Por Ian Black *
Desde Bruselas
Los líderes de la Unión Europea intentaron poner anoche la mejor cara cuando se confirmó que Silvio Berlusconi había derrotado a las críticas internacionales y ganado decisivamente las elecciones generales italianas. Las preocupaciones en la UE acerca de las denuncias de corrupción contra el magnate se agregaban al recelo de algunos gobiernos de izquierda europeos por el gran aliado de Berlusconi, la Alianza Nacional del postfascista Gianfranco Fini. Pero las amenazas de imponer sanciones como las de Austria luego de la victoria de Joerg Haider empezaron a desvanecerse luego de que quedara claro que Berlusconi ganaría las elecciones.
Ayer el premier sueco Goran Persson, que ocupa la presidencia rotativa de la UE, afirmó que no había recibido pedidos desde ningún país miembro para tomar medidas contra Italia. Aseguró que estaba dispuesto, si era necesario, a actuar conforme al protocolo acordado, pero no ratificado, en el Tratado de Niza en diciembre pasado. �Si alguien quiere presentar esta cuestión ante mi presidencia están bienvenidos... Pero hasta ahora nadie indicó que lo haría�, explicó el premier. La actitud europea parece ser la que definió el ministro de Relaciones Exteriores francés, Hubert Védrine, quien declaró que �observaremos muy de cerca lo que haga este gobierno�. En todo caso, las críticas no podrán ser demasiado violentas ya que el mismo Berlusconi presidirá en julio una cumbre en Milán a la que asistirán los líderes de la UE (ver nota aparte).
Y no todas las reacciones fueron negativas. Sin duda Berlusconi debió alegrarse por las felicitaciones que recibió desde el gobierno centroderechista de José María Aznar en España. No le deben haber gustado tanto los elogios que le prodigó Joerg Haider durante una oportuna visita a Milán. �Esperaba su victoria: Italia necesita el cambio�, se alegró. Ayer Berlusconi prometió un gobierno moderado y comprometido a la integración europea. Pero también reveló que deseaba ser el aliado más cercano de Estados Unidos en el continente. Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea y un ex premier italiano que nunca se llevó bien con Il Cavaliere, admitió ayer que el nuevo gobierno era completamente legítimo.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
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