Por
Elmar Dreher
Desde Spielberg
El escocés David Coulthard logró su segunda victoria de
la temporada al ganar el Grand Prix de Fórmula 1 de Austria, superando
al alemán Michael Schumacher en una carrera de comienzo y final
poco usual. El brasileño Rubens Barrichello estaba segundo en la
recta final, cuando recibió la orden de Ferrari de dejar pasar
a su compañero de equipo, que sumaba así dos puntos más
para el campeonato mundial que pueden ser decisivos al final de la temporada.
El Mundial sigue liderado por Schumacher con 42 puntos, seguido a cuatro
unidades del que parece claramente su único rival, Coulthard. El
campeonato 2001 quedó ya, cuando aún faltan once Grands
premios, en un mano a mano Schumacher-Coulthard, como demostró
la maniobra de equipo de Ferrari. Barrichello es tercero con 18 puntos.
Los 80.000 espectadores en el circuito A-1 de Spielberg vivieron una carrera
emocionante, liderada en su parte inicial por el colombiano Juan Pablo
Montoya, que largó de manera impecable para superar a Michael Schumacher.
El otro piloto de Williams, el alemán Ralf Schumacher, también
adelantó a su hermano y tricampeón mundial.
Los dos Jordan, un Sauber y el McLaren-Mercedes del finés Mika
Hakkinen, se quedaron clavados en la largada, demostrando que la introducción
de la electrónica, especialmente los controles de tracción
y las partidas automáticas, siguen creando problemas a varias escuderías.
Montoya tuvo un encontronazo en la decimosexta vuelta con Michael Schumacher
en una curva que marcó el desarrollo de la prueba. El alemán
tenía la posición ganada para adelantar, pero el colombiano
se resistió tanto que ambos acabaron fuera de la pista.
El colombiano terminó abandonando en la vuelta 42 por problemas
mecánicos, mientras que Schumacher perdió en el incidente
unos segundos preciosos que le impidieron luchar por la que habría
sido su primera victoria en Austria.
La pugna entre ambos promete traer consecuencias, ya que ninguno de los
dos pilotos son de los que agachan la cabeza y se muerden la lengua. Por
el momento, Schumacher ya prometió hablar un par de palabritas
con Montoya. Lo que hizo fue un poco estúpido. Estoy un poco
enojado, sentenció el alemán. Por su parte, el colombiano
aludió a la frase que tantas veces usó el propio Schumacher
para explicar incidentes cuando él era el audaz: Son cosas
de carrera.
La maniobra de Montoya dejó a Schumacher sexto, a Barrichello en
la punta y a Coulthard segundo. Sin embargo, el rápido trabajo
de los mecánicos de McLaren-Mercedes permitió al escocés
adelantarse al brasileño en boxes.
De ahí al final la carrera se convirtió en una persecución,
con los Ferrari juntos a la caza de la flecha de plata de
Coulthard. Al final la ventaja del escocés se probó suficiente
y Barrichello siguió con cara de pocos amigos las órdenes
de equipo para dejar pasar a Schumacher.
Las órdenes de equipo amenazan ahora con desatar una guerra interna
en Ferrari. Tengo que aclarar primero unas cosas con el equipo,
reclamó el brasileño conteniéndose, aunque sus palabras
dejan claramente la puerta abierta a una explosión
en cualquier momento.
La carrera en Spielberg, un rápido trazado que es el más
corto del mundial, demostró ser de gran dureza. Sólo once
vehículos llegaron a la meta de los 22 que tomaron la salida, con
el brasileño Luciano Burti (Prost) cerrando la clasificación
de los que vieron la bandera a cuadros. Los españoles Fernando
Alonso y Pedro de la Rosa vivieron un Gran Premio aciago, hasta que tuvieron
que abandonar en las vueltas 41 y 51, en ambos casos por problemas con
la caja de cambios. Alonso circuló desde el décimo giro
sin embrague en su Minardi y De la Rosa vio mermada la aerodinámica
de su Jaguar debido a que parte de su alerón estaba suelto. Por
su parte, los brasileños Enrique Bernoldi (Arrows) y Tarso Marques
(Minardi) también se vieron obligados a abandonar.
CON
MONTOYA Y LUEGO CON BARRICHELLO
Schumacher
se pelea
Juan Pablo Montoya rechazó las acusaciones del tricampeón
mundial Michael Schumacher de
usar tácticas de bloqueo en el Grand Prix de Austria. Yo
corro y no voy a dejar que nadie me pase. Si no me pueden pasar, entonces
que se aparten, dijo Montoya en referencia al incidente ocurrido
en la decimosexta vuelta tras adelantar al alemán al comienzo.
Schumacher trató de pasarlo por afuera, pero Montoya pareció
contrarrestar la maniobra, bloqueando sus frenos en el proceso y obligando
a los dos coches a salirse de pista. El alemán gesticuló
con enojo a Montoya, que se vio obligado a abandonar en la vuelta 42 con
problemas hidráulicos. Debe pensar: Soy Michael, así
que me debes dejar pasar, comentó Montoya.
El director técnico de la escudería Williams Patrick Head
dijo que se trataba meramente de un incidente de carrera y descartó
que las acciones de Montoya fueran deliberadas. Michael estaba luchando
por la posición de Juan Pablo, quien la estaba defendiendo. Se
trata de un incidente de carrera con una pequeña equivocación
por parte de Juan Pablo, dijo Head.
Schumacher enfrenta otra tormenta más amenazante dentro de Ferrari,
luego de las órdenes del equipo a Rubens Barrichello, segundo piloto
del team, para dejarse superar por el alemán.
Deja pasar a Michael para el campeonato fueron las escuetas,
pero contundentes palabras que el jefe del equipo italiano, Jean Todt,
transmitió a través de la radio a Barrichello en la última
vuelta.
El brasileño, que no pudo dar caza a David Coulthard pese a recortar
la diferencia, levantó el pie del acelerador en la recta final
para que Schumacher fuese segundo y sumase seis puntos para el Mundial
en lugar de los cuatro otorgados al tercero.
Al concluir la carrera, Barrichello saludó con cara de pocos amigos
a Todt, que le agradeció el gesto. En las declaraciones posteriores
Barrichello se contuvo, pero dejó patente su enojo: Tengo
que aclarar primero unas cosas con el equipo, reclamó el
brasileño, en unas palabras que dejan claramente la puerta abierta
a una explosión en cualquier momento.
Si Barrichello era la viva imagen de la amargura, el habitualmente agresivo
Schumacher se mostró inusualmente conciliador. Me gustaría
agradecer esto a Rubens, estoy muy contento de que me dejase pasar, porque
en la lucha por el título necesitamos todos los puntos, explicó.
Rubens me derrotó hoy, fue más rápido que yo
y eso no es una vergüenza, reconoció en un arrebato
de sinceridad. El alemán aseguró en esta ocasión
que las controvertidas órdenes de equipo son parte de la
filosofía de Ferrari. Esto forma parte de un deporte
en el que hay mucho dinero en juego y existe mucha presión,
sentenció.
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