Hoy se celebra el 53º aniversario de la proclamación del Estado de Israel en 1948. Es cierto que el verbo �celebrar� podría parecer inapropiado. Dentro de la misma Israel se vive algo parecido a un estado de sitio ante el peligro de una ofensiva terrorista para marcar lo que los palestinos llaman �la catástrofe�. Solamente ayer se desactivaron dos bombas en Tel Aviv. Y en los territorios ocupados se efectúa una muy dura campaña de ataques para disuadir a los palestinos, o al menos a quienes responden a Yasser Arafat, de participar de tal ofensiva. En la madrugada de ayer, tropas israelíes asaltaron un puesto de policía en Cisjordania, matando a cinco de sus seis ocupantes y dejando 20 heridos. Pocas horas después, la fuerza aérea y la armada disparaban cohetes contra varios objetivos en Gaza, incluyendo uno que estaba a sólo 300 metros de la oficina de Arafat. El líder palestino no se mostró intimidado. �Israel debe ser castigada con dureza por estos sucios asesinatos�, amenazó luego del ataque en Gaza.
En cierto sentido, podría decirse que no es un aniversario del todo incongruente para la proclama del Estado en 1948, que fue seguida por la invasión árabe y la sangrienta Guerra de la Independencia. Naturalmente, ayer estas resonancias históricas no inclinaban a las autoridades israelíes hacia la ecuanimidad. �Mataremos a cualquier palestino que nos dispare�, aseguró nerviosamente un oficial del Ejército. No exageraba. Al contrario, ayer la mayoría de los muertos palestinos no habían tenido oportunidad para disparar contra ellos, incluso si hubieran querido hacerlo. El asalto al precinto 13 que se registró en Betunia ocurrió por la noche, y los policías palestinos fueron tomados por sorpresa. Apenas tuvieron posibilidad de responder: tres murieron a poco de salir a la calle para ver desde donde venía el fuego, uno ya había muerto por los primeros tiros mientras cocinaba dentro del cuartel, y el quinto intentó sin éxito evitar las balas tirándose a una letrina excavada al lado. El mando israelí fue muy vago sobre por qué habían atacado: �Detectamos movimientos sospechosos... había gente donde no debía estar�.
El ataque generó una fuerte repulsa fuera de Israel. No por la cantidad de muertos ni por la violación de territorio palestino. De eso ya hubo bastante en las últimas semanas, incluyendo ayer. Pero el hecho de que no hubo disparos palestinos previos significó una nueva escalada en el uso de la fuerza israelí. Javier Solana, �canciller� de la Unión Europea (UE), condenó �el uso desproporcionado de la violencia� por Israel, mientras que el delegado de la ONU lo calificó como �una vergüenza�. Pero el actor clave, Estados Unidos, no quiso apresurarse, y su única condena ayer se dirigió a Arafat por amenazar �una dura venganza� contra Israel. Así, el premier israelí Ariel Sharon todavía tenía algún margen de maniobra para seguir argumentando ayer que �Israel no busca una escalada de la violencia�.
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