En otro momento, la reducción
de la tasa de interés en Estados Unidos, como dispuso ayer la Reserva
Federal (banca central de ese país), hubiera provocado euforia
en Argentina. Pero esta vez el impacto de la noticia fue marginal. De
todos modos, la novedad es importante porque produce un ahorro de 126
millones de dólares anuales en el pago de los intereses de la deuda
y convierte a los países emergentes en mejores candidatos para
recibir financiamiento internacional. La disminución de la tasa
testigo estadounidense fue de medio punto, por lo que quedó en
4 por ciento. Fue la quinta baja consecutiva que aplicó la FED
en lo que va del año, desde un nivel inicial de 6,5 por ciento.
Aunque las condiciones financieras externas ahora se presentan algo más
favorables para Argentina, apenas se reflejó en el riesgo país,
que finalizó en 1056 puntos básicos, 43 puntos menos que
el día anterior.
En la Bolsa los operadores reaccionaron ante la baja de la tasa estadounidense
casi con indiferencia. De hecho, cuando se conoció la noticia el
índice MerVal registraba una suba del 1,4 por ciento y al final
de la rueda anotó un alza de sólo el 0,8. La paradoja es
que durante los años en que la tasa de Estados Unidos iba en aumento
los inversores que operan en el país esperaban ansiosos cada resolución
de la FED. Ahora, que la tasa baja los mismos inversores dejaron de preocuparse
por ese dato y a lo único que prestan atención es a cuestiones
internas. Lo que más les inquieta son las complicaciones para concretar
el canje de deuda y si Argentina logrará o no escapar al default
(cesación de pagos).
En este contexto no es relevante la baja de la tasa estadounidense,
porque la situación de la economía argentina es extremadamente
complicada, remarcó en diálogo con Página/12
Hernán Fardi, economista de la consultora Maxinver. Por su parte,
Aníbal Penet, de la AFJP Previsol, señaló que la
baja de la tasa da expectativas positivas hacia adelante. Argentina es
un país deudor y la decisión de la FED la favorece.
En teoría, si Estados Unidos ofrece un menor rendimiento por las
inversiones financieras, los operadores internacionales buscarán
maximizar sus ganancias apostando en países más riesgosos,
pero que presentan mejores oportunidades de negocios. Por eso era perjudicial
para los emergentes que Estados Unidos subiera la tasa, ya que encarecía
su acceso al financiamiento. Ahora que se da la situación inversa,
Argentina está lejos de poder disfrutar de los beneficios. El acceso
a los mercados está clausurado desde hace meses y los capitales
que emigran de Estados Unidos eligen otras plazas sin tantas turbulencias.
La tasa estadounidense está en su nivel más bajo desde 1994.
La FED la viene reduciendo ante la pronunciada desaceleración de
la economía, luego de años de un crecimiento sostenido.
Sin embargo, la opinión mayoritaria en Wall Street es que el organismo
no volverá a tocar las tasas en su próxima reunión,
del 27 de junio, o a lo sumo las bajará en 25 puntos básicos
(0,25 por ciento). Las operaciones a futuro en el mercado de bonos de
Estados Unidos se realizan a 4 por ciento, lo que muestra que no se esperan
cambios respecto a la situación actual.
El índice Dow Jones de la Bolsa de Nueva York tampoco registró
gran entusiasmo por la decisión de ayer de la FED y terminó
con una caída de 0,4 por ciento. La explicación fue que
los operadores habían descontado la medida. En Buenos Aires, el
MerVal subió un modesto 0,8 por ciento. El volumen de negocios
siguió siendo reducido, aunque aumentó a 16,1 millones de
pesos, contra los 13,9 millones del día anterior. La rueda arrojó
un balance de 21 acciones en alza, 13 en baja y otras 9 sin variación.
En tanto, los bonos subieron entre 1 y 1,5 por ciento. Pero el índice
que más importa en este momento, el del riesgo país, no
evidenció ninguna mejora significativa y se situó en 1056
puntos.
