Por
Patricia Chaina
Cuando
los habitantes de un pueblo de la ribera del Paraná se enteran
de que la única fábrica de la zona está contaminando
el medio ambiente se enfrentan a una angustiante perspectiva, porque quien
les da el trabajo al mismo tiempo contamina y los enferma, analiza
Eduardo Cura desde la dirección de noticias de Canal 7. Se refiere
a uno de los informes de Código N que hoy a las 22
inaugura su segunda temporada. Acostumbrado a leer lo que narra la imagen,
Cura agrega: En el encuentro de los habitantes de ese pueblo con
los ecologistas y su despliegue de banderas y escafandras se produce un
interesante choque de culturas. Le interesa eso de la escena. El
paisaje del litoral en este caso, es una anécdota.
La versión 2001 de Código N incluye cambios
de forma y contenido. Irá todos los lunes a las 22 y a la conducción
de Lana Montalbán, Antonio Fernández Llorente y Franco Salomone,
se incorpora Norma Morandini .cuyo programa Paradojas, se
transforma en columna del noticiero de la noche con entrevistas
a fondo sobre la noticia de la semana. Porque Código N,
según explica Cura, se acercará a la actualidad en perspectiva,
para abordar zonas oscuras de la vida moderna. El año pasado
hicimos informes sobre oficios, salimos una noche con los basureros. A
ver cómo es. ¿Es como lo planteaba Campeones,
o no? No. Es distinto, recuerda en la entrevista con Página/12.
El registro documental y una edición sin artificios, que
preserva el realismo señala son los elementos básicos
de este tipo de programas. Yo me entusiasmé con el documental urbano,
un genero nuevo, porque permite contar historias desde sus protagonistas.
Y al mismo tiempo potencia la estructura del área informativa permitiéndole
concretar tres horas diarias de aire y dos programas semanales desde una
misma usina de producción.
Esa dirección de noticias realiza íntegramente las dos ediciones
de Noticiero 7. El de la noche que responde al modelo
tradicional, pero renovado -.advierte Cura y con un dato novedoso
para este canal: el pluralismo y la independencia. La versión
2000 de Código N, además de merecer un premio
Broadcasting, logró que algunos de sus informes se inscriban en
lo mejor del registro documental de la TV de esa temporada.
¿Cómo son seleccionados los temas que se convertirán
en documentales?
Buscando siempre extremos. Aspectos de la ciudad que uno desconoce
y que suceden. Empezó con el informe sobre el SAME, desde ahí
fuimos al barrio chino en la zona de Belgrano, o registramos
cómo se vive a orillas del Riachuelo, o cómo viven los piqueteros
durante una protesta. Entre los oficios raros hicimos los prácticos
de puertos, los cuidadores de caballos. Faunas raras: coleccionistas,
fanáticos de La guerra de las galaxias.
¿Cuáles causaron mayor impacto y por qué?
Impactaron los informes sobre situaciones extremas: un parto en
el asiento trasero de un automóvil, por ejemplo. Seguimos una noche
a un equipo de psicólogos que se dedica a atender mendigos, y otro
día a los tipos que se movilizan en helicópteros por la
ciudad. Entre los programas de personajes fue muy logrado el que hicimos
con la madre de Rodrigo. Y el de Marcos Di Palma, después de la
muerte de su padre.
¿Qué elementos permiten el crecimiento del programa?
La edición y el trabajo de cámara. El informe sobre
Yerba brava reflejaba varias cosas: la irrupción de la cumbia villera
como concepto, nuestro rap, música de tribu urbana. Y cómo
interactúa con su entorno. Así entramos al mundo de la bailanta,
la noche, la rivalidad, el erotismo, la violencia, y el trabajo de cámara
fue sensacional.
¿Qué se verá en el programa de hoy?
Hicimos la recorrida de catorce días con el barco de Greenpeace,
río adentro y vamos a mostrar eso, pero seguimos a (el padre Luis)
Farinelloen campaña y también estará ese informe,
porque la idea es que Código abandone el formato monográfico
para recostarse más sobre la realidad.
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