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ENTREVISTA A ADRIANA CALCANHOTTO,
 ANTES DE SUS DOS SHOWS EN BUENOS AIRES
�Amo a Caetano tanto como a Roberto Carlos�

�Hacer una canción simple es prácticamente imposible para mí, porque eso es precisamente lo que busco�, afirma esta compositora e intérprete, que presentará aquí su último disco, �Público�, grabado en vivo el año pasado.

 
A contrapelo de otros músicos brasileños, Calcanhotto hace de la ambigüedad una marca de fábrica.
�El público brasileño escucha música con naturalidad. No está preocupado por las categorizaciones.�

Por Fernando D�Addario

En su último disco, Público, Adriana Calcanhotto musicaliza un poema de Mario de Sá-Carneiro, que dice: �Yo no soy yo ni soy otro/soy cualquier cosa que esté en el medio�. Allí, en ese territorio resbaladizo que le huye a las certezas absolutas, a las etiquetas, a la inmovilidad de los extremos, puede encontrarse el mundo de Calcanhotto. Un mundo que, precisamente por transitar �cualquier cosa que esté en el medio�, es más amplio, más cambiante y, al menos para ella y para quienes disfrutan de su música, más interesante. El suyo incluye, en un ejercicio de absorción (y de desmarcación) admirable, el cine de vanguardia, Piazzolla, Roberto Carlos, Oswald de Andrade, Hermeto Pascoal, Caetano Veloso, el teatro, la plástica, y la lista sigue. Lo notable es que ese universo pueda resumirse a través de una voz, una guitarra, y un puñado de canciones sencillas y hermosas. El viernes y sábado próximos actuará en La Trastienda, en lo que será su segunda visita a la Argentina aunque, en rigor, muy pocos fueron testigos de su primer show en Buenos Aires, hace cinco años, en el marco de un intercambio cultural con Brasil cuyos responsables no publicitaron. 
Calcanhotto tiene cinco discos, muy distintos entre sí, una imagen muy fuerte, atenuada con el correr de los años, y una cédula de identidad que, en virtud de su origen gaúcho, la condenó a ser �la sucesora de Elis Regina�. En la entrevista con Página/12, Calcanhotto se vale de su fina diplomacia para dejar aclarado el asunto: �Con Elis Regina aprendí mucho, fue una gran influencia para todas las artistas de mi generación. Escucharla me enseñó a seleccionar el repertorio, a saber qué es lo que estoy cantando, pero mucho más que eso, aprendí el valor de la emoción, de la actitud y principalmente el de la personalidad propia. Hoy, con todas mis influencias, trato de ser Adriana Calcanhotto�. La otra etiqueta que no puede evitar, la de �joven cantante brasileña�, es un buen pretexto para ubicarla de algún modo: �Las mujeres cantantes de mi generación son muy interesantes porque arriesgan. Interfieren en el resultado final de sus discos, escriben sus propias canciones. Mi favorita siempre fue Bebel Gilberto, de quien canté algunos temas, inclusive �Mais Feliz�, que grabé dos veces. También me gustan Marisa Monte, Cássia Eller, Zélia Duncan, Jussara Silveira, Rita Ribeiro, Margareth Menezes, Leila Pinheiro, Paula Toller y mucho Mariana Moraes, que es nieta de Vinicius de Moraes y todavía es desconocida por el gran público en el Brasil�.
Calcanhotto nombra con placer a sus artistas favoritos. Habla de escritores brasileños: �Amo a Oswald de Andrade, Joao Cabral de Melo Neto, Manuel Bandeira, Ferreira Gullar, Augusto de Campos, Arnaldo Antunes, Antonio Cicero, Joao Bandeira, Duda Machado�. Y extranjeros: �Gertrude Stein, Elizabeth Bishop, Joan Brossa, António Franco Aexandre, Shakeaspeare�. Y confiesa que en su casa de Río de Janeiro escucha a �Matthew Herbert, Jay-Jay Johanson, Björk, kd lang, Beck, Radiohead, Arto Lindsay, Bob Dylan, Yoko Ono�. Su condición de mutante cultural podría acercarla a Caetano, pero también ha grabado canciones de Roberto Carlos.
Tiene un tema llamado �Vamos comer Caetano�, en el que transmite su admiración hacia el músico bahiano y, de paso, alude a esa naturaleza antropófaga de la cultura brasileña. �Es una broma �dice� Un pretexto para hacer un intercambio de palabras, con las ganas de comer y la antropofagia, mitos mayores de la identidad nacional brasileña. Caetano y Roberto Carlos son para mí dos grandes ídolos cuyos puntos de vista me interesan por igual. Amo a los dos, al mismo tiempo�. Esas cosas pasan en Brasil: �El público brasileño escucha la música con naturalidad. No está preocupado por las clasificaciones y las categorizaciones, y además se crió en un país en el que la música está en constante movimiento e interacción, una música que es inventiva por naturaleza, entonces nadie se puede quedar quieto, diciendo yo estoy aquí o allá�. 
�Con toda esa información dando vueltas, ¿cómo se puede llegar a la simpleza de una melodía? 
�Hacer una canción simple es prácticamente imposible para mí, porque eso es precisamente lo que busco. Es un desafío enorme, tratar de llegar a eso, porque una canción nunca es lo suficientemente simple.
�¿Cómo funciona la tensión entre lo gaúcho y la realidad actual de una vida más cosmopolita en Río de Janeiro? 
�Nací en Porto Alegre y ya a los 3 años tenía ganas de irme a una ciudad grande, vivir sola, y esas cosas. Lo gaúcho está en mí de modo profundo, pero en mí siempre prevaleció la voluntad de �ganar el mundo�. Primero me fui a San Pablo, allá por 1987, pero cuando entendí lo que era Río, cuando vi lo que eran los cariocas, me rendí enteramente. Soy gaúcha, pero agradezco todos los días el privilegio de haber conocido Río.
�¿Qué importancia tienen las artes plásticas en tu carrera?
�Tienen una importancia fundamental. Mi música es imagen.

 

Una mirada clandestina 

Adriana Calcanhotto no conoce personalmente a Manu Chao, el músico francés que canta en español, en inglés y en su último disco incluyó una canción en portugués. No lo conoce, pero pareció entenderlo a la perfección: en Público, y en su repertorio habitual, incluye una excelente versión de �Clandestino�, el �hit� del ex líder de Mano Negra. Una versión despojada, modesta y sincera, de un tema que habla de fronteras, de ilegales y de condenas. En su voz, �Clandestino� adquiere una nueva sonoridad, quizás menos épica, tal vez más sutil. Calcanhotto reconoce que se enamoró de esa canción cuando la escuchó por primera vez: �Me apasioné con �Clandestino�, pero no sólo con esa canción �sostiene�. Me volví loca con todo el disco de Manu Chao: es sucio, caótico, multi-lingüístico. Manu Chao es un artista que tiene mucho humor y una de las cosas que más me interesan de él es que utiliza a la música de un modo desmitificador�. Una cualidad que, de paso, también sirve para definir a Calcanhotto como artista.

 

 

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