Por otra parte, en Brasil la situación económica también
se está complicando en parte por el impacto de la crisis
argentina, y eso se refleja en una continua depreciación
del real. Ayer anotó un nuevo récord,al cerrar a 2,34 reales
por dólar. La devaluación de la moneda brasileña
perjudica a la Argentina porque encarece el valor de sus exportaciones.
Los argumentos de
Liendo
El autor del proyecto de ley de crédito público,
Horacio Liendo, insistió ayer en sus dos argumentos principales
para defender el esquema que permitirá el embargo de la recaudación
tributaria de la Nación y las provincias. El primero es que
la ley beneficiará a los jubilados y el segundo,
que la norma es conveniente para las provincias antes que
para la nación. Según el asesor del ministro
de Economía, el gobierno sólo gasta en tres
cosas: jubilaciones, salarios e intereses. En esta línea
reducir la carga de los intereses, lo que se presume
logrará la nueva ley, permitirá no ser tan duro
en la reducción de jubilaciones y salarios. En cuanto
al beneficio para las provincias es sencillo, consideró:
mientras la Nación podría resolver sus problemas
financieros sola, las provincias en cambio tienen más dificultades.
Actualmente el titular de un bono provincial que no puede
cobrar su cupón debe ir a reclamar a la provincia.
Con el nuevo sistema esto no sucederá. Este es el motivo
por el cual muchos gobernadores han manifestado una opinión
favorable, concluyó.
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NEGOCIACION
POR LA LEY PARA GARANTIZAR LA DEUDA
El apoyo del PJ será más caro
Previo a dar el apoyo al proyecto
de ley de Crédito Público, los gobernadores y legisladores
justicialistas reclamarán la liquidación de los fondos adeudados
por los dos pactos fiscales federales firmados con anterioridad. En conjunto,
estimaron que la deuda suma 225 millones de pesos. Los representantes
provinciales se reunieron ayer en Capital Federal para definir los términos
en que negociarán, en bloque, el proyecto que colocará los
ingresos tributarios de la Nación y las provincias como garantía
de la deuda pública de las diferentes jurisdicciones.
Durante la reunión, realizada en la sede del Consejo Federal de
Inversiones, hubo consenso en rechazar recortes extras a los giros por
coparticipación. No queremos tener que seguir yendo a negociar
a Buenos Aires, reconoció a Página/12 uno de los mandatarios
provinciales. Los gobernadores reclamaron también que el gobierno
explicite que no son las provincias las primeras interesadas en la nueva
ley. Todo parece indicar que el apoyo justicialista a la ley no será
sin costos para Economía. Hoy se reunirán nuevamente los
ministros de Economía provinciales para definir los detalles
técnicos y recién luego volverán a hacerlo
los gobernadores.
A la reunión mantenida ayer para consensuar actitudes frente al
proyecto que propone garantizar con recursos tributarios coparticipables
todos los créditos públicos, habidos y por haber, no faltó
ninguno de los condimentos de la política local, las disputas entre
las provincias con el Estado Nacional, entre las provincias grandes y
chicas, entre aquéllas con candidatos presidenciales y las otras,
las más y las menos endeudadas. Pero al final del día, el
resultado fue unánime: pedir antes de conceder. Luego de la reunión
entre los representantes de todas las provincias en la que se rechazó
la posibilidad de que se intercepten los fondos de la coparticipación
federal de impuestos, una mesa chica prolongó el encuentro
para definir aspectos puntuales. Los gobernadores Adolfo Rodríguez
Saá (San Luis), Gildo Insfrán (Formosa) y Eduardo Fellner
(Jujuy) permanecieron junto a los legisladores Oscar Lamberto y José
Luis Gioja definiendo cuales serían las prendas de cambio en la
negociación con el Gobierno.
Allí quedó sentado que la negociación con la Nación
no será política, sino técnica. Fue precisamente
para tratar estas cuestiones técnicas que el secretario de Hacienda,
Jorge Baldrich, delegado gubernamental en el toma y daca, llamó
a última hora a Horacio Liendo para que se sume a la negociación.
Las definiciones, sin embargo, quedaron en suspenso.
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