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MAYOR OREJA, EL HOMBRE DE MADRID
“Quiero un diálogo entre todos para acabar con ETA”

Como ministro del Interior español, Jaime Mayor Oreja dirigió la represión contra los atentados de la ETA. Ahora, como candidato a presidente vasco, el candidato del Partido Popular responde a quienes lo acusan de querer crear un Estado cuasi policial.

Mayor Oreja: �Lo que me preocupa es que no haya más víctimas, no que haya más policías�.

Por A. Landaburu y P. Gorospe *
Desde Bilbao

Jaime Mayor Oreja se ha comprometido a que las víctimas del terrorismo “entren en Ajuria Enea (sede de la presidencia vasca) antes” que él mismo. Y dice que se sumaría “ya” a un diálogo para acabar con ETA, pero considera una locura un diálogo “para abrazar el pacto PNV-ETA”.
–El domingo hubo otra víctima de ETA en plena campaña. ¿Cómo cree que afectará este hecho?
–¿En qué afectó la tragedia de Fernando Buesa? En que hay una viuda y unos hijos deshechos. ¿En qué afecta la de Manuel Giménez? En que deja una familia deshecha. Todo lo demás es secundario e imposible de evaluar.
–Se comprometió a acabar con ETA. ¿Cómo?
–Yo nunca he visto a un lehendakari (presidente de la Comunidad Autónoma Vasca) que diga que su prioridad es acabar con ETA. Y ésa es su obligación democrática. Yo sí creo que es posible hacerlo desde el País Vasco, España y Europa.
–Pero usted ha estado cinco años al frente del Ministerio de Interior y no lo ha logrado.
–Pero se ha avanzado muchísimo. Hay una movilización social permanente pese al PNV y HB (Herri Batasuna, brazo político de ETA). Y la Justicia está ahora en la vanguardia contra ETA.
–Pero no lo ha logrado. ¿Eso no cuestiona la vía sólo policial?
–Hay un antes y un después en la colaboración internacional a partir del asesinato de Miguel Angel Blanco. Desde esa época se ha desarticulado en dos ocasiones al mal llamado aparato militar de ETA. Quien diga que desde el gobierno de España no se ha dado un impulso, y que ha acercado el final de la banda, miente.
–No dice nada de la Ertzaintza (policía autónoma vasca)...
–Es un cuerpo que ha estado dirigido políticamente en muchas ocasiones, y eso les ha llevado a paréntesis y treguas en la actuación contra la violencia callejera. A la policía no se le puede decir que hay que negociar y dialogar con la banda.
–¿Cómo sería la Ertzaintza de Mayor Oreja?
–Será una llave para luchar contra ETA, un instrumento para defender la libertad y luchar contra ETA con toda intensidad.
–Más policía contra ETA...
–Pero una policía sin interferencias políticas.
–¿No le preocupa que todo esto sea interpretado como la antesala de un Estado cuasi policial?
–Lo que me preocupa es que no haya más víctimas, no que haya más policías. Me preocupa el déficit de seguridad, el déficit de combatir a ETA, y me preocupa que todo eso esté condicionado por la conveniencia política del PNV.
–¿Cree que HB debería ser ilegalizada?
–No tengo nada que decir. Las decisiones de los jueces y salas de la Audiencia Nacional no han recibido ni una palabra mía.
–¿Estaría dispuesto a gobernar en minoría?
–Por ahora me ocupo sólo hasta mañana, y para que este país sea normal necesita un relevo. Pero creo que la mayoría social va a tener mayoría absoluta.
–¿Y si no es así?
–Esperemos a mañana.
–¿Tienen ya cerrado un pacto con los socialistas?
–No. Hablamos con ellos.
–¿No ve conveniente un gobierno de unidad con el PNV y los socialistas?
–¿Y si tenemos mayoría absoluta PP y PSE (Partido socialista de Euskadi), para qué vamos a trabajar ese escenario? Además, no se favorece el cambio del PNV con un acuerdo en la superficie.
–¿No cree en la rectificación del PNV?
–No, porque el PNV decidió saltar hacia el independentismo después de un análisis del porqué de su estancamiento.
–Y tampoco cree que hay un PNV al margen de Arzalluz...
–Ahí no me voy a meter. Lo que sí digo es que la dirección del PNV ha tomado un camino en base a sus dogmas tradicionales. Y que hay una base social que no está del todo de acuerdo con ese camino.
–Cabe deducir entonces que el diálogo entre nacionalistas y no nacionalistas para la unidad democrática es imposible.
–Yo me apunto a un diálogo entre todos para acabar con ETA. Si ése es el objetivo, es que empezamos a cambiar todos. El diálogo no es un valor en sí mismo. Hay que definir por qué, para qué, sobre qué limites y objetivos.
–¿Por eso han estado dos años sin hablar con Ibarretxe?
–El diálogo que planteaba sobre los acuerdos que habían alcanzado con ETA era un diálogo pervertido de raíz.
–¿Teme que el electorado no venza el miedo a un cambio drástico en el gobierno?
–El cambio democrático es una regeneración. No es una tragedia que el PNV vaya a la oposición. Es natural, más cuando la presencia del PNV es un límite insuperable en la batalla contra ETA.
–¿Si Arzalluz lo llama el día 13 para felicitarlo se pondrá?
–Yo siempre me pongo al teléfono.
–¿Cómo sobrelleva ser el ministro más valorado fuera de Euskadi y el político peor valorado aquí?
–Muy mal. No, es broma, pero si los nacionalistas me puntúan cero, es muy difícil aprobar. De todas formas, eso no significa nada.

* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.

 


 

PATXI LOPEZ, SEGUNDO CANDIDATO SOCIALISTA
“Al fascismo no se lo puede integrar”

Por C.B.
Desde Madrid

La campaña electoral para elegir a los futuros parlamentarios y al lehendakari en el País Vasco se cerró con la intuición (casi devenida en certeza) de unos resultados muy ajustados en los comicios previstos para hoy, pero también con el regreso de ETA en un nuevo atentado en Madrid. Patxi López, secretario general del Partido Socialista de Vizcaya y segundo candidato al Parlamento (detrás de Nicolás Redondo Terreros), dialogó con Página/12 sobre las perspectivas que se abren.
–Si algo ha sorprendido a la gente en esta campaña es la coincidencia entre socialistas y populares. ¿Fue por opción o por elección?
–No es que prefiramos ir con el PP, somos adversarios. Lo que ocurre es que la situación se ha vuelto insostenible y ahora son los ciudadanos quienes piden que haya un cambio. Lo que está en juego ahora es que podamos convivir todos juntos y colaborar para salvar la democracia. Porque en el País Vasco no hay libertad. Nuestra coincidencia con el Partido Popular puede chocar a mucha gente, pero a veces la situación requiere esto y es así como los pueblos pueden dar saltos históricos.
–¿Será posible el diálogo entre nacionalistas y no nacionalistas para la unidad democrática? ¿Cómo lo intentarán?
–Llamaremos a todas las fuerzas democráticas para sentarnos a conversar y negociar, pero con unas condiciones bien claritas: el rechazo a la violencia y el respeto por las reglas de juego, que son el Estatuto de Gernika y la Constitución.
–¿Eso excluye al Partido Nacionalista Vasco (PNV)?
–Con el PNV actual, el de Xabier Arzalluz (presidente del partido), no se pueden dar las condiciones mínimas que exigimos.
–Acabar con ETA es una de sus prioridades. ¿Cómo lo harán? ¿Están de acuerdo con la hipótesis de asimilarla?
–ETA ha estado más debilitada cuando los partidos políticos estábamos unidos. Y se ha fortalecido cada vez que nuestras diferencias aumentaron. Primero hay que acabar con una mentira que de tanto decirla pareciera que puede ser verdad, y es que nos dicen que hay que intentar integrar a ETA. Pero al fascismo no se lo integra, se lo derrota. Y allí es dónde pondremos nuestros esfuerzos. ¿Cómo lo haremos? Hay que despolitizar la Ertzaintza (policía vasca) para recuperar la eficacia policial e implicarse a fondo; coordinar su acción con la Guardia Civil; potenciar la prevención y la educación y terminar con la violencia callejera, porque en este punto el gobierno vasco ha estado mirando para otro lado. En este país algo anda muy mal cuando se dice que es lícito matar porque se piensa diferente. Y eso lo dice Haika, cuyos jóvenes tienen 18 años. Tenemos que combatir esa ideología porque esto es fascismo.
–El juez Baltasar Garzón acaba de ilegalizar a esa agrupación. ¿Se debería hacer lo mismo con Herri Batasuna (HB)?
–Herri Batasuna tiene una encrucijada. Ellos tienen que decirle a ETA que desaparezca. Y si Arnaldo Otegi (candidato de la formación independentista Euskal Herritarrok) se dedica a la política que rechace la violencia. Desgraciadamente, estoy convencido de que no lo va a hacer.
–Ibarretxe se comprometió a no aceptar los votos de Euskal Herritarrok, ni directa ni indirectamente, para ser lehendakari. ¿Le cree?
–Queremos creerle, pero es difícil. Encima siempre se ha demostrado que quien manda allí es Arzalluz y él ha declarado hace pocos días que si Euskal Herritarrok vota a Ibarretxe en la candidatura no le quedaría otro remedio que aceptar.

 

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