A menos de una semana del excelente debut en el Festival de Cannes de La libertad, la ópera prima de Lisandro Alonso que cosechó elogios unánimes de la crítica internacional, llega hoy a la Croisette Bolivia, el film más reciente del cineasta Adrián Caetano, realizador de la elogiada Pizza, birra, faso, junto a Bruno Stagnaro. Bolivia tendrá su bautismo de fuego en la prestigiosa Semana de la Crítica, una de las muestras paralelas de Cannes, donde será proyectado hoy en tres ocasiones, el miércoles en otras tres funciones y el sábado, una última vez, siempre en presencia de Caetano y su productor, Matías Mosteirín. Al igual que otras seis de las películas que integran la Semana de la Crítica, Bolivia puede aspirar a ganar un premio especial del festival dedicado a esa sección en particular, el premio del Jurado de Críticos Jóvenes y el premio de la Federación de la Prensa Cinematográfica Internacional (Fipresci). La película de Caetano �que estuvo demorada casi dos años por un litigio judicial� trata sobre la xenofobia y la violencia social a través de la historia de Freddy, un boliviano indocumentado que llega a Buenos Aires y consigue trabajo como parrillero en un bar, donde se enamora de Rosa, una mesera paraguaya, y se relaciona con los taxistas que son clientes del lugar.
Mientras que esta tragedia sobre el amor y la supervivencia de dos extranjeros en el Buenos Aires de hoy representa al cine argentino en la Semaine de la Critique, La libertad, ópera prima de Lisandro Alonso, lo hace en Un Certain Regard, otra de las muestras paralelas del certamen europeo. La libertad es la ópera prima de Alonso, de 25 años, egresado de la Universidad del Cine, quien con su simple historia de un hachero de La Pampa se ganó el favor de medios tan influyentes como Libération, Le Monde y Variety, que compararon su film con la obra de cineastas de la talla de Abbas Kiarostami y Robert Bresson. Por su parte, Bolivia es el segundo largometraje de Caetano, de 30 años, autor de varios cortos �Cuesta abajo, Peces chicos, No necesitamos de nadie, La expresión del deseo� y la celebrada Pizza, birra, faso, que codirigió junto a Bruno Stagnaro. Actualmente, Caetano prepara su próximo largo, El oso rojo, con producción de Lita Stantic, que viene de producir Mundo grúa, de Pablo Trapero, y La ciénaga, de Lucrecia Martel. Bolivia fue elegida hace más de dos meses por el propio director de la Semana de la Crítica, el crítico español José María Riba, después de ver una copia de trabajo en un video VHS. La película fue seleccionada para competir con Le pornographe, del francés Bertrand Bonello; La femme qui boit, del canadiense Bernard Emond; Unloved, del japonés Kunitoshi Manda; Almost Blue, del italiano Alex Infascelli; Efimeri Poli, del griego Giorgos Zafiris, y Zir-e-noor-e mah, del iraní Reza Mirkarimi. En la Semana de la Crítica también participan, sin aspirar a premio alguno, la coproducción franco-hispano-chilena-belga El caso Pinochet, de Patricio Guzmán; Asesinato en febrero, del español Eterio Ortega; el segundo largometraje del actor francés Michel Piccoli, La plage noir; Nuages, de la cineasta belga Marion Hansel; y Die innere Sicherheit, del alemán Christian Petzold, que acaba de exhibirse en la tercera edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente.
Por su parte, dos truculentas historias en las que se mezclan la locura y la muerte centraron ayer la atención de crítica en la sección oficial competitiva de la 54ª edición del Festival de Cannes. Se trata de los filmes franceses La pianiste, dirigida por el austríaco Michael Haneke y Roberto Succo, de Cedric Kahn. Haneke, que el año pasado había presentado Code Inconnu en competición, vuelve en esta nueva edición del certamen de Cannes con la historia de una profesora de piano del Conservatorio de Viena (Isabelle Huppert), cuya vida se reduce a una enfermiza convivencia con una madre dominante (Annie Girardot) y a frecuentar sórdidos espectáculos de cine porno. Roberto Succo, por su parte, cuenta la historia real de un parricida y asesino en serie italiano muerto en 1988.Tras la proyección, Kahn dijo que su película se sitúa �entre la biografía, el filme de amor y el documental�.
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