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PROPUESTA DE TRABAJO PARA EVITAR QUE AEROLINEAS QUEDE SIN RUMBO
Ultimo golpe de timón de Bullrich

Hoy culmina la conciliación obligatoria. Trabajo propone negociar convenios a cambio de estabilidad como salida al conflicto.

Las dos semanas de conciliación obligatoria no alcanzaron para acercar posiciones.

Por Cledis Candelaresi

El Ministerio de Trabajo intentará esta mañana que Aerolíneas Argentinas y los gremios que nuclean a los técnicos de vuelo y azafatas firmen un acuerdo que de fin al conflicto desatado por casi 500 despidos. El éxito de esta gestión es imprescindible para que Patricia Bullrich redondee otra propuesta más amplia, que involucra a los siete sindicatos aeronáuticos y cuyo postulado central es que los trabajadores admitan una reducción salarial a cambio de una estabilidad laboral mínima de dos años. Tanto para Trabajo como para algunas organizaciones sindicales, el riesgo de despidos masivos se está diluyendo en la práctica, en la medida que numerosos trabajadores de la compañía se siguen acogiendo al plan de retiros voluntarios.
Según esta óptica, Aerolíneas Argentinas no necesitaría ningún recorte drástico para lograr su cometido final de reducir la grilla en más de 1300 empleados. Oficiosamente, la cartera laboral y los pilotos, calculan que “varios centenares” ya se habrían retirado de la empresa aceptando sus indemnizaciones. Entre ellos, más de 100 técnicos despedidos el 1º de mayo. Desde una perspectiva optimista, el viceministro Amadeo Riva da por supuesto que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, accionista mayoritario de Aerolíneas, proveerá el financiamiento necesario no sólo para cubrir los sueldos impagos de abril y las cuotas de indemnizaciones pendientes sino el resto del déficit operativo mensual.
Sobre estas presunciones, Trabajo elaboró las dos propuestas concatenadas a las que intentará darle curso hoy:
Que Aeronavegantes (AAA), Técnicos (APTA) y la empresa sometan a arbitraje los puntos de conflicto que derivaron en una medida de fuerza. APTA es el gremio más renuente a aceptar el plan director de la compañía que, entre otras cosas, supone modificar las convenciones colectivas, flexibilizando las condiciones de empleo. Pero es, a su vez, el gremio al que pertenece la mayor parte de los despedidos de este mes. Aeronavegantes, sindicato que conduce Alicia Castro, reclama que la empresa dé continuidad a más de cincuenta contratos que se niega a renovar, tal como hizo en otras ocasiones durante los últimos cuatro años.
Si Aerolíneas y estos dos gremios admitieran someter sus cuestiones al arbitraje de un tercero a designar, entonces Trabajo avanzaría con su segunda propuesta, más amplia. Caso contrario, los trabajadores y la empresa quedarían librados a decidir su accionar y Bullrich debería rediseñar su estrategia. Hoy se vence la conciliación obligatoria que obligó a reincorporar los trabajadores de APTA despedidos y a suspender las medidas de fuerza instrumentadas por el gremio. El gobierno no extenderá la conciliación.
Junto a Anselmo Riva, Bullrich trabajó en un acta acuerdo que debe ser suscripta por los siete gremios del sector y que ya tiene el aval de cinco (pilotos y administrativos, entre ellos). Según este borrador, los trabajadores se avienen a negociar en un plazo no superior a 45 días una “adecuación de las condiciones laborales”. Esto supone desde reducción lisa y llana de salarios a un recorte compensado con la entrega de acciones. A cambio, la empresa debería admitir “estabilidad legal” por un mínimo de dos años, mientras dure la instrumentación del plan director. Su ejecución sería fiscalizada por una comisión tripartita, a integrar por funcionarios, representantes de la empresa y de los gremios.
“Hicimos todos los esfuerzos posibles”, aseguró Riva, para quien es imposible prever qué ocurrirá si alguno de los gremios o la propia empresa se negaran a rubricar los documentos. “Ya no es un problema nuestro”. Será entonces cuestión de Economía, Infraestructura, o la propia Presidencia de la Nación decidir si realiza gestiones ante el gobierno español o abandona a su incierto destino a la compañía de bandera.

 

Ventanillas cerradas

Algunos de los trabajadores que ayer fueron a cobrar su cuota del retiro voluntario, al que se acogieron en los últimos meses, se toparon con una amarga sorpresa: tendrán que esperar hasta el 22 de este mes, al igual que el resto de los trabajadores que tienen sueldos impagos. Este atraso es el que unificó la protesta de los gremios con intereses disímiles. Los administrativos están entre los más proclives a admitir una reducción salarial con capitalización y consideran que la consigna de flexibilizar condiciones laborales no los involucra, ya que ellos las flexibilizaron antes de que existiera el Plan Director. Algo semejante ocurre con los pilotos, para quienes el mayor desvelo es cómo pretende la empresa instrumentar los recortes salariales sobre sus sueldos variables, que suben o bajan según las horas de vuelos asignadas.

 

MEDIDA CAUTELAR CONTRA EL AUMENTO DEL IVA
El juez le tiró un cable a la TV paga

El juez Martín Silva Garretón ordenó ayer suspender la aplicación del aumento de la tasa del IVA, del 13 al 21 por ciento, que se aplica sobre el servicio de TV por cable. La medida, de carácter cautelar, fue resuelta a solicitud de la Asociación de Consumidores y Usuarios de la Argentina (Adecua), que planteó la inconstitucionalidad del incremento de tasas resuelto por el Ministerio de Economía en uso de las facultades extraordinarias (superpoderes) delegadas por el Congreso.
El magistrado consideró que, por lo menos, cabía otorgar “verosimilitud” a la denuncia de Adecua, en cuanto a que el aumento de la tasa a una actividad ya gravada excede las facultades otorgadas al Ejecutivo por la ley 25.414. La misma autorizó al gobierno a “crear o eliminar exenciones (...), disminuir tributos y tasas de orden nacional...”, pero no aumentar dichas tasas. Sin embargo, el Decreto 493/01 elimina el artículo que fijó una tasa especial del 13 por ciento, a partir del 1º de enero de este año, a los ingresos de las operadoras de TV por cable y a los provenientes de la producción, realización y distribución de programas, películas o grabaciones de cualquier tipo, con lo cual estas actividades pasaron a tributar la tasa general del 21 por ciento.
El juez consideró que esta determinación como “una vulneración del principio de legalidad tributaria de raigambre constitucional”, un cuestionamiento que va en el mismo sentido de la demanda de Adecua. Por otra parte, Silva Garretón juzgó que “la demora” en adoptar una resolución, como ocurriría si se esperara la definición sobre la inconstitucionalidad de la medida del Ejecutivo, “podría tornar la ejecución de la sentencia en ineficaz o imposible” de cumplir. En función de estos dos criterios, resolvió “hacer lugar a la medida cautelar solicitada y, en consecuencia, suspender los efectos del artículo 1º, inciso 1, del Decreto 493/2001 hasta tanto recaiga pronunciamiento definitivo en esta causa”.
Una alta fuente del Palacio de Hacienda indicó que la resolución judicial sólo “servirá” para demorar la aplicación del IVA pleno a la TV por cable. “Siendo estrictos, podríamos crear la exención para las actividades que pagaban 13 por ciento, y luego eliminar la exención, con lo cual pasarían a tributar el 21 por ciento; quisimos ahorrarnos un paso”, sugirió el funcionario. Quizás sea el camino que elija ahora Economía, aunque la solución no vaya a resultar muy simpática.

 

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