Por Julio Nudler
No hay vencedores ni
vencidos, proclamaban ayer, con rara (o prudente) magnanimidad,
en los corredores del Ministerio de Trabajo. Es un error deducir
que Patricia Bullrich le ganó a Domingo Cavallo, añadían
al ver cómo había titulado su despacho una agencia de noticias.
Todo esto después de que Fernando de la Rúa anunciase que
la Anses queda en Trabajo. Esta es una decisión que yo he
tomado. Quedó frustrada así, por ahora, la pretensión
mediterránea de transferir el organismo que paga los beneficios
previsionales a la órbita de la Jefatura de Gabinete, cuyo segundo
podio es ocupado por Armando Caro Figueroa, presidente de Acción
por la República.
Pero ayer hubo también otras dos novedades. Una fue la oficialización
del cavallista Osvaldo Giordano, asesor de Economía, como interlocutor
de Jorge San Martino, secretario de Seguridad Social, en todo lo vinculado
a la empantanada reforma previsional y a las asignaciones familiares.
La gente de Cavallo no definió aún su enfoque, aunque no
se los ve felices con el decreto de necesidad y urgencia que recortó
la Prestación Básica Universal (PBU), pero por otro lado
creó la Prestación Proporcional, para quienes reúnan
menos de 30 años de aportes, y el Beneficio Universal de 100 pesos
para los ancianos carentes de cobertura.
Como el ahorro fiscal que se lograría no es significativo, o incluso
incierto, según aducen en la Superintendencia de AFJP, se sabe
que Economía querría endurecer aún más el
nuevo régimen. Este no entró en vigor por una medida cautelar
de la Justicia, y se pondrá en marcha el tercer mes siguiente al
momento en que la Cámara Nacional de Apelaciones de la Seguridad
Social levante la interdicción. La opción consistiría
en enviar un proyecto de nueva ley, y encontrar la manera de que prospere.
Se recordará que los legisladores excluyeron los temas previsionales
de los superpoderes cedidos a Cavallo.
Este parece muy preocupado por una aceleración en el otorgamiento
de beneficios por parte de la Anses, organismo que llegó a acumular
en noviembre último unas 60.000 carpetas pendientes de aprobación.
Como cada jubilación o pensión genera derechos desde el
momento en que el solicitante ha reunido los requisitos, el tremendo atasco
de trámites en la Anses implica una gigantesca deuda por retroactividades.
Esta desvela a Jorge Baldrich, secretario de Hacienda, sobre todo porque
San Martino y el interventor del organismo, Rodolfo Campero, se proponen
tener regularizada la situación hacia septiembre (es decir, un
mes antes de las elecciones).
Para ahorrarse sorpresas desagradables, Hacienda integrará -según
decisión tomada ayer- una comisión, formada con Jefatura
de Gabinete y Trabajo, para fijar metas físicas y financieras,
y monitorear su cumplimiento a través de lo que será, según
describen, un tablero comando de la Seguridad Social. De cualquier forma,
seguirá siendo difícil compatibilizar el ajuste fiscal con
la dramática situación que muestran los datos. Estos dicen
que en los primeros cinco años de vigencia de la reforma previsional
de 1994, la cobertura del sistema cayó cinco puntos: de cubrir
el 76,7 por ciento de la población jubilable, bajó en 1999
a un 71,8 por ciento. La proyección indica que hacia el 2015 la
cobertura habrá mermado por debajo del 50 por ciento.
Hoy mismo hay en la Argentina 504 mil personas de 70 ó más
años que no reciben pago alguno y son potenciales perceptores del
Beneficio Universal de $ 100 mensuales. La aplicación de este magro
haber y de la Prestación Proporcional lograría frenar hasta
el 2007 la caída en el índice de cobertura, pero luego de
todas formas volvería a descender por el efecto combinado de la
precarización laboral y el envejecimiento poblacional.
|