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Por Pedro Lipcovich
 Esa rara sensación de quien se asombra de lo que él mismo ha dicho se registró ayer entre los médicos ginecólogos luego de la encuesta, revelada por Página/12, en la que ocho de cada diez estiman que despenalizar el aborto contribuirá a reducir la mortalidad materna. Cuando fueron convocados a dar, con su nombre y apellido, las razones de sus respuestas en el cuestionario anónimo, sus respuestas se agruparon en tres categorías: 1) �Estoy de acuerdo con la despenalización del aborto, pero bajo condiciones que aún no se dan�; 2) �En realidad no estoy de acuerdo con la despenalización del aborto�; 3) �.............�. Los puntos suspensivos corresponden al silencio de los doctores, cuatro de cada diez, que anónimamente aprueban la despenalización pero no pueden suscribir públicamente su criterio, porque �temen la sanción moral de una sociedad autoritaria�, señaló una especialista en temas de género. Lo más difícil de aceptar, en la sociedad autoritaria, es el aborto por libre decisión.
Jorge Gilardi es presidente electo de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires y directivo del Programa de Procreación Responsable del gobierno porteño: �Antes de despenalizar el aborto hay que tratar de que la mujer no llegue a embarazos no deseados. Cuando se llega a los embarazos no deseados, es porque no han funcionado los programas de salud y prevención. En la Argentina, donde el Congreso aún no aprueba la ley de salud reproductiva, estamos lejos de la despenalización�.
Pero los médicos que, en este tema, enfrentan situaciones extremas, hablan como Juan Carlos Souza, jefe del servicio de Ginecología del Hospital Neuropsiquiátrico Braulio Moyano: �¿Estaría mal aplaudir al juez que, cuando una mujer demente es irresponsablemente embarazada, sostuviera la interrupción de ese embarazo?�. Y dejó flotando la pregunta por el destino de los hijos cuyos padres son, por ejemplo, �un oligofrénico y una demente�. En cuanto al aborto en general, �debe despenalizarse pero incluido en una política sanitaria que garantizara el acceso a los anticonceptivos. El problema es cuando se considera al aborto un método anticonceptivo más.�
Silvia Caraballo, ex jefa de patología cervical uterina del Hospital Fiorito, es �antiabortista, pero en los embarazos productos de violaciones o en infecciones que ponen en peligro la vida de la madre, sí corresponde el aborto�, dijo, como el 83 por ciento de los médicos en la encuesta.
El hecho es que �los médicos que trabajan en una sociedad autoritaria y con fuerte influencia religiosa, como la nuestra, temen ser objeto de sanción moral �señaló Irene Meler, coordinadora del Foro de Psicoanálisis y Género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires�; y pesa sobre ellos la formación médica, tan biologista. Así, les es difícil aceptar interrupciones del embarazo que no respondan a razones biológicas, que afecten la vida o la salud, sino ligadas al proyecto de vida. Supongamos el caso de un feto que nacería con una malformación severa pero no mortal: algunos padres pueden optar por criar un chico que no ha de bastarse a sí mismo pero para otros esa alternativa resulta insoportable: es una conducta heroica y el heroísmo es algo que no se puede exigir�.
En cuanto a la supeditación de la despenalización del aborto a la concreción de políticas de salud reproductiva, �es cierto que la información y la provisión de anticonceptivos disminuye la cantidad de embarazos no deseados, y nadie propicia el aborto como método de planificación familiar. Pero siempre habrá embarazos no deseados, porque la gente no siempre se comporta en forma racional y voluntaria: en los comportamientos humanos también existe, y existirá siempre, el desorden y la impulsividad�.
Una encuesta entre médicos
Según la encuesta publicada ayer por este diario, el 78,6 por ciento de los ginecólogos estiman que �la despenalización del aborto contribuirá a la reducción de la mortalidad materna�. La investigación fue efectuada por el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES), sobre 500 profesionales de hospitales públicos del área metropolitana de Buenos Aires, que respondieron en forma anónima en sus lugares de trabajo.
El 86,7 por ciento admite el aborto �en caso de riesgo de vida o salud de la mujer�, el 83,3 por ciento en caso de violación o incesto y el 82,2 por ciento en caso de �malformación incompatible con la vida extrauterina�.
Para el 73,5 por ciento de los ginecólogos, �los hospitales públicos deberían realizar los abortos no penalizados por la ley�. El 65,3 por ciento estima que el aborto es el problema de salud pública más importante del país.
El 38,5 por ciento estima que �la ley no debería penalizar la interrupción de la gestación en caso de decisión autónoma de la mujer�
El 75,5 por ciento estima que el hospital público debería �informar y prescribir anticonceptivos a solicitud de adolescentes�, sin exigir autorización de los padres.
Primera vasectomía por ley
En marzo de este año, cuatro hombres solicitaron a la Justicia de la provincia de Río Negro la autorización para someterse a una vasectomía, tras haber decidido junto con sus esposas no tener más hijos. Casi dos meses después, el primero de ellos será operado en el hospital Elías Smirnoff, de Villa Regina, amparado por la nueva ley provincial de Salud Reproductiva, que autoriza la vasectomía y la ligadura de trompas como formas de planificación familiar.
Ricardo Mena, uno de los cuatro solicitantes, brindó en aquel momento una explicación sencilla para su decisión: �Si los dos disfrutamos de la sexualidad, debemos compartir la responsabilidad en el control de la natalidad. Las mujeres siempre pusieron el cuerpo. Ahora llegó nuestro turno�. Mañana, uno de sus compañeros �que prefirió mantenerse en el anonimato� podrá hacer realidad ese deseo.
Mario Mas, director del servicio de Tocoginecología del hospital de Villa Regina, señaló que �sin lugar a duda, será una práctica de suma importancia en nuestra sociedad ya que es la primera que se realiza en un hospital público y con el pedido expreso de los propios interesados�. La movida que culminó con la sanción de una nueva ley provincial de salud reproductiva se inició en marzo de 2000, cuando 70 madres de familia numerosa solicitaron la ligadura de trompas, en respuesta a una convocatoria abierta por Mas.
Tras numerosas quejas de la gente porque la nueva norma no se cumplía en los hospitales de la provincia, el ministro de Salud rionegrino, Daniel Sartor, ordenó a las instituciones que realicen las operaciones, aún cuando no haya un decreto de reglamentación de la ley. La semana pasada, tres mujeres fueron sometidas a cirugías para ligar sus trompas de Falopio, y aún quedan en lista de espera 50 mujeres más. |
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