Por A. Landaburu
y P. Gorospe *
Desde Bilbao
Jaime Mayor Oreja se ha comprometido
a que las víctimas del terrorismo entren en Ajuria Enea (sede
de la presidencia vasca) antes que él mismo. Y dice que se
sumaría ya a un diálogo para acabar con ETA,
pero considera una locura un diálogo para abrazar el pacto
PNV-ETA.
El domingo hubo otra víctima de ETA en plena campaña.
¿Cómo cree que afectará este hecho?
¿En qué afectó la tragedia de Fernando Buesa?
En que hay una viuda y unos hijos deshechos. ¿En qué afecta
la de Manuel Giménez? En que deja una familia deshecha. Todo lo
demás es secundario e imposible de evaluar.
Se comprometió a acabar con ETA. ¿Cómo?
Yo nunca he visto a un lehendakari (presidente de la Comunidad Autónoma
Vasca) que diga que su prioridad es acabar con ETA. Y ésa es su
obligación democrática. Yo sí creo que es posible
hacerlo desde el País Vasco, España y Europa.
Pero usted ha estado cinco años al frente del Ministerio
de Interior y no lo ha logrado.
Pero se ha avanzado muchísimo. Hay una movilización
social permanente pese al PNV y HB (Herri Batasuna, brazo político
de ETA). Y la Justicia está ahora en la vanguardia contra ETA.
Pero no lo ha logrado. ¿Eso no cuestiona la vía sólo
policial?
Hay un antes y un después en la colaboración internacional
a partir del asesinato de Miguel Angel Blanco. Desde esa época
se ha desarticulado en dos ocasiones al mal llamado aparato militar de
ETA. Quien diga que desde el gobierno de España no se ha dado un
impulso, y que ha acercado el final de la banda, miente.
No dice nada de la Ertzaintza (policía autónoma vasca)...
Es un cuerpo que ha estado dirigido políticamente en muchas
ocasiones, y eso les ha llevado a paréntesis y treguas en la actuación
contra la violencia callejera. A la policía no se le puede decir
que hay que negociar y dialogar con la banda.
¿Cómo sería la Ertzaintza de Mayor Oreja?
Será una llave para luchar contra ETA, un instrumento para
defender la libertad y luchar contra ETA con toda intensidad.
Más policía contra ETA...
Pero una policía sin interferencias políticas.
¿No le preocupa que todo esto sea interpretado como la antesala
de un Estado cuasi policial?
Lo que me preocupa es que no haya más víctimas, no
que haya más policías. Me preocupa el déficit de
seguridad, el déficit de combatir a ETA, y me preocupa que todo
eso esté condicionado por la conveniencia política del PNV.
¿Cree que HB debería ser ilegalizada?
No tengo nada que decir. Las decisiones de los jueces y salas de
la Audiencia Nacional no han recibido ni una palabra mía.
¿Estaría dispuesto a gobernar en minoría?
Por ahora me ocupo sólo hasta mañana, y para que este
país sea normal necesita un relevo. Pero creo que la mayoría
social va a tener mayoría absoluta.
¿Y si no es así?
Esperemos a mañana.
¿Tienen ya cerrado un pacto con los socialistas?
No. Hablamos con ellos.
¿No ve conveniente un gobierno de unidad con el PNV y los
socialistas?
¿Y si tenemos mayoría absoluta PP y PSE (Partido socialista
de Euskadi), para qué vamos a trabajar ese escenario? Además,
no se favorece el cambio del PNV con un acuerdo en la superficie.
¿No cree en la rectificación del PNV?
No, porque el PNV decidió saltar hacia el independentismo
después de un análisis del porqué de su estancamiento.
Y tampoco cree que hay un PNV al margen de Arzalluz...
Ahí no me voy a meter. Lo que sí digo es que la dirección
del PNV ha tomado un camino en base a sus dogmas tradicionales. Y que
hay una base social que no está del todo de acuerdo con ese camino.
Cabe deducir entonces que el diálogo entre nacionalistas
y no nacionalistas para la unidad democrática es imposible.
Yo me apunto a un diálogo entre todos para acabar con ETA.
Si ése es el objetivo, es que empezamos a cambiar todos. El diálogo
no es un valor en sí mismo. Hay que definir por qué, para
qué, sobre qué limites y objetivos.
¿Por eso han estado dos años sin hablar con Ibarretxe?
El diálogo que planteaba sobre los acuerdos que habían
alcanzado con ETA era un diálogo pervertido de raíz.
