El
presidente Fernando de la Rúa utilizó el domingo para negar
versiones. Descartó que esté propiciando un pacto de gobernabilidad
con los principales gobernadores de la oposición y que se haya
peleado a puertas cerradas con el ministro de Economía, Domingo
Cavallo. Debemos cuidar la confianza del país y la forma
en que estamos funcionando en el Gobierno, no se puede estar jugando con
imágenes falsas, sostuvo el Presidente, en un día
de paseo en el que, lejos de la tensión de la ciudad, pudo disfrutar
de la simpatía que en el interior suelen ofrecerles a las autoridades
nacionales. De la Rúa hizo un recorrido típico de campaña,
por ruta desde Santa Fe a la localidad cordobesa de San Francisco, los
pagos natales de Cavallo, quien hizo gustoso de anfitrión en el
único lugar del país en donde lo quieren como a un hijo.
El Presidente voló ayer hasta el aeropuerto de Sauce Viejo, en
Santa Fe, y después siguió la marcha por tierra. El objetivo
era llegar a San Francisco, Córdoba, donde se desarrolla la Primera
Exposición Lechera del Mercosur. Pero durante el trayecto, el Presidente
quiso detenerse frente a dos localidades San Agustín y Franck
en las que un puñado de pobladores se había juntado para
saludarlo, algo nada común en estos tiempos de recesión
y bolsillos flacos. Al llegar a San Francisco, el Presidente abandonó
el confortable automóvil que lo había transportado hasta
allí para cambiarse a un Ford 31 descapotable, que ya tenía
a Cavallo como tripulante. Juntos encabezaron una caravana de autos de
colección más el agregado de un grupo de gauchos, quienes
lo acompañaron hasta la Sociedad Rural local, sede de la Mercoláctea.
Desde el vamos, el Presidente negó que estuviera buscando un nuevo
pacto político con los gobernadores peronistas y el ex presidente
Raúl Alfonsín para acordar que la próxima campaña
no ponga en riesgo la economía ni la gobernabilidad. No hay
un pacto especial, sino que es la continuidad de un diálogo tendiente
a consolidar la democracia para demostrar al mundo que la Argentina tiene
una democracia estable y confiable, dijo.
Hasta ahora, el Gobierno ya realizó dos rondas de diálogo
con las principales fuerzas políticas que no dejaron saldo alguno.
Una de las coincidencias de esas rondas fue la necesidad de la reforma
política y de la reducción de los gastos de las campañas
electorales. Pero ahora que la iniciativa debe ser tratada en el Congreso,
no hay avances. Tanto es así que el oficialismo viene amagando
con convocar a un plebiscito en octubre para obligar a la oposición
a tomar alguna postura sobre el tema.
Otro punto que preocupaba al Presidente era el rumor sobre una pelea con
Cavallo, en la que el ministro de Economía supuestamente le habría
reprochado la falta de apoyo político que sentiría en su
disputa contra la presión de los factores del poder económico.
Es muy importante que se sepa aquí que esa afirmación
es absolutamente falsa y es una tremenda mentira que ignoro de dónde
sale: jamás he tenido o ha existido un entredicho con el ministro,
sostuvo De la Rúa. Antes de volver, Presidente y ministro ofrecieron
una conferencia de prensa conjunta en la que calificaron la versión
como una gravísima falsedad.
En el acto, el Presidente y el jefe de Hacienda aparecieron acompañados
por los gobernadores justicialistas José Manuel De la Sota y Carlos
Reutemann. En cambio, Carlos Ruckauf quien suele mantener una conducta
oscilante entre el apoyo entusiasta y la crítica dura al gobierno
prefirió pegar el faltazo. Tampoco fue su anunciado reemplazante,
el vicegobernador Felipe Solá. No obstante, Cavallo se enorgulleció
que su ciudad natal sirva para exhibir este espíritu de unidad
nacional. A Cavallo es a quien más le interesa mostrar un
frente político compacto para convencer a los acreedores externos
de la viabilidad de la gestión aliancista. El Presidente lo acompañó.
Lo trascendente es cómo respondió el Congreso cuando
precisamos la Ley de Competitividad y trabajó incluso los fines
de semana, o cómo responden los gobernadores cuando el gobierno
nacional los convoca por acciones conjuntas. Es lo que hace a la gobernabilidad
y la unidad nacional, dijo De la Rúa.
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