El
alicaído Talleres y el Boca muletto que Bianchi armó para
resguardar titulares hasta el miércoles protagonizaron un espectáculo
apenas discreto que concluyó en un empate sin tantos que se ajusta
a lo sucedido a lo largo de la hora y media de fútbol pobre. No
por predecible menos decepcionante fue el empate sin goles en el Chateau.
Sobre todo para los cordobeses, a los que nada importaba quién
estaba dentro de las camisetas de Boca. Claro que Boca no puede, no debe
por historia, celebrar un cero en Córdoba. Pero en realidad, así
fue: con este resultado, Boca se mantiene tercero con 25 puntos, junto
a Argentinos Juniors. Talleres se cuela en la Copa Libertadores. Hay quien
se consuela con eso.
En los primeros cinco minutos apareció mejor dispuesto el equipo
local, que con el despliegue de Cristian Pino lo más destacable
monopolizó la pelota y fue el mismo volante quien exigió
a los 7 y a los 9, dos veces, a Roberto Abbondancieri, quien respondió
con solvencia. Después el juego se hizo equilibrado, porque César
La Paglia se hizo dueño de su equipo, distribuyendo con criterio
el juego y llegando también al ataque. Así, los dos tuvieron
sus oportunidades para romper el empate: el primero fue Boca, con un remate
de Facundo Imbonden que se fue arriba del travesaño a los 19 y
el local un minuto más tarde cuando otra vez Abbondancieri le tapó
el disparo a Pablo Cuba.
Sobre el final de la etapa, La Paglia volvió a ser protagonista
de una buena jugada con Omar Pérez, quien se la cedió al
enganche que, viendo adelantado a Mario Cuenca, le tiró por encima,
pero la pelota se fue apenas desviada.
En el segundo tiempo se jugó con menor intensidad, aunque mejor
apareció Boca, ya que Talleres se mostró sin ideas e impreciso.
No obstante, y a pesar de haber menos jugadas de riesgo, tanto el local
como Boca dispusieron de ocasiones para quebrar la paridad. Talleres las
tuvo en los pies de Rodrigo Astudillo y Cuba, pero ambas se las frustró
Abbondancieri, mientras que la visita contó con las chances de
Nicolás Burdisso y Cristian Giménez, pero fallaron en la
definición.
En los minutos finales los dos parecieron conformarse con la igualdad
y los arqueros prácticamente no intervinieron. Sin haber hecho
prácticamente nada memorable, Talleres y Boca estuvieron muy lejos
de los duelos calientes y plenos de emoción (y motivación)
de otras circunstancias.
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