Si hasta ayer había una
leve esperanza que reconfortaba los días del ex juez Carlos Fraticelli,
los resultados de la pericia realizada por el cuerpo de forenses de la
Corte Suprema de la Nación terminaron con ella. El estudio determina
que su hija Natalia fue asesinada mediante una asfixia mecánica,
con lo cual se confirmaría que la estrangularon en su cama. Este
resultado viene a derrumbar la hipótesis que hacía tres
meses había comenzado a abrirse a favor de los padres de la adolescente:
dos estudios médicos indicaban que podría haber muerto por
el consumo de un medicamento contraindicado para las convulsiones que
padecía. Ahora, para la fiscalía ya no quedarían
dudas de que la chica fue adormecida con esas pastillas por su madre,
para luego estrangularla mientras estaba absolutamente indefensa.
Desde el comienzo del caso, hace poco más de un año, la
manera en que Natalia murió resultaba, para el juez Carlos Risso,
la clave para dilucidar el misterio del crimen. En los últimos
meses, ese dato había sido puesto en duda por los abogados defensores
del ex magistrado. Basaban su estrategia en demostrar que Natalia podría
haber muerto al consumir una alta dosis del medicamento Uxen Retard, el
que tomaba su abuela paterna para combatir la depresión. Como en
la causa ya está demostrado que era Graciela Dieser quien se encargaba
de dar las pastillas, si los forenses dictaminaban que no había
habido estrangulamiento, la historia del caso cambiaba radicalmente. Los
defensores tenían previsto pedir la absolución inmediata
de Fraticelli. El ex juez soñaba con estar en libertad en pocas
semanas.
Anoche, el juez Risso analizaba con minuciosidad el informe de los peritos
de la Corte, antes de enviarlo a las partes. La fiscal del caso, Graciela
Mastrochesari, le dijo a Página/12 que si bien aún no tenía
confirmación oficial del estudio, el mismo sería una
prueba más dentro de las que se produjeron en la causa, pero que
corroboraría lo que los elementos de mayor peso estaban diciendo
desde un principio, y es que la chica fue asesinada por sus padres.
Mastrochesari considera que hasta el momento eran argumento suficiente
las modificaciones que se realizaron en la escena del crimen, el primer
informe de autopsia que dio cuenta de un estrangulamiento, las declaraciones
testimoniales de Dieser y Fraticelli, los testimonios del hijo adoptivo
del ex juez que dio cuenta de la conflictiva relación familiar
al interior de la casa de dos pisos en la que vivían.
Allí, en uno de los cuartos del segundo piso apareció muerta
Natalia, tirada sobre su cama, la madrugada del 20 de mayo de 2000.
Entre los objetos que fueron plantados en la habitación se encontró
una bolsa, una bufanda, y un pañuelo con el que supuestamente había
sido atada la chica. El matrimonio también denunció la pérdida
de dos mil pesos guardados en un entretecho de la casa de la calle San
Juan 340. Las primeras especulaciones fueron entonces que había
habido ladrones, luego que había un conocido de la familia como
sospechoso, y finalmente la mira quedó puesta en los padres. Luego,
las pericias encargadas por la defensa se encargaron de desvirtuar los
primeros informes. Cuando Fraticelli fue procesado por la Cámara
de Apelaciones de Rosario, los jueces le pidieron a Risso que profundizara
en las causas del crimen.
En enero, el médico policial Ulises Cardozo sostuvo en un informe
presentado ante Risso que la adolescente pudo haberse suicidado por tomar
unas 20 pastillas de Uxen Retard, que contiene aminotriptilina, involuntariamente.
Luego, los estudios del departamento de Neurocirugía de la Facultad
de Ciencias Médicas de la Universidad de Rosario y los especialistas
de la cátedra de Farmacología de la Facultad de Ciencias
Médicas adelantaron informes similares. Cuando hace más
de un mes una agencia de noticias adelantó que los peritos de la
Corte también avalaban esa hipótesis, el juez Risso salió
al cruce de la información con vehemencia: No será
un instituto médico legal el que dicte sentencia enla causa,
dijo. Ahora, la sentencia, podría ser de 25 años para su
ex colega de Rufino.
MAESTRAS
QUE NO ESTABAN CASADAS
Echadas por adúlteras
El cura dijo: Estas tres
maestras habrían incurrido en adulterio para la Iglesia Católica.
Por eso las despidió. El padre Jorge Scaramellini Guerrero dirige
desde hace cuatro meses la escuela Nuestra Señora de Pompeya de
Corrientes. Ayer tomó la decisión de cesantear a tres docentes
porque no estaban casadas por Iglesia. El cura las consideró un
permanente mal ejemplo y antisímbolo de lo que deben ser.
Cuando las maestras lo criticaron, el cura intentó obligarlas a
firmar la renuncia y terminó expulsándolas de la escuela
con la policía.
Así, inmutable, el cura Scaramellini Guerrero fue explicando -pausadamente
y con la imagen de un inquisidor que las maestras eran prácticamente
la encarnación de un demonio: He tenido que llegar a la medida
extrema de cesantearlas porque no respondían completamente al ideario
de la Iglesia Católica. Después de situarlas en el
lugar del adulterio, explicó su decisión fundándose
en la doctrina católica, para la cual al docente se le exige,
según el canon 803 parágrafo II, mantener una vida íntegra.
Juana Ríos, Eva Giuduise y Haidée Aguirre son las maestras
despedidas, algunas con doce años de antigüedad en la escuela.
Nos llenó de indignación dijo Juana Ríos:
me trató a los gritos, como si yo fuera una delincuente o un animal.
|