¿Teme que el electorado no venza el miedo a un cambio drástico
en el gobierno?
El cambio democrático es una regeneración. No es una
tragedia que el PNV vaya a la oposición. Es natural, más
cuando la presencia del PNV es un límite insuperable en la batalla
contra ETA.
¿Si Arzalluz lo llama el día 13 para felicitarlo se
pondrá?
Yo siempre me pongo al teléfono.
¿Cómo sobrelleva ser el ministro más valorado
fuera de Euskadi y el político peor valorado aquí?
Muy mal. No, es broma, pero si los nacionalistas me puntúan
cero, es muy difícil aprobar. De todas formas, eso no significa
nada.
* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.
PATXI
LOPEZ, SEGUNDO CANDIDATO SOCIALISTA
Al fascismo no se lo puede integrar
Por C.B.
Desde
Madrid
La campaña electoral
para elegir a los futuros parlamentarios y al lehendakari en el País
Vasco se cerró con la intuición (casi devenida en certeza)
de unos resultados muy ajustados en los comicios previstos para hoy, pero
también con el regreso de ETA en un nuevo atentado en Madrid. Patxi
López, secretario general del Partido Socialista de Vizcaya y segundo
candidato al Parlamento (detrás de Nicolás Redondo Terreros),
dialogó con Página/12 sobre las perspectivas que se abren.
Si algo ha sorprendido a la gente en esta campaña es la coincidencia
entre socialistas y populares. ¿Fue por opción o por elección?
No es que prefiramos ir con el PP, somos adversarios. Lo que ocurre
es que la situación se ha vuelto insostenible y ahora son los ciudadanos
quienes piden que haya un cambio. Lo que está en juego ahora es
que podamos convivir todos juntos y colaborar para salvar la democracia.
Porque en el País Vasco no hay libertad. Nuestra coincidencia con
el Partido Popular puede chocar a mucha gente, pero a veces la situación
requiere esto y es así como los pueblos pueden dar saltos históricos.
¿Será posible el diálogo entre nacionalistas
y no nacionalistas para la unidad democrática? ¿Cómo
lo intentarán?
Llamaremos a todas las fuerzas democráticas para sentarnos
a conversar y negociar, pero con unas condiciones bien claritas: el rechazo
a la violencia y el respeto por las reglas de juego, que son el Estatuto
de Gernika y la Constitución.
¿Eso excluye al Partido Nacionalista Vasco (PNV)?
Con el PNV actual, el de Xabier Arzalluz (presidente del partido),
no se pueden dar las condiciones mínimas que exigimos.
Acabar con ETA es una de sus prioridades. ¿Cómo lo
harán? ¿Están de acuerdo con la hipótesis
de asimilarla?
ETA ha estado más debilitada cuando los partidos políticos
estábamos unidos. Y se ha fortalecido cada vez que nuestras diferencias
aumentaron. Primero hay que acabar con una mentira que de tanto decirla
pareciera que puede ser verdad, y es que nos dicen que hay que intentar
integrar a ETA. Pero al fascismo no se lo integra, se lo derrota. Y allí
es dónde pondremos nuestros esfuerzos. ¿Cómo lo haremos?
Hay que despolitizar la Ertzaintza (policía vasca) para recuperar
la eficacia policial e implicarse a fondo; coordinar su acción
con la Guardia Civil; potenciar la prevención y la educación
y terminar con la violencia callejera, porque en este punto el gobierno
vasco ha estado mirando para otro lado. En este país algo anda
muy mal cuando se dice que es lícito matar porque se piensa diferente.
Y eso lo dice Haika, cuyos jóvenes tienen 18 años. Tenemos
que combatir esa ideología porque esto es fascismo.
El juez Baltasar Garzón acaba de ilegalizar a esa agrupación.
¿Se debería hacer lo mismo con Herri Batasuna (HB)?
Herri Batasuna tiene una encrucijada. Ellos tienen que decirle a
ETA que desaparezca. Y si Arnaldo Otegi (candidato de la formación
independentista Euskal Herritarrok) se dedica a la política que
rechace la violencia. Desgraciadamente, estoy convencido de que no lo
va a hacer.
Ibarretxe se comprometió a no aceptar los votos de Euskal
Herritarrok, ni directa ni indirectamente, para ser lehendakari. ¿Le
cree?
Queremos creerle, pero es difícil. Encima siempre se ha demostrado
que quien manda allí es Arzalluz y él ha declarado hace
pocos días que si Euskal Herritarrok vota a Ibarretxe en la candidatura
no le quedaría otro remedio que aceptar.
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