo y Lopérfido, que actuó de conciliador, parece haber dado resultados positivos.

Los músicos protestaron el
martes contra la decisión de Cavallo.
Lopérfido los reunió con el ministro y hubo un acuerdo inicial.

Cuarenta y ocho horas después de que los artistas y productores musicales hicieran pública su oposición a la reforma de la Ley de Impuestos, el gobierno nacional se comprometió a solucionar el conflicto tributario y a activar en las próximas semanas un plan de competividad del sector. “Fue bastante positiva”, dijo el director de DG Producciones, Fernando Moya, sobre la reunión que concretó un grupo de empresarios musicales con el secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido, y el ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo. La solución consiste en que, del 21 por ciento del IVA, el Gobierno autoriza la descarga de otros impuestos como los correspondientes a Sadaic, Adicapif y Argentores, y a otras cargas tributarias relacionadas con los servicios de iluminación, sonido y demás.
Lopérfido había asistido a la reunión que el lunes pasado mantuvieron los empresarios del espectáculo en el teatro Opera. Los productores le explicaron el estado crítico de las cosas en la organización de shows, y el funcionario prometió gestionar un encuentro con Cavallo. Basándose en el plan de auxilio que se había aplicado en el sector cinematográfico, el secretario de Cultura propuso la posibilidad de desgravar el grueso de los impuestos del monto correspondiente al IVA. Además, el Gobierno se comprometió a poner en marcha en las próximas semanas un plan de reactivación de un sector que parece languidecer año tras año. “Pasamos de una situación supuestamente desventajosa a una situación que mejora las condiciones previas al anuncio de la medida”, dijo anoche a Página/12 Lopérfido. Moya concedió que la situación “podría quedar mejor que antes, siempre y cuando se cumpla la promesa y se ponga en funcionamiento esa ley de competitividad”.
La ley –que debería estar definida a fin de mes– incluiría la unificación de los impuestos municipales (que encarecen los costos de los shows organizados en el Interior; para eso Lopérfido prometió una reunión de gobernadores), la búsqueda del aporte financiero de empresas y la posible supresión de las cargas patronales. Los productores, en tanto, se comprometieron a no subir el precio de las localidades y, en lo posible, considerar la posibilidad de una baja. “La baja de las entradas va a ser una consecuencia del nuevo sistema fiscal”, explicó Moya. “Cuando haya menos imposiciones y mayor posibilidad de desgravar impuestos, vamos a poder bajar el precio. A nadie le gusta cobrar de más. Nosotros tratamos de ajustar el precio a la situación del país, pero el asunto es que trabajamos con un margen muy pequeño, aun cuando agotamos localidades. Y si no llenamos, perdemos dinero. Así de simple.”
Así que más allá de la salida inmediata diseñada por la emergencia del fin de la exención del IVA, ahora la preocupación es la mejora de las condiciones del sector, incluyendo la reaparición de espectáculos en las provincias con menos actividad. “No nos interesaba que el sector se retrayera, o se quedara en el mismo nivel, sino que esté mejor de lo que estaba”, dice Lopérfido. “La idea es producir más espectáculos. No sólo por el derecho a la cultura: además consideramos que se trata de un área estratégica de producción en cuanto a generación de empleo, aumento del turismo y demás.” Así es que la reacción pública de los artistas y productores tuvo una respuesta inmediata aparentemente exitosa. Ahora sólo hay que esperar por la sanción de una ley que revierta el futuro de una industria que, en los últimos tiempos, sobrevive en crisis permanente.

 

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